Diana Adriano
El pasado 27 de septiembre la comunidad de la Diócesis de Ciudad Juárez se reunió en la Catedral de Nuestra Señora de Guadalupe para dar el último adiós al querido padre Jesús Antonio Ramírez Pérez, quien fue llamado a la Casa del Padre el pasado 25 de septiembre.
La emotiva misa de exequias congregó a todo el presbiterio, familiares del sacerdote y amigos cercanos, quienes se unieron en oración para pedir por su eterno descanso.
Camino, verdad y vida
El obispo don J Guadalupe Torres Campos compartió reflexiones tomando como guía las palabras de Jesús: «Yo soy el camino, la verdad y la vida”. Y recordando al padre Chuyote -como era afectuosamente llamado el padre Jesús- expuso cómo en la travesía terrenal “a menudo nos encontramos perdidos o desviados por las circunstancias, pero Jesús, al proclamarse como el camino, nos brinda la dirección y la verdad que necesitamos”, dijo.
Enfatizó en que a pesar de las vicisitudes de la vida, el Señor provee innumerables alegrías, satisfacciones y bendiciones. Animó a la comunidad a reconocer y valorar estos regalos divinos, destacando que son muestras del amor y la gracia de Dios en el diario caminar.
Igualmente recordó que Dios también tiene preparada una habitación especial para cada uno en el Cielo.
“Esta promesa divina, debe ser el faro que guíe nuestra fe y esperanza en medio de las adversidades”, remarcó.
Bendición de cenizas
Unos días después, el viernes 29 de septiembre, tuvo lugar una celebración más íntima en la Casa Sacerdotal, lugar en que el padre «Chuyote» pasó sus últimos meses de vida.
En esta ocasión, la comunidad más cercana al sacerdote se congregó para rendirle homenaje en una Santa Misa, en la que sus cenizas fueron bendecidas por parte del señor obispo, en un momento de profundo respeto y como símbolo de la transición del padre Jesús a la vida eterna.
“Que en estos momentos de duelo encuentren paz en la certeza de que el padre Jesús descansa en el abrazo amoroso de nuestro Señor», dijo el obispo.
Posteriormente, las cenizas fueron colocadas con reverencia en los nichos preparados en el mismo recinto.