Ana María Ibarra
Un impulso para saber que no se han acabado los sueños sino que pueden seguir soñando, fue parte de lo que experimentaron los adultos mayores que asistieron al retiro espiritual “La mies es mucha y los operarios pocos”, llevado a cabo el pasado 20 de enero en la parroquia San Mateo.
Llamados a servir
Aproximadamente cuarenta personas asistieron al retiro dirigido a personas mayores de 60 años y a quienes serán capacitadores del proyecto “Envejecer con sentido para saborear la vejez”.
Los participantes tuvieron un encuentro con Dios y con Jesús Niño, además de reflexionar sobre la etapa que están viviendo a través de la vida y misión de personajes ancianos de la Biblia como son Ana y Simeón, Zacarías e Isabel, y Nicodemo, presentados en textos que hablan de la etapa de la vejez, como el libro de Joel, que se refiere a los sueños de los ancianos.
Igualmente vieron en este retiro un llamado a seguir sirviendo, principalmente a sus iguales, compartiendo con ellos el amor de Dios y la esperanza de matenerse activos y dichosos de su edad.
Así lo compartió Silvia Portillo, de la Parroquia Nuestra Señora del Refugio.
«Dios quiso que estuviera aquí este día. Tengo amigas de la tercera edad, mayores que yo, y puedo invitarlas a que sean parte de este proyecto tan importante que nos hace mucha falta. Este día he descubierto mi llamado a servir en todos los aspectos a mi familia, mis hijos, mis nietos y en todo lo que Dios pida hacer y siempre pensando en que nos ama”, expresó Silvia.
Algo hermoso
Por su parte, Tula, del programa Unidos en Oración, cuya misión es ofrecer un servicio a personas de tercera edad, compartió que decidió acudir para enriquecer su servicio.
“A esta edad a veces nos sentimos inútiles, sentimos que somos un estorbo, o vemos a otras personas mayores viviendo esto mismo, además algunos se encuentran enfermos y solos”, relató.
“Este retiro y el proyecto son algo hermoso porque nos damos cuenta de que Dios no nos olvida y aunque estemos grandes todavía servimos. Se abre un proyecto nuevo para seguir adelante”, abundó.
Si bien el retiro se pensó en una primera etapa para el decanato de la Sagrada Familia, servidores y fieles de otros sectores parroquiales de la ciudad se sintieron llamados a asistir.
Un movimiento que inicia
El retiro concluyó con una misa presidida por el padre Aurelio Saldívar, párroco de la comunidad de San Mateo, quien invitó a los asistentes a poner en manos de Dios el movimiento que está iniciando.
En su homilía señaló que el proyecto es un movimiento que está revolucionando el interior de cada persona que se involucra y que revolucionará las familias, las parroquias y la diócesis.
«El objetivo de este proyecto es sentirnos amados. Nadie se debe sentir desolado sino amado y en esta etapa, sentirse en plenitud. Es la etapa más grata y más bella”, expresó el padre Aurelio refiriéndose a la edad adulta.
Para saber…
Asistieron al retiro fieles de las parroquias La Sagrada Familia, El Señor de la Misericordia, San Judas Tadeo, Nuestra Señora de la Paz, San Felipe de Jesús, Santísimo Sacramento, San Miguel Arcángel, Nuestra Señora del Refugio y Oratorio Salesiano Lupita.