Ana María Ibarra
Llegar al Bachillerato Agustín Pro les otorgó a Christian y a Erick una oportunidad para cambiar su historia de vida. Ahí, estos jóvenes descubrieron no sólo un lugar donde recibir formación académica, sino una familia impulsó su potencial y habilidades para salir adelante.
Siendo hoy maestros dedicados a jóvenes que como ellos crecen en medio de las dificultades del norponiente, Christian y Erick celebraron junto a la comunidad 25 años de vida de la Preparatoria Agustín Pro.
Testimonios
Christian Romero llegó al Bachillerato Agustín Pro en el 2010 gracias a un folleto que le entregaron en secundaria.
“A pesar de vivir en la zona, mi familia no se percató de esta obra. Lo primero que leí en ese folleto fue que se preocupan por la persona, que no sería un número más, sino una persona tomada en cuenta. Conforme fui avanzando descubrí el carisma teresiano y que Teresa de Jesús y San Enrique de Ossó nos hacen amigos de Jesús”, compartió el ahora profesor en la asignatura de Valores.
Fue el carisma que se irradia en la escuela y el sentirse en familia lo que convenció a Christian a integrarse al equipo de docentes.
“Egresé en el 2013 y siempre quise regresar para que más jóvenes y más familias lleguen a Jesús, además la calidad académica es excelente. Salí bien preparado para enfrentar los desafíos con madurez, con otra conciencia”, compartió el ahora licenciado en educación que imparte la clase de Valores, y es también coordinador de pastoral.
“He tenido la fortuna de discernir que nos faltaba la materia ‘Educación en la fe’ porque muchos de nuestros jóvenes se consideran ateos o no creyentes… porque no les han presentado a Jesús”, dijo.
Presente en el festejo por los 25 años de haberse fundado el bachillerato, Christian considera esto como un logro y un don.
“Puedo hablar en nombre de muchos estudiantes y por los maestros para decir que estamos agradecidos con la comunidad que nos ha permitido estar aquí 25 años”, finalizó.
Así como Christian, Erick Ponce es orgullosamente exalumno del plantel egresado hace 20 años.
“Vivía un contexto difícil. Mi familia no era un ejemplo y la gente pensó que la historia sería igual para mí. La Agustín Pro fue una prueba difícil, pero también fue importante para cambiar mi vida”, expresó el ahora maestro en CASA-Promoción Juvenil.
A pesar de su situación, Erick logró terminar su bachillerato y así logró vencer el difícil reto de romper con círculos familiares.
“Ahora que soy maestro me doy cuenta de lo que hicieron mis maestros por mí. Mis padres transformaron su vida cuando ingresé a la universidad. Pueden ustedes ser también un elemento importante para transformar su familia”, concluyó.
Con cientos de testimonios como estos, el Bachillerato Agustín Pro llegó a sus 25 años de haber sido fundado para dar oportunidades de vida.
La comunidad educativa celebró con distintos eventos, comenzando con una misa de acción de gracias el pasado lunes 8 de mayo, celebrada por el padre Alberto Castillo y concelebrada por el padre Alejandro Martínez.
“Qué alegría poder participar en esta fiesta. Pongamos en manos de Dios al Bachillerato Agustín Pro porque ha hecho cosas maravillosas en estos 25 años”, expresó el padre Alberto al inicio de la celebración.
En su homilía, compartiendo el significado que tiene en la vida cristiana el Espíritu Santo llamado por Jesús ‘el Paráclito’, el padre Alberto señaló que eso ha sido la Agustín Pro: un paráclito que está para consolar.
“La Agustín Pro no se detiene aquí, sino que continúa en ustedes. Aprendan del Espíritu de Jesús, continúen y van a descubrir que sanando más sus vidas tienen mucho qué dar”, finalizó.
El festejo continuó con una sencilla convivencia amenizada por la Banda Municipal, además de la entrega de reconocimientos a maestros y con la presencia de las fundadoras de la obra teresiana.
Frases…
Jóvenes, no se rindan, venimos de situaciones agobiantes en la casa y pareciera no tener sentido la vida, pero sí lo tiene.
Erick Ponce
La Agustín Pro es una iniciativa paráclita de quien escucha y va al auxilio. Ese espíritu de Santa Teresa sigue latiendo en nuestros corazones.
Pbro. Alberto Castillo