Ana María Ibarra
Con disposición y alegría en su corazón, matrimonios de las distintas parroquias de la diócesis tuvieron un encuentro Jesús Sacramentado durante la Asamblea de sanación interior organizada por Congreso de Matrimonios Católicos y que se llevó a cabo el pasado viernes 21 de junio en El Punto.
Antes de encontrarse con Jesús Eucaristía, los matrimonios se gozaron al son de las alabanzas y dedicaron su canto y su danza a Dios.
Crecer en la fe
Después de la asamblea de alabanzas, el padre Jefferson Alexander Erazo expuso el Santísimo Sacramento para que los matrimonios se encontraran con el Señor.
“El Señor quiere restaurar tu corazón, el de tu familia y tu vida. Ahorita sentimos un viento que es caricia de Dios. Es el amor de Dios que fluye”, expresó el sacerdote.
En su oración, el sacerdote invitó a los matrimonios a pedir a Jesús su ayuda para crecer en la fe.
“Venimos necesitados, dispuestos y abiertos en el pensamiento, en el corazón, en la biología, en el alma. Abiertos para declararte nuestras necesidades”, señaló el sacerdote.
Añadió que se necesita la fe, es decir, la confianza para confiarle a alguien cosas privadas y personales.
“Te pedimos mucha fe para contarte las cosas que nos duelen, avergüenzan y que nos hacen sufrir. Solo a quien le tenemos confianza le contamos nuestros secretos, por eso, aumenta la fe de estos matrimonios para que puedan declararte lo que necesitan, que sea un diálogo de confianza entre el amado y el que ama”, pidió.
Esperanza y sanación
En ese momento de recogimiento, el sacerdote pidió a Jesús Sacramentado: “aumenta, Señor, nuestra esperanza”.
“Te rogamos aumentes nuestra esperanza. Vivimos cansados, agobiados por los quehaceres cotidianos y eso estresa, eso cansa, debilita al realizar las obligaciones solo por cumplir y no con agrado, no como méritos para llegar al cielo”, señaló.
Resaltó que al hacer las cosas por inercia o por compromiso debilita o anula la esperanza.
“Jesús dice: háganlo por la recompensa que viene del Padre eterno no por la que viene de los hombres. Pidamos a María nos ayude a tener esperanza, ella que es la mujer de la esperanza”.
Esa tarde, en un encuentro entre Jesús y las parejas, los presentes oraron pidiendo la sanación interior de los matrimonios, momento que se vivió de manera profunda.
“Te invito a dejarte sanar por el Señor y pedirle con fe y esperaza esa sanación”, clamó el sacerdote invitado.
Los matrimonios, concluyeron esa noche agradecidos con Dios por las maravillas que hizo con ellos.