La Diócesis de Ciudad Juárez ya tiene un nuevo sacerdote y cuatro diáconos transitorios, ordenados por el obispo el pasado 19 de marzo, en la fiesta de san José…
Ana María Ibarra
Con gran regocijo, la comunidad diocesana recibió cinco nuevos servidores para la Iglesia, un sacerdote y cuatro diáconos transitorios, el pasado 19 de marzo en la Solemnidad de San José, cuando de manos del obispo don José Guadalupe Torres Campos, cinco hombres tomados del pueblo fueron ungidos y configurados con Cristo a través de las ordenes sagradas en la madre iglesia Catedral.
Elegidos al Orden
Con aplausos fueron recibidos los candidatos a las órdenes sagradas al ingresar a la Catedral en procesión acompañados del obispo, presbíteros y diáconos de la diócesis.
El obispo dio la bienvenida al pueblo de Dios y a las familias de los ministros Jesús Figueroa, Jesús Manuel Martínez, Felipe Ramos, Gustavo Balderas y el diácono Ricardo González.
Los candidatos a las órdenes escucharon las lecturas y el evangelio desde el lugar donde se encontraban sus familias y posteriormente fueron llamados por su nombre por un diácono permanente para pasar al frente.
La Iglesia, en voz del rector del Seminario, padre Juan Manuel Orona, pidió al obispo aceptar a los candidatos al diaconado, dando fe y testimonio de ser dignos, por lo que el obispo lo aceptó y estos tomaron su lugar en el presbiterio.
Enseguida fue llamado el candidato al presbiterado y, de igual manera, el rector dio fe y testimonio de él, siendo también aceptado por el obispo.
Llamados al servicio
En su homilía, monseñor Torres definió las órdenes sagradas como un don que Dios otorga por medio de las manos del obispo, regalo que debe llevarlos a ser servidores de Cristo en la Iglesia y en cada uno de los fieles.
“El servicio implica imitar a Jesús servidor, que ama, que da la vida. Un servicio con humildad, sencillez, pero también con ingenio, con alegría, a ejemplo de Cristo sacerdote, maestro, pastor, siempre guiados con la fuerza del Espíritu Santo”, dijo el obispo.
A los diáconos, de manera especial, dijo: “El Señor les da ejemplo para que, lo que Él hizo, ustedes también lo hagan. Distínganse por cumplir fielmente y con alegría la voluntad de Dios, sirviendo a nuestros hermanos, especialmente a los más pobres. Ejerzan su ministerio. Configurados con Cristo en el celibato, les será más fácil entregarse”.
A Ricardo, aspirante al presbiterado, le expresó: “Debes vivir la Palabra, creer lo que lees, ser un hombre de fe, no predicar de los labios para afuera. Debes enseñar lo que crees, ser coherente, vivir como presbítero con alegría. Te corresponde santificar en nombre de Cristo al celebrar su misterio. Esfuérzate por hacer morir en ti el mal y procura caminar en una vida nueva”.
Finalmente, el obispo motivó a los ordenandos a ser padres para todo el pueblo de Dios, a ejemplo de San José.
“San José es protector. Protejan, sean padres para una comunidad que hay que cuidar. Protejan del hambre, de la pobreza, de las injusticias, del pecado, del enemigo. San José nos da ejemplo de padre. San José es ejemplo de santidad, amoroso, entregado.
Rito de ordenación
Después de la homilía se llevó a cabo el rito de ordenación diaconal , que inició con el interrogatorio del obispo a los aceptados diáconos y enseguida al hoy presbítero. Todos se postraron rostro en tierra mientras el obispo, consagrados y pueblo de Dios oraban por ellos.
El obispo impuso las manos a los diáconos, quienes fueron revestidos por sus familias y padrinos.
Enseguida se llevó a cabo el rito de ordenación presbiteral, donde el obispo y sacerdotes impusieron las manos a Ricardo, para luego ser revestido con los ornamentos propios de su ministerio.
Las manos del nuevo sacerdote fueron ungidas por el obispo, y después le fueron entregados el pan y el vino, ofrenda de la Iglesia presentada por sus padres.
Presbíteros y diáconos fueron recibidos en cada una de las órdenes recibiendo un abrazo del obispo y sus hermanos de ministerio.
Luego del rito de ordenación, el nuevo presbítero concelebró la Eucaristía con el obispo, y los diáconos la asistieron. Finalmente todos fueron presentados al pueblo de Dios, que recibió la bendición del padre Ricardo.
Al finalizar la celebración, la comunidad diocesana se unió en alegría para compartir una rica cena en el atrio de la Catedral.
Destinos
Al final de la celebración, el obispo informó el destino que designó para los nuevos diáconos y al nuevo presbítero para ejercer su ministerio, quedando de la siguiente manera:
Pbro. Ricardo González, vicario de San Martín de Porres
Diac. Felipe Ramos, Nuestra Señora del Perpetuo Socorro
Diac. Jesús Figueroa, La Virgen de la Luz
Diac. Jesús Manuel Martínez, San Vicente de Paúl
Diac. Gustavo Balderas, Santa Teresa de Jesús
Frase del obispo
El servicio implica imitar a Jesús servidor, que ama, que da la vida. Un servicio con humildad, sencillez, pero también con ingenio, con alegría, a ejemplo de Cristo sacerdote, maestro, pastor, siempre guiados con la fuerza del Espíritu Santo.