Debido a la influencia de la ideología de género, hoy en día, algunos buscan ser padres solos…
Alicia Beatriz Montes Ferrer/ Autora
Que un niño se quede huérfano supone un sufrimiento para él, que un niño experimente la separación de sus padres, y ya tan sólo viva con uno de ellos, supone también un sufrimiento para él. Ante estas pérdidas, los adultos tienen una labor importante de explicarle la situación con realismo para que sepa afrontarla y aceptarla, sin engaños, con la verdad, pero con delicadeza.
Cuando un niño vive con uno de los dos por razones de la mentalidad que invita a ser madre o padre soltero, sin pareja, este, cuando tenga una cierta consciencia pedirá respuestas ante el interrogante que necesariamente le surgirá por la carencia de uno de los padres, pues verá que a su alrededor muchos niños tienen una familia con papá y mamá y él no. Lógicamente, este padre o madre soltero les responderá con todo el cariño del que sea capaz a esas inquietudes que le han surgido a su hijo. Sin embargo, lo que no quedará cubierto, será la posibilidad de conocer quién es el padre o madre del que procede y lo que a mi entender es mas relevante, se le inculcará a este niño directa o indirectamente la idea de que para ser padre/madre, no es necesario el amor entre un hombre y una mujer, tan sólo con que haya un donante y una barriga, es suficiente. Es decir, un niño es como un producto que se puede pedir, pero que nada tiene qué ver con que sea fruto o resultado del amor en un matrimonio en el que hombre y mujer se entregan, se donan mutuamente.
Consecuencias negativas
Por otro lado, están las consecuencias afectivas y psicológicas que puede acarrear este niño por las carencias de las peculiaridades y elementos característicos que tan sólo un padre y una madre pueden ofrecer en la educación, atención, afecto, cuidado y equilibrio. Si bien es cierto que puede haber una figura femenina o masculina cercana a este niño, que cubra en cierto modo esa carencia, nunca podrá igualarse esa relación, y aunque habrá casos en los que ese padre/madre suplente se impliquen de lleno en la labor educativa, siempre faltara el factor amor, y al fin y al cabo, eso es lo primero que un niño necesita aprender: el amor entre las personas que dan origen a una vida, saberse que es el fruto del amor hecho carne.
Ser madre sin el otro
Cuando una mujer decide ser madre soltera (que son la mayoría frente a los hombres), puede tener detrás la causa de un cierto desprecio hacia el varón. También están los casos de las mujeres que, al llegar a una cierta edad, ven que no han logrado formalizar una relación con un hombre, pero al tener el deseo de ser madres, se lanzan por un hijo en solitario.
Una niña que nace sin uno de sus progenitores, cuando piense en el hecho de que ella también podrá ser madre algún día, le vendrá la idea de que podrá hacerlo cuando quiera, sin la necesidad de un hombre, pues es lo que vive en su hogar. Cuando tenga ya unos años más y comience en la adolescencia a percibir claramente los cambios físicos que su cuerpo vaya mostrando progresivamente, es cuando su identidad sexual femenina debería de interiorizar y aceptar dicho cuerpo con todas las dimensiones que conlleva para su correcto desarrollo.
Sin embargo, la maternidad que va intrínseca en esta identidad de mujer, será para ella, posiblemente, diferente, pues la concebirá desligada del amor entre un hombre y una mujer, Su visión estará muy alejada del verdadero sentido procreativo, la maternidad será algo separado de la sexualidad femenina.
Un hijo, un capricho
Entonces un hijo podrá ser visto como un capricho que se fabrica, que se hace si se apetece. Es propio de una mentalidad que invita a ver “el cuerpo como propio, que pertenece a uno y con él puedo hacer lo que quiera, cuando quiera”. Por su puesto, un padre es relevante para que su hija adquiera adecuadamente su propia feminidad.
La percepción que una hija tendrá, siendo criada sólo por una mujer, es que ella también se basta y sobra, y que el hombre no es una persona necesaria y relevante para su vida. Esto no quiere decir que no pueda tener relaciones con chicos, casarse, formar una familia con hijos, sin embargo, en este supuesto caso, es probable que en su interior, por vivencias desde su nacimiento, tenga una cierta aversión, rechazo o pretensión de superioridad con respecto al hombre.
