El rector del Seminario Conciliar de Ciudad Juárez compartió detalles sobre la visita del Papa Francisco a la casa de formación sacerdotal.
Como una experiencia extraordinaria definió el padre Juan Manuel Orona, rector del Seminario Conciliar, la presencia del Papa Francisco en la diócesis el pasado 17 de febrero, en especial en el Seminario a donde se dirigió después de su encuentro con el mundo del trabajo para tomar los alimentos y descansar un momento.
“Nos ha llenado de alegría, de bendición. Desde el momento en que lo vimos pasar en el papamóvil por la Pedro Rosales de León, al ingresar al Seminario y verlo descender del papamóvil, sentimos un entusiasmo muy grande”, expresó el padre Juan Manuel.
Bienvenida
El rector compartió que el Santo Padre fue recibido por el equipo formador del Seminario, quienes lo saludaron para darle la bienvenida y se presentaron con su Santidad.
“Santo Padre, bienvenido. Esta es su casa”, fueron las palabras que el padre Juan Manuel dijo al Papa Francisco al arribar a la casa de formación.
El sacerdote añadió que el papa les dirigió palabras de gratitud por haberlo acogido con cariño y con amor.
“Me saludó, me invitó a seguir acompañando a los seminaristas a que sean sacerdotes alegres, sencillos, enamorados de Jesucristo y de la Iglesia. Me agradeció que le hayamos dispuesto la recamara que es la de rectoría para su descanso. Fueron palabras de gratitud”, compartió aun entusiasta.
Se quedó dormido
Agregó que de manera espontánea, el Papa Francisco le preguntó donde había estudiado y al conocer que fue con los sacerdotes Jesuitas le nombró algunos sacerdotes, los cuales fueron maestros del padre rector.
“Después de que comió y descansó un rato, lo estábamos esperando y me dijo: “padre me quedé dormido”. Eso significa lo cansado que andaba. Me dio gusto que el Seminario haya sido por poco mas de dos horas la casa del papa y que hayamos contribuido a que pudiera recobrar un poco de fuerzas para el encuentro con toda la comunidad en la Eucaristía”.
Fuerza vocacional
Aun con el entusiasmo a flor de piel, el sacerdote reconoció que en este momento la familia del Seminario todavía se encuentran llenos de emoción y han estado compartiendo la alegría de ese encuentro con algunos sacerdotes y seminaristas que vinieron a visitarlos.
“Realmente estamos muy agradecidos con Dios, con todas las personas que hicieron lo posible para que el papa haya venido. Estamos seguros que esto inyectará una fuerza vocacional en nuestra vida, en nuestro sacerdocio, y un fortalecimiento en la vocación de nuestros jóvenes, por supuesto un despertar de nuevas vocaciones”.
“Estamos esforzándonos por dar un seguimiento al mensaje que el papa ha venido a traernos a todos los católicos de Juárez y en especial a todo el Seminario”, finalizó.