Son madres y padres buscadores signos del Reino: sacerdote
Ana María Ibarra
Recordando las dificultades a las que se enfrentaron este 2025, y reconociendo también los frutos, familiares de víctimas de desaparición forzada y víctimas de feminicidio se reunieron en La Misión de Guadalupe el sábado 6 de diciembre para participar en la última misa mensual del año.
Presidida por el padre Francisco García, quien desde hace algunos años acompaña a las familias buscadoras, la misa se realizó como cada mes, poco antes de medio día.
Mantas y fotografías fueron colocadas en la escalinata del presbiterio para visibilizar el rostro de aquellos y aquellas que esta Navidad no estarán en la mesa.
Signos del Reino
En su homilía, el padre Francisco García, párroco de la comunidad San Juan Apóstol y Evangelista, reflexionó a la luz de evangelio del día, recordando también los evangelios leídos durante esa semana.
“Jesús cura. El evangelio, toda la semana nos ha recordado que Jesús estuvo curando a distintas personas. Todas las familias buscadoras experimentan las heridas del corazón, el cansancio, los dolores. Pidamos a Jesús que sane los corazones quebrantados”, expresó el sacerdote.

Añadió que ante el dolor Jesús pide ser solidarios y, en su momento, envió a los doce apóstoles a una gran misión: ser curador.
“Ustedes, aunque están cansados y extenuados de tanto buscar, también viven esa misión curando a otros, cuidando unos de otros, eso es signo del Reino. Donde está una mamá o un papá que busca a su hijo, a su hija, ahí está el Reino presente. Ahí hay una oportunidad de curar y cuidar”, señaló el padre García.
El padre Francisco resaltó el testimonio de las familias buscadoras que sufren dolores incomparables y que no dejan de caminar ni de buscar.
“Esto que ustedes hacen cura a una sociedad que de pronto se quiere rendir. Damos gracias a Dios porque nos concede creer en Él y le pedimos que nos siga enviando”, imploró.

Año de frutos
Daniel Alejandro Durán, quien sufre la desaparición de su hermano Gonzalo, mencionó que el 2025 fue un año difícil, pero también lleno de frutos.
“Nos hemos encontrado con corazones solidarios. Ha sido un año de encuentro. Esta es la última misa del año. Pidamos a María y a Jesús que se hagan presentes, que seamos testimonio de esperanza. Dios está vivo y seguiremos en la búsqueda”, dijo Daniel Alejandro.
Cabe recordar que cada mes las familias de víctimas de desaparición forzada y feminicidio se reúnen para orar por sus seres queridos, pero también para alimentar la fe, la esperanza y la fortaleza que necesitan para seguir en la búsqueda.
Con esta acción espiritual y otras que realizan durante el año, las familias buscadoras continúan su misión de concientizar a la comunidad y visibilizar el delito de desaparición, para así sensibilizar a los juarenses en esta penosa realidad y que les apoyen en la búsqueda de justicia.

































































