Ana María Ibarra
Una misa de acción de gracias, una rica comida y un momento de convivencia, fueron parte de la celebración que vivieron las Hermanas de la Caridad del Verbo Encarnado y las familias que atienden, con motivo de los 25 años de servicio del Centro Mujeres Tonatzin, ubicada en la colonia Lomas de Poleo.
Aniversario y sus frutos
Fue el pasado 07 de diciembre cuando las religiosas, bienhechores y familias que son asistidas por la congregación se reunieron en el Centro Mujeres Tonatzin para participar en la celebración eucarística presidida por el padre Antonio Urrutia, quien en su homilía resaltó la generosidad de Dios hacia su pueblo.
“A pesar de que puedo estar dándole a Dios parte de mis carismas y mis tiempos, Dios no se deja ganar, Él es más generoso. Todos los días Dios derrama gracia. Estamos viviendo un tiempo álgido, de mucho dolor, pero Dios tiene un proyecto para nosotros”, expresó el padre Antonio.
El sacerdote, aprovechando el motivo de aniversario, resaltó los proyectos que las religiosas han realizado en distintas zonas de la ciudad.
“Sus proyectos ecológicos, la agricultura, una forma natural de respetar al ecosistema. A la luz de estas lecturas de un Adviento en el que Dios quiere que logremos configurarnos con él. El Señor quiere hacernos entrar en su Reino. Estamos llamados a vivir la esperanza”, señaló.
Signos de servicio
En el momento del ofertorio, la congregación y algunas familias ofrecieron algunos signos para resaltar el trabajo realizado en 25 años de servicio a los más necesitados, entre ellos, una imagen del Verbo Encarnado y el monograma congregacional, como sello de su consagración al Verbo Encarnado.
También se ofrecieron símbolos del Centro Mujeres Tonatzin, como agradecimiento por la misión que ahí se realiza y un collage de fotografías mostrando el trabajo realizado, pidiendo a Dios que acoja esos 25 años de presencia y agradeciendo las incontables bendiciones recibidas en ese tiempo.
Igualmente una planta, símbolo de la alegría y vida de niños, jóvenes, mujeres y familias que conforman el centro.
“Con el pan y el vino damos gracias al Señor porque el Centro de Mujeres Tonatzin ha ido creciendo bajo su mirada amorosa, y lo ofrecemos como fruto de nuestro esfuerzo”, expresó una de las religiosas.
Compartieron
Al concluir la celebración, las consagradas agradecieron a los asistentes su presencia, y al padre Antonio por haber celebrado la Eucaristía.
Mientras los alimentos eran servidos, un grupo musical ambientó el momento. El grupp estaba conformado por niños y jóvenes que son atendidos en Centro Mujeres Tonatzin.
Con alegría, todos disfrutaron de la festividad.