A propósito de la Fiesta de los Fieles Difuntos, que la Iglesia conmemora el 2 de noviembre para recordar a quienes han dejado el plano terrenal, el padre Juan Manuel Orona reflexiona sobre algunas formas para recordarlos de la mejor manera.
Ana María Ibarra
El 2 de noviembre la Iglesia conmemora el Día de los Fieles Difuntos, ocasión para recordar a quienes han dejado el plano terrenal y cuyas almas se encuentran ya descansando en paz.
Donde quiera que se encuentren estos seres amados, además de ser recordados, deben ser honrados de diferentes formas, algunas sobre las cuales reflexiona el padre Juan Manuel Orona, párroco de El Señor de la Misericordia.
Muerte desde la visión cristiana
Inicialmente el padre Juan Manuel reflexionó sobre el suceso de la muerte, cuya visión cristiana debe ser la vida de Jesús, es decir, del Misterio Pascual de Cristo.
“A partir de la vida de Nuestro Señor adquirimos una visión profunda y clara del sentido de la muerte. Jesús murió y resucitó, con su resurrección venció la muerte y nos dio vida eterna. Es en lo que creemos y tenemos nuestra esperanza, por eso decimos que la muerte para un cristiano no tiene la última palabra y es el paso a la vida”, expresó.
Por otra parte, dijo, desde el punto de vista humano la muerte es una experiencia que forma parte de las personas.
“Los seres humanos nacemos y morimos. Nos acompaña esa experiencia humana que está marcada por el dolor, por la tristeza, por el duelo, por una ruptura y llega a crearnos emociones como angustia, abandono y algunas veces hasta cuadros de depresión. Sin embargo, la visión cristiana de la muerte nos lleva a contemplar a Cristo quien venció la muerte y con Él también nosotros”.
La fe de la Iglesia Católica enseña que el ser humano es un cuerpo y el cuerpo está en comunión con sus difuntos y los santos. Esto, explicó el sacerdote, lleva al ser humano a una relación de los vivos con los difuntos y es por eso que son honrados aquellos que ya partieron.
“Cuando hablamos de honrar se utiliza siempre un lenguaje de paz, de gozo, de esperanza, porque es lo que deseamos para ellos y porque así nos lo ha enseñado la Iglesia”, expresó.
Algunas formas
Dijo que como creyentes en la vida eterna y en la resurrección, una manera de honrar a los difuntos es ofreciendo por ellos una indulgencia para que sus pecados, o las huellas que el pecado ha dejado en ellos, sean perdonados y purificados.
“Ofrecer el sacrificio de la Eucaristía por ellos es otra manera de honrarlos. Además, nuestra Iglesia es rica en tradiciones como los Triduos, Novenarios, el Rosario, donde se ofrecen oraciones por su eterno descanso, para que goce de la presencia de Dios -decimos-”.
Agregó que para honrarlos con respeto es importante que sus restos sean colocados en un lugar de reposo, ya sea sepultados en el cementerio o sus cenizas en un columbario o cripta.
“Fuimos marcados con el sello de la Trinidad al ser bautizados. Cuando un cristiano fallece hay que recordar que su cuerpo es templo del Espíritu Santo y debemos honrarlo con respeto. Por eso existe la larga tradición de sepultar el cuerpo de los difuntos, es lo que la Iglesia recomienda. Por otro lado, la Iglesia no prohíbe la cremación, pero las cenizas deben ser custodiadas con dignidad”, dijo.
Fecha privilegiada
El padre Orona resaltó que el 2 de noviembre es un día privilegiado, primero, para reflexionar sobre el acontecimiento de la muerte y que el cristiano se esfuerce por llevar una vida agradable a los ojos de Dios y de reconciliación con los hermanos.
“Hay que apreciar y valorar a las personas que Dios ha puesto en el camino de nuestra vida. Revisar si nuestra vida va a acorde a los mandamientos de Dios, sabiendo que el Señor en cualquier momento nos llamará al encuentro con Él”.
Por otra parte, es también una oportunidad para orar por los seres queridos difuntos, asistir a la santa misa a la conmemoración por los difuntos, organizar alguna iniciativa en familia como el rezo del Rosario o una lectura bíblica.
“También tenemos esa hermosa tradición muy nuestra que es colocar un altar o altares a los difuntos. Podemos hacer un altar a un ser querido ya fallecido, recordando su memoria, sus cualidades, con todo lo que sabemos implica un altar de muertos. Pero lo más importantes es no perder nuestra fe y nuestra esperanza en la vida eterna”, dijo.
“Decía San Pablo: Muertos con Cristo, resucitaremos también con Él”, puntualizó.
Para saber…
Sobre este mismo tema, el padre Juan Manuel invitó a la comunidad a la conferencia “La Sepultura Cristiana y la Digna Conservación de las Cenizas desde la Fe Católica” misma que impartirá el padre Alberto Castillo, formador del Seminario, quien ofrecerá orientaciones fundamentales para poder asumir la doctrina de la Iglesia Católica en relación con estos temas.
La conferencia se llevará a cabo el viernes 3 de noviembre a las 6 de la tarde, en el salón número 1 de la parroquia El Señor de la Misericordia.
Algunas formas para honrar a nuestros difuntos
- Recordando el día de su fallecimiento. Asistir a misa por el día de su aniversario luctuoso.
- Recodarlo en el día de su nacimiento. Traerlos a nuestra memoria y el corazón de manera especial.
- Hablar bien de ellos. Cuando platiquemos de ellos mencionar sus virtudes, agradecer lo que hayan aportado a nuestra vida. Evitar criticar a nuestros difuntos.
- Visitar su tumba, si está en un cementerio, o sus cenizas, si están en un columbario o cripta. Llevar una flor, dedicarle un saludo o una pequeña oración.
- Poner en práctica los principios, las cosas buenas que ellos hayan aportado a nuestra vida.