Dr. Alfredo Morales González/ Médico Ortodoncista
¿Es posible encontrar la paz en estos días en que viven tan agitados nuestros pensamientos y nuestros modos de convivencia?
Solemos leer la Biblia ocasionalmente y creer que con eso y acudir a misa los domingos, es suficiente para honrar a Dios. Pero la verdad es que se honra a Dios desde el momento de llegar a tiempo al trabajo, cuando eres productivo y tomas la decisión de ser excelente en todo lo que haces.
Las personas que pasan la vida simplemente comiendo, haciendo sus necesidades básicas y se están perdiendo de toda esta película llamada vida porque no son capaces de ver todo lo que está pasando aquí y ahora, incluso a veces ni con sus propios hijos.
Pero no podemos dejar de sonreír y debemos recordar que todos los seres humanos tenemos la capacidad de estar en paz.
Lamentablemente tenemos líderes de muy baja estatura intelectual dirigiendo sus pueblos y gobiernos a las guerras y al ocaso social, estrechamente ligado al término de la decadencia.
La paz se entiende como un espacio en el que no hay guerra entre países o grupos, pero también es el estado mental de tranquilidad. Es un tema que ha sido tratado en numerosos libros o películas, y del que han reflexionado los poetas.
Entendemos que la vida tiene sus altibajos, pero cada uno es responsable de su paz. Por cada mil personas que defienden la virtud -cualquiera que esta sea- solamente uno la lleva a la práctica, y eso también nos lleva a la paz.
Es difícil comprender el concepto abstracto de la paz. Pero aprender este concepto sin pensar, es inútil, como también es peligroso pensar sin aprender. He aquí la importancia de educar y guiar a las nuevas generaciones a través del amor a Cristo, concientizando sobre el valor de la vida, de la paz y del amor, así como el respeto a sí mismo.
La naturaleza de un niño siempre es querer saber todo y por eso preguntan de todo al adulto que tienen más cercano, pero si el adulto que le está enseñando no tiene la sensibilidad suficiente de educar bien, entonces ¿Qué va a pasar con ese niño cuándo sea joven o adulto?
Cada persona es responsable -todos los días- de mantener viva la paz y la armonía a través de sus propios actos y de vivir con entusiasmo – por cierto, la palabra entusiasmo proviene del griego ‘Theos-, que es Dios y el prefijo ‘en’, que es “dentro y significa “inspirado por Dios”.
Los seres humanos hablan de progreso porque creen que unos cuantos descubrimientos científicos lo definen. La sociedad confunde comodidad con civilización. Hay mucha gente que está ahí con su mouse, con su teléfono y ¿su mente? ¿dónde está? ¿Está conectada consigo mismo? ¿con Dios? ¿con sus responsabilidades diarias? Creo que no, porque ya no razonan de tanto estar con esas máquinas. Y no razonan porque ninguna maquina razona.
Por ello estamos sujetos a que los seres humanos cometan atrocidades de todo tipo, por estar desequilibrados y por creer que la comodidad es progreso.
¿Qué hay en la mente? ¿Qué hay en el corazón? Son preguntas que debemos hacernos y tener en cuenta que la conciencia es la brújula del alma, y a través de ella hay que buscar la paz y la armonía.
La paz y la alegría son una decisión que se toma, no una emoción que se siente. Por eso debemos practicar el arte de la paz haciendo desaparecer los malos pensamientos y la mala voluntad. Algo que nos puede ayudar es evitar a las personas que hablan en negativo y uno mismo dejar de hablar en negativo, pues a donde vaya tu mente, ahí irá tu cuerpo. Con esta actitud podremos encontrar paz en el presente y en las generaciones venideras.