Un arquitecto de la Diócesis de Veracruz visitó la Diócesis de Ciudad Juárez para revisar el templo de Guadalupe, en El Valle, y ofrecer guías para su reconstrucción…
Ana María Ibarra
Después del derrumbe que sufrió el templo de Nuestra Señora de Guadalupe, en Guadalupe Distrito Bravos, en el Valle de Juárez, la diócesis, representada por el padre Francisco García, coordinador de la dimensión de Cuidado de Bienes Culturales y Arte Sacro, invitó al arquitecto Oscar García Lucio para tomar apreciaciones de los daños y asesorar en el proceso de reconstrucción.
Durante su visita, el coordinador de la Dimensión de Arte Sacro en la Diócesis de Veracruz, compartió con el padre Francisco y con el padre Eduardo Mendoza, párroco de Guadalupe, los pasos a seguir para iniciar un proyecto de reconstrucción.
Apreciaciones expertas
En su recorrido por el templo de Guadalupe, el arquitecto apreció, además del daño tan grave que sufrió el templo al colapsarse, algunas alteraciones que, dijo, no le han favorecido por quitarle su originalidad.
“Es una afectación impactante la que sufrió el presbiterio. Se perdió el ábside. Esa es la afectación más fuerte que hay que atender. En el recorrido vimos otros detalles como las torres, los trabajos al interior de la nave que son alteraciones y que por el valor histórico del templo es necesario recuperar la originalidad del edificio”, explicó.
Añadió que es necesario revisar el diseño al interior de los espacios, siempre atendiendo los espacios sagrados como bautisterio y confesionarios, que en este caso, están perdidos.
“Es el momento que se haga su proyecto integral para que quede en su originalidad. El sistema constructivo que vi es de mucho valor”, expuso.
De acuerdo al especialista, el procedimiento en estos casos es proteger la estructura, ya que se trata de un templo antiguo con gran valor arquitectónico, estético y por supuesto teológico y litúrgico.
“Cuando se da un derrumbe en un templo antiguo, todo se documenta. Esta información se puede decir que es un rompecabezas, cada pieza que se mueve se va registrando, y se deben conservar los elementos de mayor valor”, explicó al referise al escombro que debe ser removido.
Etapas del proyecto
El experto informó que tras el análisis, se debe determinar un proyecto de intervención.
“La primera etapa es hacer un informe del estado actual. Para intervenir hay que saber cómo se encuentra la edificación y elaborar una serie de planos, fotografías e investigaciones”, dijo.
La segunda etapa es el diagnóstico.
“Con la información completa se conoce, se analiza y se puede dictaminar cómo se va a intervenir, que es la tercera etapa. Los planos indicarán la metodología para intervenir”.
Resaltó que la intervención no se realiza por un criterio personal del arquitecto o del sacerdote, sino por lo que indica la información para garantizar y estabilizar el inmueble.
Cuando se tiene el proyecto, agregó García Lucio, viene la gestión de permisos.
“Estos proyectos son importantes para la nación y para la Iglesia. El primer permiso es con el dueño del inmueble, en este caso el Instituto Nacional de Antropología e Historia (en algunos casos puede ser el Instituto Nacional de Bellas Artes -INBA-)”, dijo.
Otro permiso viene de la Iglesia, a través de la Dimensión de Arte Sacro.
“El INAH cuida sus interés, que es estabilizar el inmueble. El proyecto que tenemos que hacer en este caso es con fundamentos teológicos y litúrgicos. Esa es la parte de la Iglesia”.
El profesionista agregó que en algunas ocasiones o en casos muy particulares, el municipio también participa.
Recursos para la reconstrucción
El arquitecto explicó que existen tres esquemas para la obtención de recursos para la reconstrucción, los cuales involucran al gobierno, instancia que tiene el compromiso de ayudar a la Iglesia para recuperar el inmueble.
Dijo que el primero es el Fondo Nacional de Desastres Naturales (FONDEN), que es muy probable que apoye al templo de Guadalupe, ya que el derrumbe se originó poco después de la época de lluvias, además de que la zona de Guadalupe está catalogada como zona sísmica.
Un segundo esquema es una póliza de seguro con la que cuenta el INAH para cubrir y proteger al patrimonio edificado de cualquier género, aunque el de carácter religioso es el considerado más importante.
“El tercer recurso se llama FOREMOBA (Fondo de Restauración de Monumentos y Bienes Artísticos), programa de conservación que lleva la Dirección de Sitios y Monumentos de la Secretaría de Cultura (Federal), el cual dispone recursos para reconstrucción de monumentos e imágenes”, explicó el experto.
Templo de gran valor histórico
El templo de Nuestra Señora de Guadalupe tiene un registro ante el INAH de 1905 y es parte de todo un circuito de templos de misiones con rasgos y características muy importantes, que serán descubiertos por los especialistas durante el proyecto integral que se realizará.
De acuerdo al arquitecto García, resulta difícil para la comunidad descubrir el valor histórico de su templo.
“La gente puede reconocer que tiene cien años, pero cuando les presentamos dónde está ese valor, la comunidad lo empezará a ver de otra manera. Este templo por alguna razón está aquí, en un contexto muy interesante, cercano a la frontera y a este río famoso”.
Añadió que al explicar el sistema constructivo de templos como el de Guadalupe, la gente y el párroco actúan con más respeto al pensar en hacerle alguna reparación o mejora.
“Estos edificios tienen un por qué, los colores litúrgicos, los números…todo está de manera simbólica. Pude ver un piso totalmente nuevo, una loseta que compraron en un lugar de materiales y si lo levantamos, algo nos podemos encontrar. El proyecto puede llegar a una profundidad de investigación muy grande”, expresó.
Recomendaciones
Como recomendaciones generales, el experto aconsejó primeramente apuntalar el edificio para protegerlo de nuevos colapsos y buscar otro lugar para las celebraciones, pues hay que darle tiempo al templo, dijo.
Afirmó que con un proyecto integral, la misma comunidad, no solamente el gobierno y la Iglesia, podrá ver más claramente todo lo que necesita su templo e ir interviniendo.