Diana Adriano
Llenos de alegría, 32 alumnos se graduaron de diferentes etapas escolares gracias al Proyecto San José. La graduación tuvo lugar el viernes 7 de julio y fue un evento significativo para la comunidad.
El Proyecto San José, fundado por Juan Carlos y Araceli Enríquez, ha sido un gran impulso para el desarrollo educativo de los niños y adolescentes de la zona norponiente de la ciudad. Este proyecto busca brindar oportunidades educativas a aquellos que enfrentan dificultades socioeconómicas y promover un entorno de aprendizaje positivo.
La jornada de graduación comenzó con una emotiva misa de acción de gracias en la que se agradeció a Dios por el término del ciclo escolar y por los logros alcanzados por los niños y adolescentes en sus estudios de preescolar, primaria y secundaria.
La misa fue presidida por el padre Ramiro Rochín, párroco de Santa Cecilia, comunidad a la que pertenece este proyecto.
Una vez concluida la ceremonia religiosa, todos se trasladaron al Salón de Actos «Beato Carlo Acutis» del Proyecto San José, en el que se llevó a cabo el acto de graduación. Los alumnos, emocionados por el reconocimiento a sus esfuerzos, fueron acompañados por sus familiares, maestros y amigos.
Meta cumplida
Juan y Araceli, fundadores del proyecto, expresaron su satisfacción y orgullo al ver el progreso de los alumnos y su compromiso con la educación.
“Nos sentimos muy agradecidos con Dios porque nos permite ser un signo de su amor en medio de las diferentes situaciones que viven los niños y adolescentes de este sector”, expresó el matrimonio.
Muchos de los alumnos del proyecto han superado difíciles obstáculos y desafíos para llegar al punto de graduarse, por lo que la ceremonia representa un hito en su camino hacia un futuro prometedor, señalaron los entrevistados.
Igualmente expresaron su enorme orgullo al ver cómo la meta que se propusieron los alumnos y padres hace un año, llegó a buen fin con esta graduación.
En la ceremonia, el padre Ramiro agradeció la disposición de los coordinadores del proyecto, para trabajar aspectos espirituales como parte de la formación a los niños y adolescentes. Asimismo, elogió el valioso aporte formativo que brinda el proyecto a sus beneficiarios.
Reconocimiento especial
Juan y Araceli quisieron destacar el valioso trabajo realizado por los voluntarios que forman parte de la organización.
“Han trabajado incansablemente para contrarrestar los fuertes ataques que enfrentan los niños y adolescentes en relación con las nuevas ideologías, ya sea de género o la cultura de muerte a las que están expuestos constantemente”, dijeron.
A través de la formación académica, humana y espiritual, el proyecto ha buscado fortalecer la en estos niños y adolescentes, el valor de la familia tradicional y la vida, los cuales, dijeron, son fundamentales para el desarrollo de una mejor sociedad.
Finalmente los directores se comprometieron a seguir trabajando arduamente para mantener esta labor educativa y formativa en la zona.