No pudieron llegar a Ciudad Juárez por cuestión de logística…
«Queridos jóvenes, al clausurar el Año Santo les confío el signo de este Año Jubilar: ¡la Cruz de Cristo! Llévenla por el mundo como signo del amor del Señor Jesús a la humanidad y anuncien a todos que sólo en Cristo muerto y resucitado hay salvación y redención».
Así se dirigió en 1984 el entonces Papa Juan Pablo II a los jóvenes, al bendecir una Cruz de madera para que fuera el signo de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) que se realizó ese año por primera vez, y hoy se lleva a cabo alrededor del mundo.
Esa misma cruz, además de un ícono de Nuestra Señora, en la advocación de «Salud del Pueblo Romano» (entregada en el año 2000), llegaron hace unos días a la Provincia Eclesiástica de Chihuahua para animar a los jóvenes y católicos en general en un camino de fe y esperanza.
Visita especial
Los pasados días 12 y 13 de septiembre, los signos de la Jornada Mundial de la Juventud llegaron a Chihuahua Capital, donde fueron recibidos en el Seminario de la Asunción de María. Los seminaristas y sacerdotes formadores peregrinaron con estos signos rumbo al Seminario del Sagrado Corazón, donde se celebró una Eucaristía.
La tarde de ese mismo martes, los signos fueron recibidos en la parroquia San Juan Pablo II y ya caída la noche fueron trasladados a la parroquia El Señor de la Misericordia, donde pernoctaron.
El Pbro. Gabriel Ramírez Retana, coordinador de la Pastoral Juvenil de la arquidiócesis explicó que «la cruz y el ícono están para sensibilizar a los jóvenes y abrirles un camino de esperanza, ya que en estos tiempos tan llenos de ruido necesitan ver signos».
«Necesitamos fascinar a la gente y llegar a todos”, agregó tras alegrarse por la histórica visita.
“Quién sabe cuándo se nos vuelvan a presentar aquí en México y, quizá en una Jornada Mundial los podremos ver de lejos. Pero hoy están aquí cerca y que podamos tocarlos es un gran privilegio», dijo.
Contagio juvenil
El miércoles 13 de septiembre, los signos de la JMJ visitaron el Instituto La Salle y la parroquia San Francisco de Asís, para finalmente dirigirse a la Catedral, donde fueron recibidos por el arzobispo de la Arquidiócesis de Chihuahua, a nombre de las seis diócesis de la Provincia Eclesiástica de Chihuahua.
“Estos signos nos invitan a contagiarnos del gozo que los jóvenes nos quieren transmitir, para que de esa manera formemos parte de esta gran fiesta. San Juan Pablo II nos dejó materialmente estos signos como insignias para las jornadas mundiales de la juventud, ahora el Papa Francisco nos ha dado el regalo de que en su peregrinar pasen aquí, por nuestras diócesis, por nuestros hogares y nuestros corazones», añadió.
La Cruz e imagen de la Virgen partieron luego a la Diócesis de Parral, pero no pudieron visitar la Diócesis de Ciudad Juárez debido a contratiempos de los organizadores. Sin embargo, la diócesis local se unió espiritualmente en las intenciones de esta visita. (con información de Notidiócesis)