Ana María Ibarra
Con una misa de acción de gracias y el depósito de una cápsula del tiempo, concluyeron las celebraciones por el 60 aniversario del Seminario Conciliar y el Año Jubilar iniciado el 8 de septiembre de 2023.
La Eucaristía se realizó el pasado lunes 9 de septiembre en la capilla central del Seminario, presidida por monseñor J. Guadalupe Torres Campos, obispo, quien estuvo acompañado de los padres formadores y otros sacerdotes de la diócesis.
Con el amor de Dios
Con una gran alegría de celebrar 60 años formando sacerdotes, la comunidad del Seminario recibió a familias de seminaristas y laicos de la diócesis para celebrar juntos tal acontecimiento.
Agradecieron por todo lo vivido en seis décadas, así como por los seminaristas que han pasado por las aulas del recinto y el sacerdocio de muchos de ellos.
El obispo expresó que el ser agradecidos se debe expresar con la fuerza del Espíritu Santo, con los frutos, el amor, la alegría y la paz.
“Todo lo que se ha vivido en 60 años es gracias a nuestro padre Dios. Por su gracia, porque nos envía a su hijo Jesucristo, porque nos regala su Espíritu Santo. Todo lo que se va a depositar en la cápsula del tiempo para la posteridad, es para el Señor. Todo es gracia y bendición”, dijo monseñor Torres.
Resaltó que lo que se vivió en este Año Jubilar ha sido obra de Dios.
“Hemos sido conducidos por el Espíritu Santo. Los que estamos en esta misa, es porque Él nos llamó, nos eligió y nos ha consagrado”, añadió.
El obispo motivó a los asistentes, especialmente a los seminaristas, a ser generosos, bondadosos, humildes y afables, pacientes, pero, dijo, por encima de todo, ‘tengan amor’.
“Durante estos 60 años hemos experimentado el amor de Dios. Que en el corazón de cada uno de ustedes reine la paz y la justicia. Vendrán muchos años más, que nuestro Seminario sea la ruta que nos lleve al camino de la santidad”, expresó. Y concluyó encomendando a la casa de formación y a los presentes a María Santísima.
Al concluir la celebración, el rector, padre Jesús Manríquez, agradeció al obispo su apoyo e invitó a los presentes a salir al patio para depositar la cápsula del tiempo.
El maestro de ceremonias leyó las memorias del año jubilar, un sencillo, pero grato libro donde se plasmaron las actividades realizadas.
Por su parte el rector expresó: “Es grato vivir la memoria que se transmite en estos muros. Cómo signo de unidad, convocamos a este 60 aniversario que se convirtió en un gran evento”.
El padre Carlos Velásquez, encargado del proyecto del depósito de la cápsula del tiempo, explicó la simbología.
“Consta de cuatro niveles, que son las facultades del Seminario: el Seminario menor, curso introductorio, la facultad discipular y la configurativa. Los murales representan nuestra capilla y el sagrario. La barca que significa la vocación de los seminaristas”, expuso.
Añadió que el color blanco abarca dos tercios y simboliza la divinidad, mientras que el rojo, un tercio, representa la humanidad. Ambos componen el proceso de los seminaristas y una vocación implica el elemento humano y el elemento divino, que es mucho mayor.
El obispo expresó su cariño y amor al Seminario y a todo lo que en él se representa, y felicitó al padre rector, a los maestros, párrocos presentes, familias, seminaristas.
En la capsula del tiempo fueron depositadas cartas, las memorias, un libro sobre el Seminario, fragmentos de periódico Presencia y un libro de la pequeña historia de la casa de formación.
Para concluir el acto, sacerdotes, seminaristas y laicos firmaron como testigos del cierre de la cápsula y enseguida el padre rector, el padre Carlos Velásquez y el señor obispo la depositaron.
En frase…
“Dios escribe nuestra historia más allá de la cápsula del tiempo. Estoy contento de ser parte de este Año Jubilar. Mi cariño de padre y pastor, siempre.”
Mons. J. Guadalupe Torres Campos, obispo
“Es grato vivir la memoria que se transmite en estos muros. Como signo de unidad, convocamos a este 60 aniversario que se convirtió en un gran evento”.
Pbro. Jesús Manríquez, rector