Ana María Ibarra
Con la finalidad de honrar a Santa María de Guadalupe y de no perder la tradición de las peregrinaciones, la Danza Azteca Xóchitl convocó por cuarto año consecutivo a las danzas de la localidad a una peregrinación bajo el lema “Unidos en un solo corazón”. La romería se llevó a cabo el domingo 01 de diciembre saliendo de la Colonia Anáhuac tumbo a la Catedral, donde participaron de la Eucaristía.
Amor a la Virgen
Eduardo Terrazas, promotor, compartió que desde la pandemia algunas peregrinaciones dejaron de realizarse, una de ellas la Magna Peregrinación, en la que su danza participó por muchos años.
“Tomamos la iniciativa con la intención de que no se pierda esta tradición que se realiza en la Ciudad de México, donde se lleva a cabo la bendición de las danzas, también en Torreón, Coahuila y queremos traer esas costumbres a este lado del país”, compartió Eduardo.
Mencionó que en estas fiestas guadalupanas la danza ofrenda principalmente el amor a Dios y el amor a las tradiciones que dejaron los antepasados, principalmente expresar amor a la Virgen de Guadalupe.
“A veces con palabras no podemos decir lo que sentimos y queremos agradecerle a nuestra Madre Santísima con un son, que sea una oración de alabanza. Con nuestra danza vamos a alabar a Dios y nuestra Madre Santísima la Virgen de Guadalupe”, reiteró.
Seguirá convocatoria
La actividad de la Danza Azteca Xóchitl no se limita a estas fiestas, sino que cada semana salen fuera de la ciudad para compartir sus dones.
“Con estas fiestas de Guadalupe vamos cerrando el año. Para nosotros es una satisfacción cerrar actividades en nuestra ciudad”, dijo Eduardo.
Agregó que aunque este año no hubo respuesta de otros grupos como en años anteriores, se busca continuar la tradición.
“El año pasado nos acompañaron diez danzas. Esperamos que esta peregrinación se vaya forjando como un pilar para que en años futuros esto pueda crecer. Todo lo dejamos en manos de Dios, que Él sea quien decida el destino de esta peregrinación”, expresó.
Las danzas participantes fueron acompañadas por un grupo de personas en carros alegóricos, desde donde cantaron y rezaron del Rosario.
El trayecto duró casi dos horas hasta llegar a Catedral, donde fueron recibidos por el padre Eduardo Hayen, párroco. Luego los peregrinos participaron en la Eucaristía presidida por el padre Rafael Saldívar.
Por este medio Eduardo quiso invitar a todas las danzas a que se unan a participar a esta peregrinación en los siguientes años.
“Y que no solo se unan las danzas, sino que también la comunidad participe”, convocó.