Ana María Ibarra
Próximos a recibir el sacramento del orden sacerdotal, René, Edgar, Eduardo, José Luis y Arturo, hicieron una pausa en su servicio como diáconos transitorios para interiorizar con Dios y profundizar en el ministerio que les será conferido.
Esto mediante los ejercicios espirituales de encierro, dirigidos por el padre Alberto Castillo, formador del Seminario y realizados del 11 al 16 de octubre en la Casa de Jesús.
Intimaron con Cristo
El padre Alberto Castillo compartió que lo ejercicios espirituales ofrecen a los futuros ordenados la oportunidad de prepararse para la recepción del sacramento.
“Es un sacramento tan grande el sacerdocio, que la Iglesia quiere que quienes van a recibirlo, hagan conciencia y se dispongan profundamente a acoger en su vida este don”, explicó el sacerdote.
Dijo que la temática llevó a los jóvenes a un repaso de su vida y su camino vocacional a la luz del sacramento del Orden y sus implicaciones.
“Meditaron sobre el llamado, la relación de intimidad con Jesús, la pobreza de Cristo, la castidad y el celibato, las tareas propias del sacerdote como los sacramentos, predicación, pastoreo, etcétera”, compartió.
Ese tiempo también fue propicio para que los diáconos hicieran largos ratos de oración y, cada uno, a su manera, logró intimar con Cristo, agradecidos con Dios por el llamado, y gozosos con su vida.
“Por la experiencia que ya tienen como diáconos en nuestras parroquias, los muchachos estuvieron muy contentos, muy dispuestos, muy conscientes, de la misión que les espera y las grandes necesidades de la gente”, expuso el sacerdote.
El padre Alberto expresó que la Iglesia Diocesana debe estar muy feliz y agradecida con Dios por contar con estas cinco vidas sacerdotales, próximas a ser ordenadas en el sacerdocio.
“Las vocaciones salen de en medio de la comunidad, de familias muy concretas, de comunidades parroquiales donde se vive la fe y se escucha el llamado. Le pedimos a la comunidad diocesana que siga rezando por las vocaciones. Desde el Seminario les ofrecemos nuestra oración en esta pandemia. Sigan orando por nosotros”, finalizó.
En espera de su ordenación
Haciendo eco de las palabras del padre Alberto Castillo, el diácono transitorio Eduardo Canales, compartió su experiencia en los ejercicios espirituales.
“Fue frenar el ritmo que llevo, para rezar e interiorizar, para tomar conciencia del don que estoy por recibir. Hubo una profundización del proceso vivido, el tiempo en el Seminario, en mi caso fueron 9 años de formación, fui auxiliar de economía, y ahora mi servicio en San Martín Obispo”, dijo.
Agregó que fue un tiempo propicio para recibir las luces que Dios fue dando, y que le ha dado.
“Considero que todos salimos conscientes de la misión tan grande que tenemos, hemos percibido a Dios que nos sigue llamando en medio de la pandemia, sigue confirmando el llamado que hace a cada uno de nosotros, y seguimos respondiéndole “sí” al Señor. Salí muy fortalecido, contento, lleno de esperanza para seguir construyendo el Reino”, expuso.
Piden oraciones
Después de estos ejercicios, los jóvenes diáconos quedarán en la espera de la fecha propuesta para su ordenación, conscientes que la situación que se vive por la pandemia, puede generar algún cambio.
“Quiero agradecerle a la comunidad por su cercanía, por su oración. Los sacerdotes no caen del cielo, salen de familias muy precisas. Salí de la parroquia Santo Toribio, de un hogar en la colonia Toribio Ortega, y quiero invitarlos que, si Dios llama a un miembro de su familia correspondan generosamente entregándolo”, motivó.
Y añadió: “Cuando se entrega lo que Dios nos ha dado, se reciben muchas bendiciones. Pido que sigan rezando por las vocaciones, esa sencilla oración, aunque no lo sepamos, en los momentos difíciles sostienen la vida de un sacerdote, una religiosa, lo experimenté. Sigan orando por nosotros que nosotros rezamos por ustedes”.