‘Reto del Clonazepam’ es uno de los tantos desafíos que realizan en redes sin conocer sus letales consecuencias
Diana Adriano
Un nuevo desafío viral en TikTok, conocido como el ‘reto del clonazepam’ o ‘el que se duerma al último, gana’, despierta un alarmante interés en los menores de edad, especialmente entre los 12 a los 17 años.
Esta situación ha causado que adolescentes en el país que se han sumado a este peligroso ‘juego’, terminen con graves consecuencias en la salud.
Raúl Salas Torres, conferencista certificado de Guardia Net, explicó a Periódico Presencia que una mayor supervisión de los padres de familia para conocer los contenidos digitales a los que acceden los adolescentes, puede ser la diferencia entre la vida o la muerte.
Situación alarmante
El entrevistado señaló que esta no es la primera vez que aparecen este tipo de retos en las redes sociales, puesto que ya se han dado algunas consecuencias fatales en retos anteriores.
“Por ejemplo, en Tik Tok ya hubo uno muy famoso en Italia, en el que una niña de diez años murió asfixiada mientras grababa un reto llamado ‘blackout’ o ‘desafio del desmayo’ y quien la encontró fue su hermanita de cinco años, en el baño de su casa. Obviamente, el caso conmocionó a toda Italia”, compartió Raúl.
“En la entrevista, los papás comentaron que la niña estaba participando en el llamado ‘blackout challenge’, un reto en el que gana quien más tiempo aguanta sin respirar. La niña se puso un cinturón en el cuello para lograr este efecto y ya no le dio tiempo de quitarlo, lo que lamentablemente le provocó la muerte”, indicó.
Recordó otro ejemplo de este fenómeno que pone en peligro la vida e integridad de los niños y adolescentes: el reto ‘Ballena azul’, cuya meta final era el suicidio.
“La ‘Ballena azul’ era una serie de retos que la persona debía de cumplir, cada uno con una mayor dificultad, hasta que el ultimo nivel era invitarte a producirte el suicidio. Esto provocó que hubiera respuesta a nivel cívico, social y legislativo en diversos países, por lo menos en el control del acceso con respecto a las edades de la red social de Tik Tok”, indicó el entrevistado.
Reto del Clonazepam
Ante estos retos que siguen proliferando, hay múltiples factores que quedan expuestos, por ejemplo, la ausencia de una supervisión de los padres de familia en las actividades que realizan sus hijos, la falta de capacitación de profesores para entender las nuevas tecnologías y la cada vez más ambigua línea divisoria entre lo virtual y lo real, para una generación que cuenta con herramientas para hacer viral cualquier fenómeno.
En la actualidad, un desafío que ha cobrado notoriedad es el llamado ‘Reto del clonazepam’.
“En este se trata de poner a prueba a los efectos de este fármaco que es un antidepresivo, y entre otras cosas, puede producir somnolencia”, dijo Raúl.
Explicó que el ‘juego’ consiste en que los participantes busquen la forma de mantenerse despiertos después de tomar clonazepam, y gana la persona que logra quedar despierta por más tiempo”.
“En este reto hay una cosa muy extraña, porque además de que este es un medicamento controlado, esto implica, que la receta te la de un médico reconocido para el ejercicio de su profesión, se requiere presentar identificación del paciente y la farmacia en el que lo adquieres se queda con la receta y una copia de la identificación del paciente”.
“Esto de entrada nos habla de posibles fenómenos que ya no solo están en las aplicaciones o redes sociales, porque ¿cómo te explicas que estos medicamentos de pronto estén al alcance de menores de edad que participan de los retos, y que no sean casos aislados?”, dijo Raúl.
Con preocupación, el entrevistado denunció que hay instituciones que hacen posible que estos fármacos lleguen a los adolescentes en cantidades considerables.
“Aquí también entra la importancia de que los padres estén alerta a lo que realizan los hijos, puesto que el ingerir este fármaco va más allá de creer que es solo un reto, ya que en altas dosis puede llevar al coma o hasta la muerte”, compartió.
Cómo mantenerse alertas
Como forma de prevenir estas situaciones en las familias, el conferencista invitó a los padres y maestros a capacitarse y tener mayor cercanía para orientar a sus hijos y alumnos.
“Me gustaría tomar un ejemplo que se utiliza mucho en GuardiaNet: si nosotros cuidamos lo que entra a nuestra casa, nos protegemos de lo que puede venir después, el caso de Internet es una cosa similar. Se puede instalar filtros de contenidos para evitar que ciertos materiales lleguen a nuestros hijos, así como en los teléfonos celulares y computadoras”, expuso.
No obstante, reconoció que a fin de cuenta esos son paliativos, pues “no hay ningún filtro, ni dispositivo que nos pueda garantizar al cien por ciento la seguridad en internet”, explicó.
En este sentido, dijo que la formación de criterio en los hijos puede ser la mejor herramienta que ayude en esta situación.
“Cuando éramos niños, los papás hacían muchas preguntas que hoy en día resultan clave en la relación con Internet; ¿a dónde vas?, ¿con quién vas?, ¿a qué hora regresas?, y ¿para qué vas? Podemos hacer estas preguntas a nuestros niños, no porque vayan a salir de la casa físicamente, sino porque entrar en Internet significa que pueden estar en cualquier lugar digitalmente”.
“Y -estas preguntas- son básicas para el uso y las condiciones sobre dispositivos y consolas conectadas a Internet”, dijo el entrevistado.
Igualmente recomendó establecer espacios en casa libres de dispositivos y teléfonos, tales como el comedor, las recámaras y los baños, ya que son lugares en los que los hijos se pueden sentir ‘seguros’ de no ser vistos por los padres.
Además, por supuesto, se sugiere dedicarle tiempo a los hijos para realizar actividades culturales, deportivas, al desarrollo de algún hobby, salidas programadas al aire libre, etcétera.
“Solo es cuestión de que los padres estén dispuestos y alertas, en pocas palabras, ser papás de verdad y no buscar niñeras electrónicas, porque siempre va a salir más caro lo que ocasionan sin supervisión, que lo que cuesta adquirirlos”, remarcó.
¡No son para niños!
El entrevistado quiso enfatizar en algo: Tik Tok, YouTube, Instagram, SnapChat, Facebook, entre otras, son algunas de las redes sociales más utilizadas entre los niños y adolescentes, las cuales los expone a situaciones de pornografía directa y violencia de distintos tipos, cuando se navega sin supervisión de un adulto.
“Pero las redes sociales no son adecuadas para los menores de edad”, aclaró.
“El problema es que el cerebro no está preparado para procesar esto cuando uno es menor de edad. Entonces usar estas herramientas, termina esclavizando a la persona porque llegan a necesitar dar más click’s, y acceder contenidos más novedosos y más frecuentes, para satisfacer la dependencia”.