El niño, por su parte, no tendrá una figura masculina que sea su propio padre biológico con quien poder desarrollar correctamente sus características afectivas y psicológicas con el apoyo tan esencial que supondría su padre en tantos momentos, pero, sobre todo, la correcta y equilibrada identidad sexual masculina puede verse afectada.
Problemas afectivos y
desequilibrios emocionales
Como ya vimos, las repercusiones van desde problemas afectivos por tener esa falta del cariño que se desprende de un padre, por no saber lo que es el amor entregado entre un hombre y una mujer desde su mismo hogar y la inseguridad que puede también desarrollar, pues le ha faltado esa figura que muestra claramente la autoridad, las normas, la firmeza, pero no sin la falta del cariño.
Claro que las madres saben poner orden, normas y hacer cumplir las reglas que se tengan en el hogar o fuera, pero no cabe duda que ella se deja llevar muchas veces por lo sentimental y esto le puede impedir ser en ocasiones tan objetiva como lo sería un padre.
A su vez, cuando el hijo varón llega a la adolescencia, puede resultar en muchas ocasiones ser más fácil de educar por un padre en las rebeldías propias de esa etapa, lo que este le supone y añade en su educación, junto con la madre, que tan sólo por la madre, a quien se le puede ir más fácilmente de las manos al afrontar las situaciones conflictivas que se generen.
Al mismo tiempo, el padre es capaz de frenar la actitud a veces de superioridad que pueden mostrar los hijos adolescentes al querer ponerse por encima de los progenitores, ante lo que el padre es clave para saber mostrarle su papel y orden filial diferenciado del paternal o maternal.
Otros inconvenientes
En esta línea, también el padre ayuda al hijo varón a independizarse de la madre de la que puede sentir un gran apego al no tener una figura de padre que les separe. Esto puede llevarle a buscar parejas de novias iguales al ideal de madre, lo cual le conllevará muchos problemas, pues ninguna será igual; si llegado el caso se casa y no corta el cordón con ella, tendrá serios problemas matrimoniales o, en el lado extremo, tendrá con su madre una continua rivalidad y agresividad que puede provocar profundas dificultades y violencia, pues será la única manera de comprobar su virilidad frente a la ausencia de figura masculina del padre.
También los hijos varones, tendrán mas posibilidades de tener problemas para ejercer su propia paternidad, si la buscan, pues no han tenido ellos mismos una figura paterna que les haya servido de guía y para desarrollar y apreciar debidamente su masculinidad y, por tanto, su paternidad que se deriva de ella. Cuántas veces las personas, cuando somos padres, comenzamos a visualizar momentos que hemos vivido en nuestra infancia y adolescencia y recordamos cómo actuaron nuestros padres, dejándonos una huella que inconscientemente nos va marcando en ocasiones el modo propio que tengamos de afrontar nuestras situaciones cotidianas.
Desequilibrios emocionales
Hay bastantes investigaciones que evidencian el incremento de problemas con los estudios sociales, de convivencia y de agresividad, de consumo de drogas, de alcohol o delincuencia, en los niños criados solo por una madre o padre. Todo ello generado por sus desequilibrios emocionales y psicológicos, pues no han tenido el equilibrio que un padre y una madre, juntos y unidos en la crianza, ofrecen a sus hijos.
La falta de padre, también puede generar en hijos homosexuales o lesbianas, incluso travestismo, pues donde no se ha inculcado cuál es el verdadero sentido del amor entre un hombre u una mujer y se ha mostrado cierta libertad en lo que concierne al propio cuerpo, es esperable que el hijo busque todo tipo de relaciones posibles sin que vea en eso nada extraño.
Ideas equivocadas en la
crianza monoparental
En resumen, podría decir que un hijo criado por una sola madre o un padre a causa de la ideología de genero, crecerá con una idea desvalorizada y equivocada de lo que es:
- La paternidad, pues el padre no es necesario.
- La maternidad, es un derecho que se pone al servicio de los caprichos del yo egoísta. En el caso del padre que vive solo con el hijo, tan solo es necesario tener una barriga como un laboratorio donde es fabricado el niño sin que la mujer sea necesria.
- La famikia no tiene que ver con el compromiso natural que sale del amor que hay entre un hombre y uina mujer, sino que es una relación de personas que conviven juntas con cierta afinidad y sentimientos que les unen.
- Un hijo es un derecho, un caprico> No es fruto del amor que es fecundo por su propia naturaleza, sino algo que se puede fabricar, encargar e incluso rechazar si viene al caso.