Ana María Ibarra
Para celebrar el mes de la Vida Consagrada, colegios católicos de la ciudad, apoyados por Pastoral Vocacional, están realizando actividades para adentrar a sus alumnos en el conocimiento de los distintos llamados que Dios hace.
Promoción desde la escuela
Como responsable de Pastoral Vocacional, el padre David Hernández se dispuso a participar en las distintas actividades a las que fue invitado de parte de algunos colegios católicos.
Uno de ellos fue el Colegio Josefa Villegas donde el sacerdote compartió su vocación y sobre lo que es la vida sacerdotal.
Este colegio es atendido por la congregación de religiosas Misioneras Guadalupanas.
“Estamos abiertos por si alguno de los colegios desea que vayamos a promover las vocaciones”, señaló el padre David, aunque, agregó, no siempre se pueden organizar las agendas.
“Cuando hay estas oportunidades las aprovechamos para promover la vocación”, añadió.
Otro colegio que pidió el apoyo del padre David y la Pastoral Vocacional fue el Centro Educativo Multicultural Yermo y Parres, atendido por la congregación de Siervas del Sagrado Corazón de Jesús y de los Pobres.
Los directivos del colegio decidieron llevar a sus alumnos, jóvenes y señoritas de secundaria y preparatoria, a las instalaciones del Seminario Conciliar.
Conocer la vocación
Durante la visita al Seminario, los alumnos conocieron algunos lugares de la casa de formación para conocer cómo viven los seminaristas.
La capilla central, el comedor, las canchas, las capillas de cada facultad, las bibliotecas, y el museo del papa, fueron algunos lugares que los jovencitos escudriñaron.
“En la visita vamos resolviendo dudas. Es una bonita oportunidad para que ellos conozcan dónde se forman los sacerdotes y que se den cuenta que somos personas normales que estudiamos, que trabajamos, comemos, jugamos y conocen el corazón de la diócesis”, señaló.
Para el sacerdote, es importante hablar sobre las vocaciones a niños y adolescentes en edad escolar para que ellos conozcan que no solamente existen las profesiones, sino que también está la vocación, que es un llamado que Dios hace y que puede ser en cualquier estado de vida: matrimonio, la soltería, el sacerdocio, la vida consagrada.
“Ofrecerles esta posibilidad y abrirles este panorama, hace que muchos de ellos se cuestionen sobre qué es lo que quiere Dios en su vida. Y esa es la intención, que se cuestionen y no vivan en automático creyendo que se tienen que casar”, mencionó.
No es proselitismo
Con poco más de dos años en la coordinación de la Pastoral Vocacional, el padre David y su equipo, realizan actividades más de acompañamiento cercano y no tanto masivos.
“Le estamos apostando a menos eventos masivos y más procesos personalizados. Más que una producción en serie, nos lo estamos tomando más en serio”.
Ante los retos que suelen presentarse, el padre David invitó a la comunidad que rezar por los sacerdotes, por las vocaciones y por él, ya que su tarea no fácil.
“A veces pareciera que hacemos proselitismo y no es así. Se trata de atracción de Jesús, de dar el testimonio de lo que vivimos. Y en este Jubileo de la Esperanza, ante el panorama que podría verse desolador, también hay signos de esperanza”, concluyó.
Una visita especial
La hermana María del Carmen Durán López, directora de secundaria del CEMYP, acompañó a los grupos de segundo de secundaria durante la visita al Seminario, siendo este el primer grupo que acudió.
“Los muchachos y las muchachas no conocen los centros de formación ni de hermanas ni de sacerdotes, por eso pedimos permiso al Seminario para que nos dieran la oportunidad traer a los alumnos para que tengan un contacto cercano a la formación de sacerdotes. De muchas cosas se vale Dios”, dijo la religiosa.
Agregó que tanto las actividades en el colegio como la visita, ayuda a los alumnos a tener una cultura vocacional, que falta en las escuelas.
En total, el CEMYP llevó 204 jóvenes de secundaria y preparatoria, y para ellos se solicitó también el permiso de los padres de familia quienes, dijo la hermana María del Carmen, lo tomaron gustosos.
“Ellos saben que son actividades de crecimiento espiritual de sus hijos. Que sus hijos estén cercanos a estos procesos es muy satisfactorio y les da seguridad. Hemos tenido muy buena respuesta, los papás están apoyando a sus hijos y confían en nosotros”, señaló.
Para la religiosa, este encuentro será de gran provecho para los alumnos ya que les ayudará a fortalecer su identidad.
“Es bueno que conozcan oportunidades y que Dios los puede estar llamado. La semillita de este encuentro con el Seminario se siembra y es el primer paso para una cultura vocacional y tal vez alguno de ellos puede estar aquí como seminarista. Ya tenemos a uno de nuestros muchachos aquí en el Seminario”, compartió la religiosa.
Y añadió: “Es nuestro deber acompañarlos y formarles la mente y el corazón y en el corazón se da el encuentro con el Señor”.
Un llamado vs el mundo
En la diócesis, las vocaciones se han visto fortalecidas ya que, si bien, no hay un aumento elevado, tampoco ha disminuido.
Por una parte, este semestre regresaron todos los alumnos del Seminario, lo cual ya es un logro, pues, en otras ocasiones había deserción.
Por otro lado, compartió la hermana Alma Rosa Vázquez, Oblata de Santa Marta, las jóvenes se han acercado para descubrir su vocación.
Con apostolado en el Seminario Conciliar y apoyando al padre David en la promoción de vocaciones femeninas, la religiosa con 20 años de consagrada, añadió que las jóvenes se interesa y les llama la atención el estilo de vida religiosa y servir a Dios.
“También están las diferentes trabas que el mundo, la sociedad y, en ocasiones, la familia les presenta y les impide poder acercarse y tomar una decisión desde la fe y con una visión a una realización personal; por eso la pastoral vocacional y la vida religiosa seguimos trabajando con actividades de círculos vocacionales mensuales y jornadas vocacionales”, señaló.
Respuesta al Amor
Las actividades de colegios y la visita al Seminario, son para la religiosa de gran ayuda, ya que los jóvenes ven un estilo de vida diferente al matrimonio y una profesión.
“Que la religiosa o el sacerdote seamos vistos en los colegios y demos testimonio de la vocación que abrazamos y que hemos elegido, ayuda al joven a cuestionarse y podemos responder a las inquietudes y dudas que se van despertando”.
Tomando una de las invitaciones del Papa Francisco a la hermana Alma invitó a los jóvenes y señoritas a responder a la vocación ya que, señaló, es una manera de descubrir quiénes somos y de convertirnos en signos e instrumentos de amor.
“Dios llama al amor y, desde el amor, espera a que con amor le demos una respuesta que trae consigo una misión específica en un lugar específico. Este año jubilar de esperanza invito a las jóvenes a ser esperanza para los demás, esperanza que proviene de Cristo. Para ello hay que estar con Él”, motivó.
Y añadió: “A los padres de familia les invito a que apoyen a sus hijos en la búsqueda de la felicidad que es en el discernimiento de una vocación, si es para la vida religiosa o sacerdotal es una gran bendición para la Iglesia y las familias”.