- La Iglesia celebra su fiesta el 1 de octubre, Virgen y Doctora de la Iglesia, Santa Teresa del Niño Jesús fue maestra de santidad por su inocencia y simplicidad. Aquí datos sobre su vida y la enseñaza de su espiritualidad
- María Francisca Teresa, mejor conocida como Santa Teresita del Niño Jesús o de Lisieux. Nació en Alençon, Francia, el 2 de enero de 1873. Dos días más tarde fue bautizada en la Iglesia de Nôtre-Dame, recibiendo los nombres de María Francisca Teresa. Sus padres fueron Luis Martin y Celia Guérin, ambos santos ya en la actualidad.
- A la edad de 9 años sintió la inquietud de inclinarse por el mismo camino que su hermana Paulina, quien ingresó al convento de las carmelitas. Cinco años después su otra hermana María también se fue al convento de las Carmelitas.
- Cuando cumplió catorce años sintió la experiencia de su conversión y un año después pidió entrar al convento con el permiso de su padre, pero las monjas del convento y el obispo opinaron que debía esperar debido a su corta edad.
- Meses más tarde fueron a Roma en una peregrinación por el jubileo sacerdotal del Papa León XIII. Al recibir la bendición del Papa ella pidió si podía entrar en el convento a los quince años. El Papa le respondió que si era la voluntad de Dios así sería.
- En 1888 logro entrar al convento El Carmelo y profeso como religiosa el 8 de Septiembre de 1890. Cumplió con todas la reglas, oraba con un inmenso fervor por los sacerdotes y los misioneros. Debido a esto fue nombrada después de su muerte, con el título de patrona de las misiones.
- A los veinte años de edad, la hermana Teresa fue nombrada asistente de la maestra de novicias. Ese mismo año se enfermó de tuberculosis. Quería ir a una misión en Indochina pero su salud no se lo permitió.
- Sufrió mucho los últimos 18 meses de su vida. Fue un período de sufrimiento corporal y de pruebas espirituales. En 1987 fue trasladada a la enfermería del convento de la que no volvió a salir debido a su enfermedad.
- Falleció el 30 de Septiembre de ese año. Fue beatificada en 1923 y canonizada en 1925. Se le presenta como una monja carmelita con un crucifijo y rosas en los brazos. Decía que después de su muerte derramaría una lluvia de rosas.
- Fue canonizada por Pío XI el 17 de mayo de 1925, y el mismo Papa, el 14 de diciembre de 1927, la proclamó Patrona Universal de las Misiones, junto con San Francisco Javier. Su doctrina y su ejemplo de santidad han sido recibidos con gran entusiasmo por todas las categorías de fieles de este siglo, y también más allá de la Iglesia Católica y del Cristianismo.
- Con ocasión del Centenario de su muerte, el Papa Juan Pablo II la declaró Doctora de la Iglesia por la solidez de su sabiduría espiritual, inspirada en el Evangelio, por la originalidad de sus intuiciones teológicas, en las cuales resplandece su eminente doctrina, y por la acogida en todo el mundo de su mensaje espiritual, difundido a través de la traducción de sus obras en una cincuentena de lenguas diversas. La ceremonia del nombramiento tuvo lugar el 19 de octubre de 1997, precisamente en el domingo en el que se celebraba la Jornada Mundial de las Misiones
- Existen dos Santas doctoras de la Iglesia con el mismo nombre, ambas fueron carmelitas y la otra es conocida como Santa Teresa de Ávila.
- La vida de Santa Teresita nos enseña a servir a los demás con amor y perfección viendo en ellos a Jesús. Toda su vida fue de servicio a los demás. Ser mejores cada día con los demás en los detalles de todos los días.
- Nos enseña que podemos vivir nuestro cielo en la tierra haciendo el bien a los que nos rodean. Actuando con bondad siempre, buscando lo mejor para los demás. Esta es una manera de alcanzar el cielo.
“Para mí, orar consiste en elevar el corazón, en levantar los ojos al cielo, en manifestar mi graitud y mi amor lo mismo en el gozo que en la prueba.”
Santa Teresita del Niño Jesús
Su espiritualidad
- La lluvia de rosas
A Santa Teresita le encantaban las rosas. Su vida se estaba consumiendo y sabía que su misión no había hecho más que empezar mientras se disponía a entrar en la vida eterna con Dios. Ella explicaba que «Después de mi muerte, haré caer una lluvia de rosas.», es decir, que proporcionaría una lluvia de favores y beneficios, para que la gente amara más a Dios.
