- Debemos agradecer lo que vivimos, para ser signos de vida eterna, dice en esta entrevista el asesor de la Pastoral de la Salud, padre Felipe de Jesús Juárez.
Diana Adriano
Ante el cambio de semáforo en el norte de Chihuahua, incluído Ciudad Juárez, que ahora indica un menor nivel de riesgo de contagios, podrán retomarse varias actividades suspendidas desde el inicio de la pandemia, hace ya casi seis meses, entre ellos la asistencia a misas presenciales.
Muchos católicos han visto este tiempo de la pandemia como un desierto, por la falta de posibilidad de acercarse a los sacramentos, sin embargo, no hay duda de que de esta experiencia se puede sacar mucho provecho y hay que comenzar, como dice el Papa Francisco, a trabajar en la vida después de la pandemia.
Por ello hemos pedido al padre Felipe de Jesús Juárez, asesor de la Pastoral de la Salud en la diócesis local, que nos ayude a reflexionar sobre las principales enseñanzas que nos ha dejado esta pandemia, así como los retos y la forma en la que se tiene que vivir este retorno a las iglesias.
¿Cuáles son las principales enseñanzas que debemos tomar de esta pandemia?
Toda enfermedad es un momento para reflexionar porque esto que ha pasado, nos ha dicho el Papa Francisco, que si no nos ha hecho mejores personas, entonces ha sido puro tiempo perdido. En realidad debimos haber crecido, porque al final de cuentas es una gracia, visto de la óptica de la fe, entender que somos fieles hijos de Dios, entonces esto nos tiene que llevar a nosotros a comprender que hay algo más todavía que nos toca hacer y vivir, todavía tenemos responsabilidades en esta situación.
Nos hemos demostrado que el amor y la caridad son lo fundamental, ya que ahorita hay mucha gente que perdió a sus seres queridos, trabajo, etc. Y es un fuerte llamado de Dios para que nos movamos a vivir en el amor y la caridad por el prójimo y ver de qué manera podemos ayudar para sostenernos y fortalecernos.
En estos casi seis meses de haberse detenido la vida de la diócesis, ¿qué ha sido lo más difícil de enfrentar para los sacerdotes y para los laicos?
Obviamente el aspecto de la pérdida de la feligresía, en el no tener la comunidad contigo, pues es preocupante que la gente no tenga la práctica de su vida de fe, que se enfríen las personas que han empezado a acercarse.
Otro aspecto es el de sostener; lo que lo sacerdotes tienen qué sostener en estas condiciones, porque en condiciones ordinarias las cosas caminan, pero en esta situación se dejo de percibir el recurso por parte de las ofrendas, y sin embargo los pagos de los servicios siguieron constantemente.
Otro aspecto ahora es el problema de la asistencia al templo en estas condiciones de pandemia, por el riesgo de contagio, y cuidar no ser un agente de contagio para otras personas si no se llevan las debidas indicaciones. Eso es difícil en el plano de la cuestión pastoral.
¿Cómo fue el trabajo desde la Pastoral de la Salud en medio de todo esto?
El señor obispo dio indicaciones precisas respecto a la atención de los enfermos para que todos los sacerdotes tuviéramos mucho cuidado para evitar que también fuéramos factor de contagio para otras personas.
En el sentido en la Pastoral de la Salud, estamos por realizar un proyecto con un taller de resiliencia, que será virtual, y vamos a iniciarlo más adelante para las personas que quieran trabajar las emociones por la pérdida de un ser querido, las situaciones de dolor que pasaron. Se hará saber esto más adelante y se complementará este trabajo con talleres de duelo, porque hubo personas que tuvieron pérdidas muy dolorosas y nos toca como iglesia estar pendiente de ellos.
¿Qué nos quiere decir Dios con todo lo que se está viviendo?
Que seamos mejores personas y tengamos nuestra fe bien cimentada en Él. Dijo el Papa Francisco, y lo repito: esta experiencia de pandemia nos debió de hacer mejores personas.
Y no hemos terminando, debemos entender eso, el virus continua con nosotros, la cuestión es lo que debemos de vivir para poder sobrellevar la situación y que esperemos que pronto pase.
¿Por qué a pesar de todo hay que agradecer a Dios por todo esto?
El agradecimiento parte de un corazón humilde que reconoce que Dios te sigue dando una oportunidad de vida, y mientras tengas vida, tendrás una esperanza de salvación y ese aspecto siempre será una gracia.
Dios siempre sabe lo que permite en su infinito amor y misericordia, y esto son pruebas que tenemos que pasar, siempre vividas desde la visión de la Cruz en el amor que Cristo entregó.
El aspecto de agradecer lo que vivimos es una gracia de crecer en santidad y vivir un mayor amor, ser signos de vida eterna. Por eso agradecemos por seguir aquí.
Acatar recomendaciones en el regreso a los templos
El padre Felipe aprovechó este espaacio para pedir a los fieles tener mucho cuidado en el retorno a las misas presenciales:
Tenemos que hacer caso a lo que nos indica la Secretaría de Salud y apegarnos con fidelidad al uso del cubre bocas, gel antibacterial, la sana distancia, ya que son cosas fundamentales para cuando regresemos a los templos.
La Santa Misa es lo único que se ha permitido hasta el momento, todavía no se permiten otros sacramentos. Tenemos que tomar conciencia que es un primer paso y solo se permitirá el 30 por ciento de asistencia.
La enfermedad no ha cedido, esto lo tenemos que tener muy en claro, sólo nos están permitiendo asistir a lugares que no estaban permitidos antes por el riesgo del contagio.
Tenemos que ser cuidadosos y agradecidos con Dios por permitirnos recibir gente en los templos.