Diana Adriano
En un emotivo gesto que refleja el espíritu navideño, la comunidad de San Martín de Porres llevó a cabo su tradicional entrega de juguetes para los niños de la comunidad, el pasado 20 de diciembre.
El padre Daniel Sierra, párroco, compartió su entusiasmo al destacar la colaboración continua de la comunidad y generosos benefactores.
«Ya tenemos algunos años entregando juguetes a los niños de la comunidad y otros bienhechores que cada año nos ayudan a llevar alegría a los más pequeños”, expresó el sacerdote.
“En su mayoría, son juguetes nuevos destinados a garantizar que los niños disfruten de una Navidad alegre y contenta. Ese es nuestro principal motivo», añadió.
¡700 juguetes!
En esta ocasión, la comunidad logró recolectar y distribuir cerca de 700 juguetes, ante lo cual el presbítero expresó gran satisfacción.
“Me da gusto que podamos llevar a cabo esta actividad. Queremos que los niños, ya sea que tengan o no -recursos-, aprendan a vivir su fe y a convivir con otros niños», dijo.
El entusiasmo de los niños era palpable.
“Pedimos que los juguetes que donaran no fueran bélicos, sino algo que los niños puedan disfrutar juntos, fomentando la convivencia y la diversión compartida», abundó el párroco.
Antes de la entrega de juguetes, el sacerdote condujo el rezo del Santo Rosario para niños, en el cual oraron por la intercesión de María para que cuide a los niños que sufren, a los ancianos solos y abandonados. También pidieron en especial por los padres de los niños ahí presentes.
Alegría en los pequeños
La distribución de juguetes abarcó una amplia variedad que capturó la diversidad de gustos y edades entre los niños. Desde delicados juguetes para bebés, hasta coloridos juegos de construcción y muñecas, así como otras opciones emocionantes para los niños.
La alegría se desbordó cuando los niños, organizados por grupos, recibieron con entusiasmo sus regalos. Los más pequeños fueron deleitados con juguetes de estimulación temprana, mientras que las niñas y niños mayores se emocionaron con una variedad de opciones que reflejaban la diversidad de intereses presentes en la comunidad.
El padre Daniel compartió que la entrega no solo fue un regalo material, sino también un recordatorio de la riqueza de la comunidad y la generosidad que prevalece en la temporada navideña.