Diana Adriano
En un reciente fallo, un tribunal federal mexicano ordenó la provisión de servicios de aborto voluntario hasta las 12.6 semanas de gestación en el estado de Chihuahua.
Sin embargo, la implementación de esta orden ha enfrentado resistencia a nivel estatal, cuyos representantes sanitarios se niegan a acatar la orden debido a que se contrapone al Código Penal local.
En medio de esta controversia, el abogado Rubén Trejo Ortega compartió su perspectiva sobre el delicado tema, arrojando luz sobre los aspectos legales y sociales implicados, profundizando en las implicaciones y desafíos de esta orden judicial en Chihuahua.
A continuación la entrevista
¿Qué opina de la orden de un tribunal federal para que los servicios de salud de Chihuahua realicen abortos gratuitos a quienes lo soliciten, hasta la semana 12.6?
Desgraciadamente en nuestro país, desde hace algunos años, se instaló en la Suprema Corte de Justicia en lugar de un grupo de juristas expertos en diversas materias, sobre todo en constitucionalismo, un grupo ideológico que empuja una agenda conocida como la ideología de género o perspectiva de género. A partir de la llegada de este grupo de “juristas”, hemos presenciado fenómenos en los que, a mi juicio, los tribunales se han extralimitado en sus funciones, especialmente aquellos que resuelven temas de amparo y derechos humanos.
Básicamente, el objetivo del amparo es la protección de los derechos fundamentales. En ese sentido, las sentencias emitidas por la Suprema Corte, alineada de esta manera, han marcado una línea donde se observan estas extralimitaciones, llegando incluso a dar órdenes de esta naturaleza. Es probable que en algún amparo, una sola persona haya recibido una sentencia favorable que permitiera practicar un aborto en esas condiciones, y ahora se pretende hacer esto extensivo, invadiendo la esfera legislativa y las facultades del Estado de Chihuahua.
Cabe recordar que cuando se discutió el tema en 2007 sobre la legalización de ciertas disposiciones del Código Penal y la Ley de Salud de la Ciudad de México, que despenalizaban el aborto y facilitaban su acceso hasta las 12 semanas de gestación, el principal argumento fue que estas medidas no eran inconstitucionales porque los estados tenían libertad de configuración legislativa. Es decir, establecieron que estas materias, al no ser de competencia federal, debían ser definidas por cada estado, similar a lo que ha hecho recientemente la Suprema Corte de Estados Unidos.
Sin embargo, este criterio se ha abandonado, y ahora la actual Corte sostiene que el aborto es un derecho fundamental, cambiando esta perspectiva debido a la presión de ciertos grupos, y alterando así la visión original. Esto representa una interpretación ideológica de la Constitución, derivada de una teorización de la perspectiva de género que no tiene relación con el derecho mexicano ni con el derecho internacional al que históricamente nos hemos adherido.
¿Qué opina de la respuesta de la Secretaría de salud de Chihuahua al Tribunal, al negarse a cumplir porque ha dicho que eso se contrapone al Código Penal de Chihuahua?
En mi opinión, tienen razón, porque el Estado, constitucionalmente, tiene esa libertad de configuración legislativa. Además, no solo posee esa libertad, sino que, como un estado soberano debemos recordar que los estados están unidos a una federación y en cualquier momento pueden separarse. Es decir, la federación no tiene un territorio propio; el territorio de esa federación son los estados en su conjunto, es una alianza entre estados para formar un supragobierno, por así decirlo, y muchas de las facultades en la Constitución pertenecen a las entidades federativas.
Además, la propia Constitución establece en su artículo primero la progresividad de los derechos humanos. Por ello, el derecho a la vida es un derecho fundamental, y es el que tiene más valor, porque si no se garantiza el derecho a la vida, no se puede garantizar ningún otro derecho fundamental. Esto es por lógica. Este derecho fundamental debería ser protegido desde cualquier punto de vista, incluso si hubiera duda de que en algún momento hay vida en el útero. Esa sola falta de certeza de que existe vida o no debería llevar a la Suprema Corte y a los tribunales federales, si fueran congruentes con este principio, a proteger al neonato, porque no sabemos si hay vida o no.
Desde el momento de la fecundación, ya hay un ser en formación y ese ser tiene derechos. El hecho de que una persona esté en una etapa de gestación no quiere decir que no tenga derechos. Esos derechos deberían extenderse no solo hasta las 12.6 semanas de gestación, sino desde el momento de la fecundación. Porque es en ese momento cuando se comienza a generar un ser totalmente distinto e irrepetible, y, al ser así, tiene derechos fundamentales. La postura del gobierno (de Chihuahua) es correcta, tanto en función de lo que nos dice la lógica y la ciencia, como en el marco legal y constitucional.
El Gobierno estatal (Secretaría de salud) analiza todo el tema legal en este caso Usted como abogado, ¿qué final avizora a este desacuerdo?
No puedo dar un pronóstico de lo que va a suceder, pero creo que el Gobierno de Chihuahua debe mantenerse firme en su postura, porque le asiste la razón y la Constitución. Es una postura congruente, a favor de la vida, y con sustento jurídico. No veo por qué en el futuro tendría que dar marcha atrás, además de que está defendiendo su soberanía en cuanto a la libertad de configuración legislativa que posee.
Por las presiones existentes ¿Llegará el momento en que el Código Penal de Chihuahua permita el aborto?
Yo espero que no sea así. Por el contrario, esperaría que se dieran reformas en un sentido opuesto. No me refiero a endurecer las penas, sino a crear un marco legal que favorezca el desarrollo de la vida en todas sus etapas. Es una buena oportunidad tanto para los ciudadanos como para los gobernantes en nuestro Estado de hacer una revisión exhaustiva de qué tanta protección tiene la persona en sus diferentes etapas en su derecho fundamental a la vida. Si estamos dispuestos a acabar con un ser humano en formación, ¿qué otra cosa nos detendrá? Esto podría llevarnos a que en otros ámbitos de la vida social tampoco haya respeto por la vida de los más indefensos.