Con gran alegría, comunidades parroquiales, Movimientos, amigos y familiares de siete sacerdotes de la diócesis participaron el pasado 7 de septiembre en la misa de acción de gracias por el XV aniversario de ordenación sacerdotal de los pastores.
Francisco García, Omar Gutiérrez, Eliseo Ramírez, Martín Esqueda, Roberto Ríos, Raúl Vega y Alfonso García, dieron gracias a Dios por el llamado que les hizo hace quince años y al que respondieron para convertirse en sacerdotes diocesanos.
Visiblemente contentos y portando ornamentos conmemorativos, obsequio de su compañero de ordenación el padre Martín Esqueda, los sacerdotes entraron en procesión al templo El Señor de la Misericordia, donde junto con sus comunidades se mostraron agradecidos con el Señor por el don del sacerdocio.
“Que vuelvan a sentir el gozo del día de su ordenación, que nunca dejen de sentir la felicidad de ese día…que nunca se vaya a convertir su vida en una rutina”, fueron algunas de las peticiones que se expresaron en la monición de entrada.
El padre Eliseo Ramírez fue quien presidió la celebración.
“Damos gracias al Señor por estos quince años, porque nos ha permitido vivir en una comunidad. Damos gracias también por el servicio de cada uno de ustedes, por el amor, por el aprecio que nos demuestran”, dijo el padre Eliseo.
Por su parte, el padre Francisco García compartió en la homilía su agradecimiento a Dios por el llamado que les hizo en medio de las dudas e incertidumbres.
“Un día el Señor nos llamó y nosotros respondimos con confianza y con alegría. Hoy hace 15 años de nuestra ordenación sacerdotal, un 8 de septiembre, día de la Natividad de la Virgen María. Quisimos celebrar aquí, un lugar simbólico porque aquí nos ordenamos”, compartió el padre Francisco.
“Quiero agradecer de manera especial a nuestros hermanos sacerdotes que nos acompañan hoy, a nuestras comunidades, a nuestras familias, al padre Martin que nos regaló estos ornamentos, un aplauso, porque nos animó a realizar esta celebración”, pidió el padre Francisco.
El sacerdote reflexionó sobre lo que implica cumplir quince años de sacerdocio. “Creo que estamos en un buen punto, ni tan chicos ni tan grandes. Después de 15 años de sacerdote ya sabemos de qué se trata esto y estamos en posición de vivir con mayor madurez. Tendrá que repercutir en nuestras comunidades, ya no tenemos justificación para no desempeñar un servicio mejor”, aseveró.
A la luz del evangelio el padre Francisco agregó: “Le pido a Dios para que nos conceda siempre saber poner al otro en el centro. Que no perdamos la libertad ante las situaciones que se nos presenten, que no tengamos temor del poner al otro en el centro para curarlo”.
Al final se ofreció un convivio en honor de los quinceañeros.