Ana María Ibarra
Como una muestra de agradecimiento a Dios por los frutos obtenidos durante tres años de trabajo, voluntarias del programa de valores del Desarrollo Integral de la Familia Municipal (DIF) llegaron en procesión al templo de Catedral y entraron por la Puerta Santa en este Año de la Misericordia para ganar la indulgencia plenaria.
“Venimos a darle gracias a Dios por todas las gracias recibidas”, compartió en entrevista Rosela Yamada, coordinadora del programa de valores del DIF municipal.
“Como católicas reconocemos que la acción del Espíritu Santo siempre está presente en cada una de nosotras y recordamos a quién servimos que es a nuestro Dios”, agregó quien además de coordinar el programa de valores es servidora de la comunidad Nuestra Señora de la Paz.
Previo a la procesión, Rosario Cortez, dirigente de las voluntarias del DIF, compartió con ellas el significado de atravesar la Puerta Santa para disponerse a caminar realizando cantos y el rezo del Rosario.
Al entrar a Catedral, mientras esperaban el momento de la celebración eucarística, se dispusieron a un momento de meditación como preparación a la Eucaristía.
La Misa
Con cariño y alegría, el padre Eduardo Hayen, párroco de Catedral, dio la bienvenida a voluntarias y voluntarios del DIF Municipal.
“Ustedes queridas hijas vienen del DIF, es algo muy bello, un signo de amor a Dios y de testimonio para todos nosotros. Con la indulgencia Dios nos quita la culpa, la pena por los pecados cometidos y ustedes han ganado esa indulgencia al atravesar la Puerta Santa”, refirió el sacerdote.
El padre Eduardo invitó a las voluntarias a descubrir el sentido de su trabajo.
“Ustedes se encuentran con casos difíciles y ante esos casos ustedes son representantes del Señor. Esas personas que se acercan a ustedes se sienten tratadas con cariño. Las felicito por este gesto que hicieron. Dios derrame bendiciones sobre ustedes y sus familias”, expresó el padre Eduardo, para luego rociarlas con agua bendita.
Viven Bienaventuranzas
Convencida que en el DIF municipal se viven, se manifiestan y se cumplen las Bienaventuranzas, Rosela agradeció a Dios el ciclo que concluyen y puso en las manos del Señor el camino que ella y sus compañeras tendrá que seguir.
“En el DIF se da de comer al hambriento, se consuela al triste…los que venimos hoy en procesión impartimos valores en centros comunitarios, escuelas, capillas, asociaciones civiles”, explicó sobre el grupo que es parte del equipo de 105 voluntarios de comunidad y más de 300 voluntarios maestros que imparten valores en diferentes puntos de la ciudad.
“Estamos cerrando ciclo y le pedimos a Dios nos dé la fuerza necesaria para saber qué es lo que viene, siempre con el espíritu servicial. Agradecemos también el apoyo incondicional de la directora del DIF Marisela Vega Guerrero”, finalizó Rosela.