Seguimos reflexionando en torno a valores con el papa Francisco a nuestro lado. Hoy toca reflexionar el valor de la dignidad .
La dignidad es una característica que tenemos los seres humanos simplemente por existir, significa que todas las personas tenemos que ser respetadas, valoradas sin importar si somos de tal color, si somos de tal condición particular si somos niños o adultos, todos tenemos el valor de la dignidad. Aquí es importante que nosotros le demos también además una visión espiritual, no verlo nada más por el lado social sino de una manera íntegra.
¿Qué tenemos que hacer para revalorar la dignidad? primero tratando bien a quienes nos rodean. Dice el papa: hay que tratar bien, hay que respetar a quienes nos rodean también reconociendo los derechos de todos y esto implica de aquí para allá y de allá para acá, porque luego nada más defiendo mis derechos, pero no veo el derecho de los otros. Es reconocer nuestros derechos también ayudando a que todos puedan vivir con dignidad, ayudarnos todos; tenemos que contribuir como familia, en la sociedad, en las instituciones, en la Iglesia, en fin, todos tenemos que ayudar a través de la formación y la educación, a vivir con dignidad, a valorarnos unos a otros también queriéndonos como somos, aceptándonos como somos.
Ya otros valores que hemos reflexionado anteriormente se relacionan: la autoestima, la solidaridad, la prudencia, la amistad, todo eso tiene qué ver también con el reconocernos con dignidad queriéndonos como somos.
El papa Francisco nos dice que la dignidad es el derecho a ser respetados. Dice el papa frases muy puntuales: la dignidad humana es lo que todos nosotros, fuertes o débiles, ricos o pobres tenemos en común más allá de nuestras diversas limitaciones… todos lo tenemos.
El papa dice quien quiera vivir con dignidad y plenitud no tiene otro camino más que reconocer al otro y buscar su bien, entonces son dos cosas muy importantes que aquí el papa nos invita a reflexionar: reconocer al otro que tiene dignidad, que vale por el hecho de existir, por el hecho de ser persona, pero también como es persona y tiene dignidad, debo de buscar su bien, debo de ayudarle, debo de favorecer para que sea feliz, para que crezca, para que se desarrolle, para que sea productivo, para que viva bien y buscar siempre su bien.
También hace una relación el papa muy importante entre la dignidad de la persona humana y la paz. Dice: la paz muchas veces se ve herida por cualquier negación de la dignidad humana, sobre todo por la imposibilidad de alimentarse de modo suficiente. Cuando nos mueve el egoísmo, cuando nos mueve un interés material, cuando nada más queremos sacar provecho, favorecer lo que yo pienso, entonces se pierde la solidaridad. Dice el papa que eso es un atentado contra las personas y rompe y hiere la paz.
Sobre todo habla ahí en cuanto a la alimentación: hay mucha hambre. A veces nos estamos preocupando por otros “derechos” cuando mucha gente se esta muriendo de hambre.
La dignidad humana es la misma en todo ser humano, cuando la pisoteo en el otro, estoy pisoteando mi propia dignidad, es decir me valoro, valoro al otro, valoro al otro, me estoy valorando a mí; desprecio al otro, golpeo al otro, pisoteo al otro, estoy pisoteando mi propia dignidad. Por eso tenemos que actuar con un gran compromiso como cristianos. Vemos a Jesús: Él respeta a todos, respeta al pobre, al niño, al enfermo, al pecador… los trata con dignidad. Cristo es el modelo de cómo debemos tratarnos unos a otros, Cristo es el modelo de cómo debemos respetar al hombre en su dignidad.
A los papás, a los educadores, a los que tenemos alguna responsabilidad en cuanto a la educación, es importante transmitir a los niños que todos los seres humanos sin distinción de sexo, edad, condición física o religión son seres valiosos y como tales merecen ser tratados con respeto.
Tales acciones que tenemos que implementar los invito a que lo hagamos así: primero vivir cada uno con dignidad… para defender la dignidad tengo que empezar por mí mismo, ser una persona que vive con dignidad, que goza de libertad para decidir lo que considera que es mejor para su vida; se pudiera equivocar al tomar una decisión, pero las condiciones están dadas para vivir con dignidad.
En segundo lugar, enseñar a respetar la dignidad desde las familias. El hogar es un espacio importante donde los niños pueden adquirir el sentido de su propia dignidad y el de la dignidad de los demás. Eso implica en cuanto a la enseñanza a la educación a respetarnos en la vida, escucharnos, hacernos sentir orgullosos de los logros de los demás, de nuestros propios logros y evitar la utilización de palabras ofensivas, actitudes negativas que avergüencen o nos avergüencen… eso implica pues mucho respeto.
Por lo tanto, queridos hermanos, tú vales mucho, tú eres una persona con dignidad, eres hijo de Dios, Dios te ama, pero el otro también, reconócelo, que eso que tú tienes lo veas en el otro, respeta al otro, ama al otro, ayúdale, busca el bien. Todos tenemos dignidad por el hecho de ser personas; desde la misma definición, la palabra dignidad viene del latín dignitas que significa valioso, con honor, merecedor. Así de que nosotros como Iglesia debemos trabajar mucho en ese sentido, tú eres valioso y digno porque Dios te ama, Dios está presente en tí y está presente en tu hermano. Los saludo con un abrazo y les doy siempre mi bendición.