Desde hace algunos días está funcionando en el Vaticano el dormitorio del Papa Francisco para las personas sin techo, el cual puede alojar hasta a 34 personas por noche. Así lo comunicó con una nota la Limosnería apostólica, que se ocupó de los gastos para arreglar y equipar los locales.
El Papa Francisco fue recibido en el dormitorio el pasado jueves 15 de octubre y saludó con cariño y cercanía a cada uno de los treinta huéspedes de esta estructura ubicada en la Calle de los Penitencieros, cerca del Hospital Santo Espíritu.
El Santo Padre fue acogido por el Limosnero Pontificio, Mons. Konrad Krajewski, con el Prepósito General de los jesuitas, Padre Adolfo Nicolás, el Padre Joaquín Barrero Díaz, Superior de la Comunidad de la misma Curia General, y las tres Misioneras de la Caridad de la Madre Teresa de Calcuta y los voluntarios que las ayudan.
El amplio local se encuentra en zona extra-territorial. Hasta hace pocos meses era utilizado por una agencia de viajes, y fue ofrecido al Papa por la Casa Generalicia de la Compañía de Jesús. De esta manera la comunidad de los jesuitas respondió al llamado de Bergoglio, que en octubre de 2013 había pedido que se ofrecieran las propias propiedades a las personas necesitadas y en dificultades.
La Visita
Fue después de los trabajos del Sínodo de la familia el 15 de octubre, cuando el obispo de Roma visitó el albergue benéfico, pocos días después de su inauguración.
Recordamos también que esta estructura se llama ‘Don de la Misericordia’. ‘Don’, porque, como explica un comunicado de la Limosnería Apostólica, es un regalo que la Curia General de la Compañía de Jesús ha ofrecido al Papa, respondiendo al llamamiento pontificio de alojar en los inmuebles de propiedad de las comunidades y órdenes religiosas a las personas necesitadas. Y ‘Misericordia’, porque misericordia es el segundo nombre del amor, que se expresa a través de gestos concretos y generosos.
Como ya se anunció, la Limosnería Apostólica tiene a su cargo este dormitorio, que puede acoger a 34 hombres, por una permanencia máxima de 30 días, que incluye la posibilidad de cenar en la cercana Casa ‘Don de María’, en el Vaticano, administrada asimismo por las religiosas de la Madre Teresa, que desde 1988, ofrece la posibilidad de pasar la noche a mujeres necesitadas, con 50 camas a disposición.