- En un segundo momento, los exponentes hablaron sobre los retos a enfrentar y como lidiar con la pandemia desde cada una de las áreas.
Soluciones desde lo psicológico
En este rubro, el doctor Oscar habló de la resiliencia, proceso del ser humano para adaptarse y salir adelante ante las adversidades, el trauma, la tragedia, las amenazas o situaciones de mucho estrés.
“El ser humano no regresa al estado original, sino que regresa transformado después de una adversidad. En tiempos de violencia la gente de Ciudad Juárez fue resiliente. La gente tiene una gran capacidad de resiliencia, hemos sido golpeados, pero hemos aprendido a salir adelante y eso se debe tomar en cuenta en esta pandemia”, expuso.
El psicólogo dijo que Dios le dio al ser humano esta capacidad para sobrepasar obstáculos, por eso, la familia y los amigos son importantes para salir adelante.
“Los cambios son necesarios. Experimentamos emociones tan fuertes que nos quiebran, ese quebrarte no es algo malo, es para motivarse, para preservar la vida, cuidar a los hijos, a la familia. Dios nos dio el regalo de poder sobrevivir en los ambientes donde nos encontremos. No estamos solos”, dijo.
Oscar resaltó que si hasta ahorita la comunidad ha salido adelante es porque ha hecho cosas que así lo han permitido, pues cuenta con habilidades para ser fuerte y sobrevivir.
“Esas habilidades hay que agarrarlas y aplicarlas. La gran mayoría de la gente tiene habilidades psicológicas aunque no lo sepa”.
Para enfrentar esta situación, señaló, a veces hay que cambiar la conducta, el pensamiento o las emociones. A esto se le llama tipo de afrontamientos.
“Hay estilos de afrontamientos en que lloras, aceptas y sigues con tu vida. Hay que aceptar la realidad, agradecer a Dios y seguir adelante. En estos estilos de afrontamientos está el acercarnos a nuestra fe”.
Soluciones desde la fe
El padre Manríquez dijo que la fe es parte de la constitución de todo ser humano, pues tiene su parte espiritual que debe ser nutrida.
“Nos enfrentamos a retos como Iglesia Diocesana, uno de ellos es para quienes ayudan a las personas a encontrarse con la fe, y ese reto es la propia fe, dejar de ver a Dios como esa fuerza misteriosa a la cual voy a pedir que me saque la lotería”, dijo el sacerdote.
Señaló que un reto más es que el aprendizaje de fe obtenido durante la pandemia, sea permanente.
“Aprender a hablarle a Dios con familiaridad, sentirlo más cercano. Que el nuevo cristiano emergido de la pandemia, sea mas creyente”.
También mencionó como reto dejar atrás el clericalismo, que “vuelve pasivas a las personas y genera un cristianismo mediocre. Reconocer que los laicos tienen buenas iniciativas para transmitir la fe. Que esa creatividad siga encontrando maneras de llegar a las personas y, las que se han encontrado, se conserven”.
Ante lo anterior, agregó que es importante que se siga generando la catequesis y se crezca en la conciencia de una Iglesia donde el laico es activo.
Para el padre Manríquez otro reto para lidiar con la pandemia, es favorecer una cultura del encuentro.
“Nos morimos de ganas de abrazar y llegará el tiempo, pero mientras hay que expresar el cariño a través de otros medios. No renunciar al afecto, pero buscarlo desde otras perspectivas. Dios está ahí, Dios nos chiplea de formas que no lo pensamos, a través de las interpretaciones que tenemos de la vida. Que Dios nos permita crecer en esta pandemia”.
Soluciones desde lo educativo
En el aspecto educativo, la docente Enny señaló algunos retos a vencer para lograr el aprendizaje.
– Aceptar. “La incertidumbre nos hace tener miedo, lo ideal es aceptar y hacerlo de la mejor manera. Estamos aprendiendo a ser autodidactas, la pandemia nos orillo a esto. Cuando lleguemos al espacio, van a valorar al docente, a la escuela, la van a disfrutar.
– Tolerancia a la espera y a la frustración. Los niños no tiene esta tolerancia, quieren todo rápido. Ojalá aprendamos a esto.
– Espacio de trabajo. Es importante tener nuestro espacio de trabajo con identidad propia para sentir pertenencia, eso cambia radicalmente.
– Sentido de comunidad. Que los alumnos interactúen nos puede salvar de esto que estamos viviendo, es difícil, pero es necesario tratar de hacer esta comunidad.
– Empatía y flexibilidad. Los docentes tenemos que serlo con lo estudiantes y familias. Hay personas que pueden tener una computadora por niño, otras no. No se les puede exigir igual, hay que ser flexibles. Los docentes pedimos lo mismo departe de los demás. Entre mas empatía y flexibilidad mejor. Debemos crear lazos sociales, con creatividad.
“La comunidad educativa es un triangulo: docente padres de familia y alumno. La Iglesia ha demostrado que no hay barreras para la evangelización a través de plataformas, es parte educativa”.
“Dios nos dio la capacidad de adaptarnos. Lo imposible no es tan imposible, ahora tenemos la tecnología para apoyarnos”.Dr. Oscar Esparza
“Algo está haciendo Dios en nosotros a través de esta pandemia: una sensibilidad nueva, una capacidad nueva, una nueva forma de encontrarnos en el amor de Dios. Dios no puede ir en contra de su naturaleza y Él nos va a enseñar nuevas formas de amor. El mismo Dios que nos creo no nos va abandonar. Hay que esperar, no pasivos, sino con esperanza”.
Pbro. Lic. Jesús Manríquez
“Dejo cuatro puntos para el autocuidado del docente: Vivir de acuerdo a nuestros propósito, recuperar energía para nuestro bienestar, conducir los pensamientos y emociones, cuidar nuestra relaciones”.Lic. Enny Estrada