Estos son sólo algunos de los grupos que desde hace varios años sostienen a seminaristas y formadores del Seminario, no sólo alimentándolos, sino acompañandolos y animándolos en su camino de entrega a la comunidad.
Comisión de acompañamiento de bienhechores del Seminario
El Seminario Conciliar de Ciudad Juárez está muy agradecido con todas las personas que, desde lo profundo de su corazón, deciden ayudar a esta palestra del espíritu, casa que busca formar pastores.
Los seminaristas y formadores nos sentimos profundamente comprometidos en nuestro trabajo, pero nuestra vocación necesita de ayuda, primeramente, espiritual, ya que con sus oraciones animan y fortalecen a cada uno de los que nos encontramos dentro, pero también materialmente nos ayudan con los alimentos, con sus donativos y/o compras dentro de esta casa.
Por eso en esta edición queremos reconocer, a la vez que agradecer, a las familias y equipos que nos ayudan constantemente para continuar con nuestra formación.
Familia Arzola
Aunque ya han pasado más de 50 años desde que el Seminario se fundó, siguen añadiéndose grupos y familias completas en favor de esta casa de formación. Este es el caso de la Familia Arzola, que lleva 4 años ayudándonos. La señora María Arzola compartió que ayudan al Seminario para sostenerlo en sus necesidades y que tengamos a nuestro alcance los medios que nos ayudarán en nuestra formación.
“Es una forma de agradecer a Dios todo lo que se nos da. Nos regala tanto, que venir al Seminario no es nada”, dijo, y habló de la motivación que mantiene viva esta alegría de compartir con el Seminario: “Seguir viendo la obra de Dios en cada uno de los seminaristas”.
Por último, la señora Arzola recordó la cita bíblica: “porque tuve hambre, y me dieron de comer” Mt 23, 35 para expresar lo bendecida y agradecida que se siente su familia por todo lo que han recibido y compartido.
Maristas en acción
Este grupo llamado inicialmente “Pequeños Maristas en Acción” inició en octubre de 2017, pero en 2019 cambió su nombre a “Maristas en Acción” pues los “pequeños” ya crecieron.
“Llegamos a ayudar en el Seminario por que queríamos hacer algo para poder dar un poquito de lo mucho que Dios nos ha dado, que nuestra amistad fuera más allá de eso”, dijo una de las integrantes
En el Seminario asumimos que cuando la amistad va guiada de la mano protectora de Dios, trasciende y busca salir al encuentro de los demás, como lo hacen estos maristas.
“Por algo Dios nos juntó” dijo Sandra Reynoso, integrante del grupo.
“Empezamos a servir por invitación de una amiga. Al principio era más por convivir con los amigos, pero a medida que fue pasando el tiempo, mi hijo esperaba con alegría los jueves de Seminario. Trabajar juntos en preparar los alimentos y servirlos, era la motivación. Ver a los seminaristas y que les compartieran historias, era el plus. Al ir camino a casa y que tu hijo te diga ‘que bonito es servir a los demás’, es algo para agradecer a Dios por la oportunidad de hacerlo, agregó Sandra.
Otra madre de familia de este grupo aseguró:
“Lo más importante es ser ejemplo para nuestros hijos, que sean agradecidos con Dios y con la vida por las muchas bendiciones que recibimos”.
Un testimonio más es el de la niña Marian, de 14 años, quien responde qué le motiva ayudar al Seminario:
“Me motiva ir con mis amigos a preparar la comida y servir a quienes nos dan la Palabra de Dios. Me gusta mucho ir a ayudar. También me motiva que yo sé que Dios está feliz de que vaya a servir”.
¿Cómo te has sentido en estas participaciones?, preguntamos. Y responde:
“Más cercana a Dios, no sólo por ir y servir, también los seminaristas y sacerdotes platican con nosotros, siento que aporto algo a mi comunidad y me siento muy agradecida”.
Movimiento Familiar Cristiano
El Movimiento Familiar Cristiano es otro de los grupos que no abandona al Seminario con su constante apoyo.
“¡MFC ama al Seminario y ama servir!”, aseguran los integrantes del movimiento que compartieron su testimonio.
“Parte de nuestra formación está en el servicio a Dios por medio de nuestros hermanos y procurar la solidaridad en nuestra diócesis. Por eso en cuanto se les planteo este servicio a los diferentes equipos de sector de las parroquias, las familias Emefecistas no dudaron en dar un ‘sí’ para aportar juntos un granito de arena en solidaridad, sobre todo en este tiempo que estamos viviendo. Nos encanta apoyar al Seminario en todas las actividades, unirnos en oración en las vigilias y poder alimentar a los chicos y sacerdotes, nos llena de gozo, saludarlos y contagiarnos de su alegría, aunque sea a la distancia, es una gran bendición para nosotros, es muy bonito. En cada servicio vemos a Cristo en el rostro de cada uno de ellos”, expusieron.
Grupo Cirineos
El grupo “Cirineos” ayuda al Seminario desde hace varios años, pero ante la situación de la pandemia, enfrentaron dificultades para reunirse y preparar los alimentos que comparten con los seminaristas y sacerdotes.
Sin embargo esto no ha impedido la acción, tal y como comenta uno de los integrantes.
“Hasta hoy me ha tocado hacer todas las cenas y lo hago con mucho gusto. Quien me ayuda es mi marido. Como comunidad Cirineos y en la comunidad María Mediadora regularmente servíamos en kermeses, retiros y en donde nos llamaran. Cuando llegó la pandemia fueron momentos difíciles pues extrañamos servir. Afortunadamente llegó esta oportunidad y con todo y nervios nos comprometimos. Temíamos no saber preparar grandes cantidades y no calcular bien para que alcanzaran todos. Pero con la ayuda de Dios hemos logrado superar los retos. Ustedes nos han regresado la alegría y emoción de servir, y sin querer hemos recibido más de ustedes que lo que nosotros podemos llegar a dar”, dijo.
“Los jóvenes que se preparan para darnos su tiempo y paz necesitan del vivir esa capacidad de ser amados y si podemos auxiliarlos, estar con ellos e impulsar su servicio con esta pequeña parte, es sólo un poco de lo que podemos dar.”, expresó por su parte otro colaborador.