Diana Adriano
El Apostolado de la Divina Misericordia llevó a cabo su retiro mensual el pasado 5 de octubre en la Catedral de Nuestra Señora de Guadalupe, donde sus integrantes vivieron un día de oración y reflexión.
Rigoberto Ángel Montañez, coordinador diocesano del grupo, recordó que este retiro forma parte de una tradición de encuentros itinerantes en diversas parroquias de la diócesis, con el fin de fortalecer la espiritualidad y el compromiso de los miembros del apostolado.
El retiro incluyó momentos de oración del Laudes, el Rosario y la Coronilla de la Divina Misericordia, prácticas características del apostolado.
Además, el padre Arturo Martínez, vicario de la Catedral, presentó a los asistentes un tema sobre la vida y legado espiritual de Padre Pío, en el que explicó los estigmas del santo, su canonización y la profunda espiritualidad que caracterizó su vida.
A través de sus palabras, el sacerdote quiso inspirar a los asistentes a seguir el ejemplo de este gran santo de la Iglesia Católica.
El evento culminó con la celebración de la Santa Misa al mediodía, uniendo a los participantes en una expresión de fe y devoción.
Nuevo coordinador
Rigoberto, quien recientemente asumió el cargo como coordinador diocesano, compartió su entusiasmo por esta nueva etapa.
“Nuestra coordinadora era Perla de la Garza, pero ya tocaba la renovación, y mis hermanos, en votación, me eligieron. Estoy contento y nervioso, pero con el favor de Dios aquí seguimos caminando”, expresó.
Actualmente el apostolado cuenta con la participación de entre 70 y 80 personas de diferentes parroquias.
Si bien hay más miembros, Rigoberto reconoció que algunos enfrentan dificultades para asistir a las reuniones debido a compromisos en la parroquia o situaciones personales. A pesar de estos desafíos, el grupo continúa trabajando en unidad y dedicación para llevar adelante su misión de fe y servicio.