Claudia Iveth Robles
Muy emocionada se mostró la hermana Flora Carrillo el pasado sábado 17 de junio, cuando celebró sus Bodas de Plata como religiosa Dominica de la Doctrina Cristiana, acompañada de sus hermanas dominicas, catequistas, monaguillos y fieles de la comunidad de la parroquia El Señor de la Misericordia, donde sirve hace tres años.
La religiosa celebró en una misa presidida por el padre José Solís y concelebrada por el padre Juan Carlos López, en la cual agradeció a Dios por permitirle llegar a 50 años de vida consagraada, los cuales, afirma, han sido una bendición.
El padre José Solís agradeció a la religiosa su entrega a Dios, así como el trabajo que ha realizado en El Señor de la Misericordia.
“Estoy muy agradecida con el Señor por todo lo que me ha concedido a lo largo de estos años de vida y de consagración, y también por toda la gente que he encontrado a lo largo de mi vida… más que ayudarles, ellos me han dado mucho con su testimonio de vida cristiana”, dijo la religiosa al dirigirse al pueblo ahí congregado.
Servicio
A lo largo de 50 años de vida religiosa, Sor Flora ha servido en diversas comunidades: en la Arquidiócesis de Chihuahua, en Oakland, California; en Chaparral, Nuevo México; Pecos, Texas y en Zaragoza, donde atestiguó la presencia de un tornado en el cual fallecieron muchas personas, y su misión fue llevar esperanza a las familias que perdieron un ser querido en el fenómeno metreorológico.
“Estuve en África, donde tuve la oportunidad de ir a muchos hogares y llevarles la Comunión a ancianos abandonados, que no tenían cariño, comida”, compartió.
En aquella comunidad de dominicas, la religiosa vivió intensamente la caridad y el amor de Dios al acompañar a estas comunidades. Allá también atendió a niños de un colegio de niños, donde padeció el dolor del hambre de cientos de menores y los pocos recursos para alimentarlos.
Actualmente, Sor Flora colabora en la parroquia El Señor de la Misericordia, donde apoya la catequesis familiar, así como el grupo de la Infancia y Adolescencia Misionera, grupo de monaguillos, Hora santas y demás trabajo que pueda surgir en la comunidad.
Al final de la misa, la comunidad entregó a la religiosa un reconocimiento por su arduo trabajo con ellos y luego todos compartieron el pan y la sal en un ameno convivio que se realizó en uno de los salones de la parroquia.
Frase…
“Es una bendición vivir mi vida consagrada, porque llevo esperanza y amor”
Hermana Flora Carrillo, OP