Pequeños agricultores del Valle de Juárez enfrentan con actitud positiva los problemas de trabajar la tierra en esta zona …El Papa Francisco pide orar por ellos “para que reciban una remuneración justa por su precioso trabajo”…
La poca agua para riego, el bajo precio de compra de sus productos y la falta de maquinaria para trabajar la tierra, son algunos de los problemas que los pequeños agricultores del Valle de Juárez enfrentan en este momento.
Aunado a esto, los apoyos del gobierno están lejos de su alcance, pues sólo son beneficiados los grandes productores.
Sin embargo estos productores agrícolas no pierden la fe y muestran una actitud positiva ya que, “gracias a Dios”, sus tierras les dan lo necesario para salir adelante.
Así lo expresaron Vicente Otero y Catarino Nuñez, quienes trabajan algunas hectáreas en Praxedis G. Guerrero y San Isidro, respectivamente.
Ellos, al igual que muchos otros productores agrícolas están en las intenciones de oración del Papa Francisco, quien pide, en una de sus intenciones de oración para este mes de abril, orar por los pequeños agricultores “para que reciban una remuneración justa por su precioso trabajo”.
En Placitas
Desde muy joven Vicente Otero Carreón comenzó a trabajar la tierra. Fue el último hijo de la familia y su padre le heredó la pequeña parcela familiar de cuatro hectáreas. A pesar de que cuenta con pocos recursos y algunos problemas propios de los pequeños productores, los resultados le han sido favorables.
“Cuando mis padres estaban ya mayores me quedé en la casa con ellos y fui el que heredó la parcela. Todo el tiempo me ha ido muy bien, gracias a Dios, con todos los problemas que acarrea ser agricultor, pero con muy buenos resultados”, expresó Vicente, quien actualmente cosecha alfalfa, avena y sorgo para forraje.
Bajos costos
Entrevistado en la parroquia Nuestra Señora del Sagrado Corazón, en Praxedis G. Guerrero, Vicente compartió que en los años 70´s sembrar algodón era lo mejor, pero por diferentes situaciones se cayó el mercado y varios pequeños agricultores dejaron de producirlo. Ahora siembran y cosechan trigo, así como alfalfa, avena y sorgo para forraje.
“En este tiempo el trigo es lo que podemos trabajar, el algodón es una planta que requiere mucho trabajo, muchos cuidados. Este año varios agricultores cosecharon mucho algodón, pero no hay mercado, los productores tienen detenida su inversión esperando buenos precios”, explicó Vicente.
Y aunque él no tiene esta problemática, lamenta la situación pues sabe que los pequeños agricultores necesitan recuperar su dinero para seguir trabajando.
Por esta situación, para Vicente y otros productores de El Valle los forrajes son la mejor opción, aunque también representa cierto problema, ya que aunque se venden más fácilmente, se pagan a bajo costo.
“En años pasados la lechería que se encontraba en el sector era la que compraba el forraje con muy buenos precios, pero cerró y ahora tenemos que vender a través de intermediarios. A un pequeño productor no le conviene salir y abrir mercado directamente”, explicó, aunque siempre buscando el lado positivo.
“En cierto modo es bueno para nosotros porque ellos saben abrir el mercado, pero como deben tener sus ganancias, uno es el que sufre”, dijo al explicar que la mayoría de las familias viven de sus “ranchitos”.
“En años malos de producción se siente la dificultad, pero también hay años buenos”, dijo.
Poco apoyo
Don Vicente explicó que hace 20 años el Gobierno Federal hizo un censo de agricultores para el programa “Procampo”, que les otorga un apoyo económico por cada hectárea de siembra. Pero en los últimos años , las autoridades se han tardado en entregarlo.
“Los grandes productores tienen apoyo para combustible, pero todos tenemos el apoyo de Procampo de acuerdo a las hectáreas que tenemos”, aclaró.
Para Vicente, los apoyos que ofrece el gobierno están mal canalizados, pues asegura que existen buenos apoyos para maquinaria, pero solo pueden obtenerlos los grandes productores.
“Una vez ofrecieron un apoyo del 75% para maquinaria, el beneficiario tenía que pagar sólo el 25% del costo, varios pequeños productores fuimos con nuestra solicitud, pero el 25% que nos pedían eran millones de pesos que debían pagarse en efectivo. Era una cantidad exagerada para nosotros y no tuvimos para pagar”.
De esta forma, sólo los grandes productores pueden aprovechar estos apoyos, mientras que los pequeños agricultores deben trabajar con sus propios recursos y pagar a quienes tienen maquinaria para que les realicen el trabajo.
“Pero no nos quejamos, una buena tierra produce para pagar eso, dar una buena ganancia y vivir bien”, dijo el entrevistado.
Obstáculos y falta de recursos
Otro obstáculo que enfrentan los pequeños productores es que no les permiten una segunda cosecha.
En junio se recoge la cosecha de trigo y forraje y aunque queda tiempo para realizar una segunda siembra a cosechar en el mes de septiembre, no les está permitido hacerlo, explicó el agricultor.
“Sinceramente, muchos lo hacemos, pero este año, al parecer, se van a poner más enérgicos y van a tomar medidas drásticas con quienes lo hagan”, lamentó don Vicente.
Al hablar sobre la disponibilidad de recursos naturales, don vicente dijo que aunque este año y el anterior, los pequeños productores de Praxedis no han tenido problema con el agua, es poco lo que les llega de este recurso natural.
“La primera unidad tiene el agua completa, pero estamos en la segunda unidad de almacenaje. En años que no llueve tenemos mucho problema con el agua”, dijo el entrevistado.
En cuanto a los recursos materiales, dijo que es difícil hacer el trabajo sin maquinaria, por lo que deben contratar a quien haga el trabajo.
Con estos problemas muchos propietarios han desistido de trabajar sus tierras y la mayoría ha optado por rentarlas a los grandes productores.
“En esta zona sólo yo quedo de pequeño agricultor”, dijo don Vicente.
“Ahí donde vivo, en Placitas, estaba un hermano mío, un cuñado y vecinos… algunos ya murieron, pero la mayoría están rentando. Quienes heredaron tierras se fueron para el otro lado y rentaron sus tierras. Una sobrina me rentó una parcelita que ella heredó”, platicó el productor, quien atribuye esta situación a que “se acabaron los créditos del Banco Rural”.
“El Banco Rural apoyaba solo la producción de algodón, ya en el forraje no, así que cada quien trabaja con sus propios recursos”, relató.
“Pero no me quejo, lo poco que tengo lo he obtenido de la tierra. Estoy muy agradecido con Dios, tengo muy buena parcela, tengo muy buen producto y buen rendimiento”, finalizó.