A unas semanas de haber cumplido 50 años de vida consagrada, la directora del Instituto Teresa de Ávila en Ciudad Juárez recibió la gran noticia…
Ser elegida como lectora en la Misa que el Papa Francisco presidirá en su visita a Ciudad Juárez el próximo 17 de febrero, es para la hermana Josefina Medina Cruz un regalo de Bodas de Oro, ya que la invitación le llegó a un mes de haber celebrado su cincuenta aniversario de vida consagrada dentro de la congregación de Carmelitas Misioneras de Santa Teresa.
Regalo inmerecido
Fue el sábado 9 de enero, cuando la hermana Josefina, directora general del Instituto Teresa de Ávila, recibió una llamada del padre Leonardo García quien le preguntó si quería dar el servicio en la misa del papa a lo que la hermana no tuvo más respuesta que: “¡claro que sí, de mil amores!”.
Explicó que el padre Leonardo no le dio ningún argumento de su elección, sin embargo la religiosa considera que no hizo mérito alguno para merecer tan hermoso regalo.
“Es de los mejores regalos, además de la vida, que el Señor me ha concedido directamente. Es algo que llegó sin méritos de mi parte, no soy la más sabia, ni la más santa, ni la más inteligente, habrá muchas personas que lean mejor que yo, pero así fue, ese regalo me lo quizo dar Dios a mí y lo acepto con mucho cariño, emoción, alegría y paz en mi corazón”, expresó la religiosa.
Dijo que luego de la llamada compartió su alegría con una de sus hermanas de congregación que se encontraba junto a ella.
“Los primeros segundos fueron de una sorpresa muy agradable. En ningún momento fue de nervios, de estresarme tampoco. A veces las palabras no alcanzan a describir un sentimiento. Es algo muy profundo y de mucha gratitud a Dios”, expresó aún emocionada.
Una bendición para todos
La noticia oficial de la visita del Papa Francisco a Juárez fue para la hermana una gran alegría, pues se les dijo que todas las religiosas tendrían su lugar especial dentro de la Misa.
Además, la directora del Instituto Teresa de Avila dijo que como colegio se organizaron para participar en las vallas por la avenida Gómez Morín.
“Para mi colegio, para mi comunidad, para todos es una bendicion muy grande. Mi comunidad fue la primera en enterarse. En el colegio lo compartí con los padres de familia en una junta. Ellos se alegraron mucho. Es una alegría para los papás y los maestros también”, afirmó.
Su preparación
Después de anunciarle su participación, el padre Leonardo le pidió algunos documentos para acreditarla y la envió con el padre Armando Benavides, quien asesorará a los lectores.
“Él nos mandará llamar para ver los textos, entonación y todo lo referente a la lectura. Antes de la misa tendremos dos ensayos con monseñor Marini”, dijo refiriéndose al ceremoniero del papa.
Entre las indicaciones que el padre dio a la hermana y a otros participantes de la liturgia, es que tomaran en cuenta que la misa es un momento de oración.
“La lectura hay que leerla, profundizarla, orarla, interiorizar en ella para que tenga una proyección en su mensaje como palabra de Dios”, compartió la religiosa, quien ya ensaya de esa forma para la lectura del día 17 de febrero, que es sólo una, antes del Salmo, debido a que es misa de entre semana.
Con esperanza en el corazón
Por la seguridad que rodeará al Santo Padre ese día, la hermana sabe que es dificil poder saludarlo, sin embargo tiene la esperanza de verlo de cerca.
Ante la pregunta de qué espera que le deje esta experiencia la religiosa dijo: “A parte de un bonito recuerdo, un fortalecimiento en la fe, en la vida apostólica. Una gran motivación para que, los últimos años que me queden de vida religosa, los viva en paz, con gozo, con entusiasmo, con mucha apertura a Dios”, finalizó.
Para resaltar
Es algo que llegó sin méritos de mi parte, no soy la más sabia, ni la más santa, ni la más inteligente, habrá muchas personas que lean mejor que yo, pero así fue, ese regalo me lo quiso dar Dios a mí y lo acepto con mucho cariño, emoción, alegría y paz en mi corazón…