Diana Adriano
El pasado lunes 2 de diciembre, integrantes del Apostolado de la Divina Misericordia participaron en la misa que marcó el inicio de una nueva etapa en su labor pastoral. En esta ocasión -aunque ya había sido electo y fungía como tal- Rigoberto Ángel Montañez asumió formalmente como nuevo coordinador diocesano del movimiento y fue enviado con la misión de continuar difundiendo el mensaje de la Divina Misericordia.
La celebración tuvo lugar en la parroquia que da nombre al movimiento, un lugar simbólico para este grupo, y fue presidida por el párroco, padre Juan Manuel Orona, quien además funge como asesor del grupo diocesano.
Como es su costumbre, los integrantes del movimiento acudieron vistiendo playeras de color rojo, gesto que simboliza su unidad y compromiso con la labor apostólica que llevan a cabo.
Agradecimiento
El padre Juan Manuel destacó la labor incansable de Perla de la Garza, anterior coordinadora, resaltando su entusiasmo, sencillez y alegría, cualidades que la han distinguido al frente del apostolado desde el año 2018.
«Perlita, sigue con ese entusiasmo, esa sencillez y esa alegría que te caracteriza. Te damos un aplauso», pidió el sacerdote, mientras los miembros del apostolado aplaudieron en señal de cariño y gratitud.
Igualmente recordó cómo Perla y su familia aprendieron a servir a Dios y a la Iglesia, agradeciendo especialmente a sus padres por ser el ejemplo de fe y servicio que ella ha seguido.
“Me consta que, de una manera especial, tu mamá fue una gran guía para ti. Que Dios la tenga en su presencia”, dijo.
Calurosa bienvenida
Luego, el padre Juan Manuel se dirigió al nuevo líder del movimiento:
«Recibimos con mucho cariño a Rigoberto, y lo encomendamos a Dios. Le pedimos que el Espíritu Santo lo guíe para acompañar al Apostolado de la Divina Misericordia en la diócesis, también con sencillez, alegría y devoción».
El sacerdote recordó que “un promotor de la Divina Misericordia es el que primero se siente tratado con misericordia por el Señor, y luego, trata a los demás con misericordia”, dijo, y enseguida agradeció la disposición de Rigoberto para asumir este servicio en la Iglesia:
“Que Dios te acompañe en este servicio y gracias por decirle Sí a nuestro Señor”.
Hacia el final de la misa, el sacerdote impuso distintivos a los nuevos miembros del apostolado e invitó a los coordinadores de las demás comunidades a unirse en esta nueva etapa del movimiento de la Divina Misericordia.