Ana María Ibarra
Fieles y servidores de la parroquia San Martín Obispo se reunieron en torno a su párroco y al obispo el pasado 23 de agosto, para participar en la fiesta por la dedicación del templo parroquial, realizada en el marco de su 15 aniversario como parroquia. La comunidad, que, liderada por el padre Héctor Miguel Aguilar, ha trabajado codo a codo con gran amor, fue testigo de un rito hermoso que quedó grabado en los corazones.
Cimiento de la Iglesia
Al inicio de la celebración, presidida por el obispo don J. Guadalupe Torres Campos, el padre Víctor Manuel Vega, secretario canciller de la diócesis, dio lectura al decreto de la dedicación del templo San Martín Obispo.
Enseguida le fue entregada al obispo una pintura, en ella plasmada la historia de la parroquia.
Monseñor Torres hizo la bendición del agua que se esparció sobre los fieles en señal de penitencia y en recuerdo de Bautismo, pidiendo la gracia del Señor para permanecer dóciles en su Iglesia. Los muros también fueron rociados con agua bendita.
“Voy a poner una piedra de cimiento”, fue la frase que el obispo eligió para compartir su homilía.
“El Señor ha elegido esta piedra para que sea cimiento de la Iglesia que formamos todos.
Las características de las piedras son la fortaleza, el cimiento. Es Cristo la piedra angular, la piedra que da vida, que nos da fuerza y fortalece a cada uno de nosotros. Bellísimo altar para esta parroquia que hoy es dedicada”, expresó.
Parroquia joven
El obispo resaltó la juventud y fortaleza de la parroquia San Martín Obispo.
“Son 15 años de estar edificando nuestra casa, no solo materialmente hablando, sino la comunidad, en este tiempo han construido su casa sobre roca”, señaló.
Añadió que todo el trabajo arduo de la comunidad y su párroco, se concretiza con la ceremonia de dedicación.
“Gracias, padre Héctor, por todo tu trabajo, dedicación, empeño, desvelos, sin duda, junto con los vicarios que han caminado contigo. Con la evangelización, se ha construido una comunidad de fe, fraternidad, esperanza”, resaltó el obispo.
“Los felicito y valoro todo su trabajo. Sigan adelante, perseveren, sigan trabajando unidos de la mano de su párroco y vicarios, de la mano de María y de San Martín Obispo, y de la mano unos de otros”, concluyó.
Rito celebrativo
Enseguida el obispo realizó las oraciones y unciones propias para la dedicación del templo, con las que dio inicio el rito correspondiente, el cual fue muy emotivo para todos los fieles.
El rito incluyó el canto de las letanías de los santos, seguido de la colocación de las reliquias de primer grado de San Pedro de Jesús Maldonado en el altar. Enseguida, el obispo hizo la unción del altar con el Santo Crisma, pidiendo a Dios impregnar con santificación a la iglesia y el altar para que sean siempre lugar santo y una mesa dispuesta para el sacrificio de Cristo.
Los sacerdotes Omar Gutiérrez y Víctor Fernández ungieron algunas cruces colocadas en los muros del templo.
La quema de incienso en el altar fue también realizada por monseñor Torres Campos, quien expresó: “Que en tú iglesia se aspire el aroma de Cristo”.
Fueron los ministros próximos al diaconado transitorio quienes caminaron por el templo incensando el recinto y a la comunidad.
Después de que servidores retiraron el exceso de óleo en el altar, se revistió con un mantel, símbolo de la alegría Pascual.
Del Cirio Pascual, luz de Cristo, que el padre Eduardo Canales entregó al obispo, se encendieron las candelas que se encontraban en el templo.
Concluido el rito de dedicación del templo, los fieles y sacerdotes presentes desbordaron su alegría en aplausos.
Después de la celebración, la comunidad ofreció a los asistentes una deliciosa cena en un ambiente fraterno.
Para saber…
Con la dedicación del templo también se consagra a la comunidad. Por ello el obispo don Guadalupe invitó a todos los fieles de San Martín Obispo a continuar unidos en la fe.