El pasado 8 de mayo, millones de fieles observaron un momento histórico: La aparición del nuevo papa en el balcón central de la Basílica de San Pedro. Era el cardenal Robert Prevost, quien adoptó el nombre de León XIV, que empezó a saludar al pueblo católico e impartió su bendición “Urbi et Orbi». Todos los asistentes lloraron de emoción y aplaudieron al nuevo líder de la Iglesia Católica.
A diferencia de su antecesor, el papa Francisco, el nuevo pontífice opto por usar la tradicional vestimenta. Cada prenda de la ropa del nuevo papa tiene una profunda carga simbólica desde el aspecto histórico y teológico.
- Sotana Blanca: significa pureza, humildad y resurrección. Lleva 33 botones que representan la edad de Cristo. Lleva una faja de seda de muaré blanca.
- El solideo blanco, el pequeño gorro redondo que cubre la cabeza, representa la autoridad eclesial del papa. Solideo significa “Solo ante Dios”.
- Roquete de lino (blanco), que se lleva sobre la Sotana
- La muceta roja, la pequeña capa roja, representa su compromiso con la compasión pastoral. El rojo es el color del martirio y sacrificio.
- La estola roja con bordados dorados, que se coloca sobre los hombros, es un símbolo del sacerdocio. Lleva bordados dorados con símbolos eclesiásticos. representa los poderes sagrados que reciben los sacerdotes como maestros y guías, y busca emular al pastor que lleva a sus ovejas sobre sus hombros
- Los zapatos rojos que simboliza la sangre de los mártires y la disposición del Papa al sacrificio por la fe. Medios han confirmado que el papa optó por no usar las sandalias rojas, como lo decidió del Papa Francisco.
- El anillo del pescador, como el Anulus Piscatoris, representa su papel como sucesor de San Pedro, quien era pescador, y simboliza la autoridad que Cristo confirió a San Pedro. Debe portarlo en el dedo anular de la mano izquierda. Es un accesorio que solamente puede usar el papa y tiene la imagen del discípulo de Cristo pescando en un bote, así como su nombre de papa escrito en latín.
- La cruz pectoral, de tamaño grande que lleva colgada al cuello como signo visible de su misión episcopal.
En el caso del Papa León XIV, la cruz que lleva tiene un valor excepcional porque contiene cinco reliquias de santos y beatos vinculados a la Orden Agustiniana de la que forma parte. Fue un regalo especial que le otorgó la Curia General Agustiniana al entonces cardenal Robert Prevost el día de su creación cardenalicia, el 30 de septiembre de 2023. Al ser elegido el sucesor de San Pedro el 8 de mayo de 2025, decidió portarla en los momentos más simbólicos de su proclamación. Estos son sus elementos:
Centro: San Agustín
Uno de los más grandes Padres de la Iglesia y padre espiritual de la Orden Agustiniana.
San Agustín es símbolo de la búsqueda interior de Dios, del equilibrio entre fe y razón, y de una vida consagrada a compartir el Evangelio, además de que su Regla y escritos han inspirado durante siglos a frailes, monjas y laicos agustinianos.
Parte Superior: Santa Mónica
Madre de San Agustín, mujer de fe tenaz y oración constante, obtuvo la conversión de su hijo con sus lágrimas y plegarias. Para muchos representa la fuerza discreta de las madres que sostienen con fe el destino de sus hijos.
Izquierdo: Santo Tomás de Villanueva
Gran teólogo, arzobispo de Valencia en el siglo XVI, representa la reforma dentro de la Iglesia. Fue un pastor con “olor a oveja”, preocupado por los pobres y activo en la promoción de misiones en el Nuevo Mundo. Es símbolo de renovación y formación sacerdotal.
Derecho: Beato Anselmo Polanco
Obispo de Teruel y mártir de la guerra civil española, encarna el martirio, ya que siempre permaneció fiel a su pueblo y al Papa hasta su ejecución, dando su vida por su fe y hasta el final por las almas que le fueron confiadas.
Base: Venerable Bartolomeo Menochio
Obispo de Porfirio y sacristán papal durante la ocupación napoleónica, representa el servicio fiel. Fue el único obispo que se negó a jurar lealtad a Napoleón y mantuvo la fe firme incluso en los momentos más oscuros. Murió con fama de santidad el 25 de marzo de 1823 y en 1991 Juan Pablo II reconoció el heroísmo de sus virtudes, por lo que es un modelo para quienes sirven en la Curia.
A partir de lo anterior, se podrìa decir que la Cruz Pectoral del Papa León XIV representa una guía espiritual y pastoral. Representan una síntesis de la espiritualidad agustiniana y una hoja de ruta para que el pontificado del Papa León XIV está marcado por la interioridad, la comunidad, la fidelidad, la reforma y el testimonio.