Ana María Ibarra
Con el esfuerzo de toda la comunidad parroquial de Nuestra Señora de la Consolación, iniciarán los trabajos de construcción de la casa parroquial.
El inmueble quedará dentro del terreno de la parroquia y el pasado 11 de noviembre, día de San Martín Obispo, se colocó la primera piedra.
Su propia casa
El padre Manuel Bañuelos, párroco de la comunidad, compartió que se eligió esa fecha de arranque ya que la San Martín Obispo es la parroquia madre de Nuestra Señora de la Consolación.
“También por el testimonio de San Martín, que fue un hombre de caridad y así como él, la gente de la comunidad en todo este año y cuatro meses ha hecho actividades y han dado apoyos económicos”, dijo.
Agregó que con tal recaudación se cuenta con el 50% del costo total de la edificación de la casa, por lo que se decidió dar inicio a la construcción.
“Será una casa de dos pisos con cuatro habitaciones arriba y una abajo. Tendrá cocina, comedor, recepción, sala y dos patios para la convivencia. Nos va a beneficiar mucho ya que podremos recibir sacerdotes y seminaristas, pero sobre todo nos ayudará a que los sacerdotes tengamos un espacio de privacidad y dónde descansar”, señaló el párroco.
Por el momento, tanto el párroco como los dos sacerdotes colaboradores viven en una casa prestada.
“Queremos entregar la casa y tener la de nosotros. La gente está muy contenta, se ha ido esforzando para tener este proyecto”, abundó el sacerdote.
Arranque de obra
En un evento sencillo, pero significativo, el sábado 11 se colocó la primera piedra de la obra sobre una base de cemento, sobresaliendo una placa que con la fecha en que se da inicio a la construcción y el nombre de los sacerdotes: padre Manuel Bañuelos Soledad, párroco; y padre Daniel Samaniego, vicario.
“Se pone la primera piedra para dar testimonio de fe y caridad y que exista el dato de cuándo se inició y cuándo se concluyó la casa. Por eso al concluir la construcción se colocará otra placa que señale la fecha. Nos sentimos contentos, porque tenemos proyectos que van saliendo adelante”, dijo el padre Bañuelos.
La casa se construirá con el apoyo también de servidores con conocimientos en construcción, quienes donarán su tiempo.
“Se calcula que se termine entre seis y ocho meses. Si el clima y otros factores lo permiten, puede ser menos tiempo”.
Para el padre Manuel esta obra significativa es un signo de que Dios los anima a seguir caminando y misionando en el sector, ya que se necesita la presencia de los sacerdotes.