Claudia Iveth Robles
Muy emocionado, el padre Rodolfo Murillo, párroco Jesús El Salvador, celebró el pasado martes 23 de mayo 20 años de sacerdocio, en una misa en la que lo acompañaron sus amigos sacerdotes con quienes cursó la teología en el Seminario de la Arquidiócesis de Guadalajara.
La misa se realizó el pasado martes 23 de mayo en la parroquia Jesús el Salvador. Fue presidida por el obispo don José Guadalupe Torres Campos y concelebrada por 30 sacerdotes provenientes de Guadalajara, Sinaloa, Phoenix y de la diócesis local.
Tres pilares de la vocación
Invitado por el padre Rodolfo, el padre Hesiquio Trevizo dirigió la homilía de la misa, en la que recordó la importancia de la vocación sacerdotal y habló de tres aspectos de ésta: llamado, unción y envío.
Dijo que todos son tocados por Dios por medio del llamado, pero la elección gira en cada uno. En lo que se refiere a la unción, explicó que el mismo Dios impone las manos en el sacerdote y unge sus manos, para que éstas se pongan al servicio del amor y así transmitan su toque divino.
“Quiere que nuestras manos sean sus manos, quiere que sean instrumentos para servir, y por lo tanto, la unción es la expresión de la misión que se hace delante de él y lo lleva a los hombres”, dijo el sacerdote.
Explicó que Dios hace a los ordenados partícipes de su Eterno Sacerdocio, pues necesita sus manos para moldear al mundo mediante el amor, para lo cual necesitan permanecer en el amor y cumplir su voluntad.
Sal de la tierra
Finalmente el sacerdote habló sobre cómo los sacerdotes son enviados, y no fueron llamados sólo para un fin de semana, sino para servir por siempre.
“El sacerdocio no es para aquel que lo recibe, no es un fin en sí mismo. El sacerdocio es un ministerio, es servicio, es mediación entre Dios y el pueblo. Es constituido por los hombres, y en favor de los hombres”, dijo.
Destacó que el sacerdote está destinado a la Iglesia, a la comunidad, a los hermanos, que es apostólico, misionero, social y universal.
“Ustedes son la sal de la tierra y luz del mundo y necesitamos ser hombres de oración si no hay oración, no hay nada”, dijo dirigiéndose al padre Rodolfo y a sus compañeros.
Antes de la bendición final se proyectó un video que narró momentos de la vida del padre Rodolfo Murillo, desde su infancia, su época como seminarista, como sacerdote y con las comunidades parroquiales a las que ha servido.
Al final, la comunidad convivió con el sacerdote festejado en una cena que se ofreció en un restaurante de la localidad.
Para saber…
El padre Rodolfo Murillo fue ordenado sacerdote el lunes 29 de mayo de 1997, junto a los sacerdotes Jorge González, Patricio Pelayo, Alberto Meléndez y Roberto Luna, quienes celebraron por separado su 20 aniversario de ordenación sacerdotal.