Ana María Ibarra
Con la presencia de una reliquia de primer grado y la entronización de una nueva imagen de San Antonio María Claret, la comunidad de la capilla dedicada a dicho santo celebró su fiesta patronal el pasado domingo 22 de octubre.
Localizada en la colonia Riberas del Bravo etapa nueve, la pequeña capilla de madera recibió la reliquia de primer grado que consiste en una pequeña parte de hueso del santo. Para este festejo, recibió también a catequistas, niños y padres de familia de la capilla Santo Niño, ambas comunidades pertenecientes a la parroquia Nuestra Señora de la Esperanza, pastoreada por sacerdotes Misioneros Hijos del Corazón de María, conocidos como claretianos.
Entronizan imagen
Justo en el día en que se celebró el Domingo Mundial de las Misiones, los niños de Catecismo recibieron una charla sobre San Antonio María Claret. Su vida, su misión y el servicio que brindó a los fieles de su tiempo.
“Con alegría nos reunimos para celebrar el Domingo Mundial de las Misiones. Como capilla celebramos a nuestro santo patrono. En silencio oremos por nuestra capilla”, expresó el padre Jesús Martínez, CMF, capellán de la comunidad.
Con veneración, los asistentes recibieron la imagen de San Antonio María Claret, misma que después de la oración del padre Jesús fue entronizada y colocada en el mismo lugar donde se encontraba la reliquia.
El espíritu para Dios
La predicación después de la proclamación del evangelio estuvo a cargo del padre Armando Ibarra, quien llegó a la capilla para celebrar con ellos al santo patrono.
Ese domingo el evangelio narró el tributo al César y en su reflexión el padre Armando señaló que la respuesta de Jesús llevó profundidad.
“El dinero es para comprar cosas y podemos dar cosas materiales a Dios, pero Jesús se refiere al Espíritu. El César representa al mundo, y en ningún otro lugar del mundo les hablan a ustedes del amor más que en la Iglesia. Solo aquí conocen ustedes del amor de Dios”, señaló.
Agregó que la vida es como un río: “Uno nace en medio del río y hay que nadar en la vida y al llegar a la orilla es para entregar el alma. En la vida damos al mundo lo que es de él. Pero el espíritu sigue, continúa viviendo y esa parte le corresponde a Dios. Todo lo que el mundo anuncia es para el cuerpo, no para el espíritu”, expresó.
Llamados a Amar
Para concluir, el padre Jesús tomó la palabra e invitó a sus fieles a vivir el Evangelio.
“El mandamiento principal es amar, y para saber cómo amar, María nos pone el ejemplo con su sí”.
Al finalizar la celebración, se ofreció a los asistentes un plato de comida que entre los servidores prepararon para compartir.