- El caminito
El mensaje que quiere transmitir Teresita es que la espiritualidad es sencilla y la llama «caminito». Es decir, ella nos enseña que Dios está en todas partes, en toda situación y toda persona y en los sencillos detalles de la vida. Su «caminito» nos enseña que hay que hacer las cosas habituales de la vida con extraordinario amor. Una sonrisa, una llamada de teléfono, animar a una persona, sufrir en silencio, tener siempre palabras optimistas y otras tantas acciones hechas con amor. Estos son los ejemplos de su espiritualidad. La acción más diminuta, hecha con amor, es más importante que grandes acciones hechas para gloria personal. Teresa nos invita a unirnos a su infancia espiritual, es decir, a su «caminito».
- La florecilla
A Santa Teresita le gustaba mucho la naturaleza y mediante ella explicaba que la Presencia Divina estaba en todas partes y que todo estaba relacionado con el Amor de Dios. Teresita se veía como la florecilla de Jesús porque era como una de las múltiples florecillas silvestres que se pueden encontrar en el campo, que pasan desapercibidas para la gente, pero que crecen dando gloria a Dios. Esta es la forma en que ella se explicaba ante el Señor, pero floreciendo donde Dios la había plantado.
Teresa pensaba que era como la flor más pequeña del bosque, sobreviviendo y floreciendo a través de todas las estaciones del año. Por la gracia de Dios, ella sabía que era más fuerte de lo que aparentaba. Siguiendo la tradición Carmelita, Teresa veía al mundo como el jardín de Dios, y a cada persona como un tipo de flor distinta.
- Su fiesta
La iglesia Católica celebra su fiesta el 1 de Octubre, aunque ella murió el 30 de Septiembre a las 19:20 h. Anteriormente, se celebraba el día 3 de Octubre.
- La Santa Faz
Cuando se entra en la vida religiosa, la persona toma un nuevo nombre para resaltar la llamada de Dios. Teresa amaba profundamente al Niño Jesús y admiraba muchísimo la Pasión de Nuestro Señor. Por ello, se puso el nombre “Teresa del Niño Jesús y de la Santa Faz”.
Santa Teresita hizo un pacto con los ángeles
Si buscamos lo que santa Teresa de Lisieux dice de los ángeles, no debemos esperarnos un tratado complicado sino, más bien, un collar de melodías que mana de su corazón. Los santos ángeles formaban parte de su experiencia espiritual desde pequeña.
«Me consagro a vuestro servicio»
A los 9 años, antes de su primera comunión, santa Teresita se consagró a los santos ángeles como miembro de la congregación de los santos ángeles con las siguientes palabras:
«Me consagro solemnemente a vuestro servicio. Yo prometo, frente al rostro de Dios, a la santa Virgen María y a mis compañeras seros fiel e intentar imitar vuestras virtudes, en particular vuestro fervor, vuestra humildad, vuestra obediencia y vuestra pureza».
Ya como aspirante había prometido honrar con una devoción especial a los santos ángeles y a María, su augusta Reina:
«Quiero hacer lo mejor para corregir mis defectos, adquirir virtudes y cumplir con todos mis deberes como colegiala y cristiana».
Para Teresa de Lisieux, «el amor perfecto es soportar los vicios de los demás, no sorprenderse de sus debilidades».
Invocar espíritus celestiales
El solo hecho de que Teresa de Lisieux, futura doctora de la Iglesia, hubiera hecho esta consagración y rezado las oraciones -como una niña generalmente no hace, por supuesto- hace que esto forme parte después de su doctrina espiritual madura.
De hecho, en sus años de madurez no solo se acuerda con alegría de estas consagraciones, sino que se encomienda de varias formas a los santos ángeles, como veremos más tarde. Eso da testimonio de la importancia que concede a este vínculo con los santos ángeles.
En Historia de un alma escribe:
«Casi inmediatamente después de mi entrada en la abadía, ingresé en la congregación de los santos ángeles. Me gustaban mucho los ejercicios de devoción que en ella se prescribían, pues sentía una especial inclinación a invocar a los bienaventurados espíritus celestiales, y en particular al que Dios me dio para que fuera el compañero de mi destierro» (Escritos autobiográficos, Historia de un alma, IV cap).
Oración
Los miembros de la congregación de los santos ángeles practicaban también una particular devoción al ángel de la guarda rezando la siguiente oración:
«Ángel de Dios, príncipe del cielo, guardián vigilante, guía fiel, pastor amoroso, yo me regocijo de que Dios te haya creado con tanta perfección, de que Él te haya santificado por Su gracia y, finalmente, de que te haya coronado de gloria por haber perseverado en Su servicio. ¡Que Dios sea siempre alabado por los muchos bienes que te concedió! ¡Bendito seas por todo el bien que nos haces, a mí y a mis compañeras! Yo te entrego mi cuerpo, mi alma, mi memoria, mi inteligencia, mi imaginación y mi voluntad. Gobiérname, ilumíname, purifícame; dispón de mí como quieras”
(Manual de la Congregación de los Santos Ángeles, Tournai).