Con un novedoso proyecto catequético, la comunidad de Catedral mostrará a los fieles las realidades más allá de la muerte: el cielo, el purgatorio y también el infierno… se abrirán siete puertas del infierno para que aprendamos a decirle “no”.
La comunidad de la Catedral de Nuestra Señora de Guadalupe, encabezada por su párroco Eduardo Hayen, llevará a los fieles de Ciudad Juárez a un recorrido por “el infierno”, como una forma de plantear que es una realidad que podrían experimentar después de la muerte.
Esto a través de una exposición interactiva en que se presentarán “las siete puertas del infierno”, en un evento que se realizará el próximo domingo primero de noviembre, día de Todos los Santos.
La iniciativa es parte de un innovador proyecto catequístico en el que los asistentes podrán conocer y reflexionar sobre las tres realidades de vida eterna: el cielo, el infierno y el purgatorio, este último, un lugar transitorio.
La catequesis se realizará con la intención de hacer una reflexión en torno a las tres fiestas que la ciudadanía fronteriza celebrará el próximo fin de semana, una pagana, y dos cristianas: Halloween, el 31 de octubre; Todos los Santos, el 1 de noviembre; y Día de Muertos, el 2 de noviembre.
Cielo y Purgatorio
En la convicción de que después de la muerte viene para el alma un juicio y por consiguiente una sentencia de parte de Dios, la comunidad de Catedral desea que la comunidad diocesana tome conciencia de que, llegado el momento, existen tres lugares de vida eterna, dos permanentes y uno temporal.
“Existe la posibilidad del cielo, el infierno o purgatorio. Queremos, como comunidad, dar una catequesis de esos tres lugares a través de un recorrido”, compartió Ángel Herrera, integrante del grupo de Renovación en Catedral.
La Eucaristía, dijo Ángel, es el mejor lugar que se puede comparar con el Cielo, por eso, la catequesis será la Misa, donde la homilía del sacerdote que presida será una catequesis para los fieles, además de que seguramente reflexionará sobre los otros dos lugares.
“En la misa se hará invitación a los otros lugares. De igual manera se buscará que quienes visiten primero el infierno y el purgatorio sean canalizados hacia nuestro cielo, que es la Eucaristía.
“El purgatorio será representado con un altar de muertos en el interior de la Misión de Nuestra Señora de Guadalupe. Ese altar estará dedicado para recordar a las primera generaciones de juarenses que están sepultadas en los alrededores de la Misión de Guadalupe”, explicó Ángel.
“Un grupo de hermanos de la parroquia trabajará en el altar de muertos y ofrecerá una catequesis a través del personaje “La catrina” de José Guadalupe Posadas para hablar del purgatorio, lugar de espera para posteriormente ascender al cielo”, agregó el entrevistado.
El Infierno
Como una realidad de sufrimiento es como la Biblia muestra el infierno, lugar al que se llega por decisión personal al vivir alejados de Dios y esclavos del pecado.
“Es una realidad bíblica que nos dice que será algo muy duro y que una persona toma la decisión de ir a ese lugar. Esto no es una cuestión de juego, es una cuestión seria que tiene que ver con nuestro destino final, con nuestra eternidad”, compartió Ángel.
Al ser una situación delicada hablar del infierno, los organizadores buscarán dar una catequesis que lleve a los asistentes a una reflexión.
“Queremos concientizar a las personas para que pidan a Dios y al Espíritu Santo no tomar esa decisión”, expresó.
Para lograr el objetivo, se ambientará la cochera de Catedral (cuya entrada está por el corredor peatonal de la 16 de Septiembre), como una casa con siete cuartos y siete puertas que representarán los siete pecados capitales y sus consecuencias extremas.
Los grupos de Renovación y ACAN ya trabajan en los detalles de la ambientación de lo que será la casa de “las siete puertas del infierno”.
“Cada uno de los pecados y sus consecuencias se van a representar y actualizar para que la gente vea cómo cada uno de ellos nos afecta el cuerpo y el espíritu y que constanten que esos pecados nos pueden llevar al infierno. Al mismo tiempo estaremos orando para que en su corazón se genere un arrepentimiento, un anhelo de conversión, de cercanía con Dios y el seguimiento de sus mandamientos”, compartió Ángel.
Efectos Especiales
Para dar un efecto más impactante, los asistentes descubrirán mediante la vista, el oído, el tacto, el olfato e incluso el gusto, aspectos que puedan relacionar de alguna manera con el infierno como un lugar que se sentirá en todos los sentidos y les cause repulsión.
“Será una catequesis con nuevos métodos sobre algo que es real, porque el infierno es real. Después del recorrido habrá servidores para atender a las personas que requieran algún consejo. Un grupo de jóvenes canalizará a la gente a la siguiente misa. Será una catequesis que nos lleve a la evangelización”, afirmó.
Trabajo De Comunidad
Ya desde hace dos meses los grupos parroquiales de Catedral trabajan para hacer realidad este proyecto. Trabajan en aspectos de planeación, creatividad y búsqueda de recursos. En las últimas semanas se hará la parte de ejecución.
Pero además de la preparación material, los organizadores se encuentran en preparación espiritual y catequética.
“La catequesis la hemos llevado también nosotros. Somos una comunidad muy unida, este trabajo ha sido motivo de fraternidad, unidad, de identificarnos como parroquia. Quien nos coordina es el padre Hayen, él nos mostró una manera diferente de catequizar”, dijo Ángel.
La parte del infierno estará a cargo de los grupos de ACAN y Renovación, en los altares de muertos (purgatorio) estarán los coros y catequesis, y en el cielo los ministros, lectores, monaguillos y las religiosas.
Durante el día, se contará también con un espacio de oración de intercesión, además de que estará disponible un grupo para pastoreo en caso de que así se requiera.
“Invitamos a la comunidad a experimentar esta nueva manera de catequesis muy de Iglesia. Se cuidará mucho la parte de doctrina, se le dará la seriedad que corresponde. Es un tiempo bueno para reflexionar y pensar: ¿y luego de nuestra muerte, qué?”, invitó.
Y agregó: “Lo hacemos no como una cuestión de infundir miedo, sino como una cuestión de ser responsables, de estar conscientes que un día vamos a responder por nuestra vida, nuestra fe y nuestras obras. Lo creamos o no, algún día sucederá”, finalizó el entrevistado.