Estos son testimonios de danzantes que dedican bailes a Dios a través de algunos de los santos venerados en la Diócesis de Ciudad Juárez…algunos son tentados a dedicar sus danzas a falsas devociones, pero se mantienen firmes en la fe…
Presencia
Con una fe grande en Dios y fiel devoto de San Judas Tadeo, Don Pedro López Mendoza formó en 1988 una danza dedicada al patrono de las causas difíciles para agradecer su intercesión en momentos de necesidad.
Don Pedro aprendió de su abuelo, don Sebastián López, el gusto por la danza y ahora es su hijo, Pedro López quien continúa su legado, en el que algo le queda muy claro:
“Debemos tener fe en Dios, la devoción a los santos, el de su preferencia y que sea reconocido por la Santa Iglesia Católica, no porque la gente lo diga. Recordar que es Dios quien hace el milagro, no los santos, ellos solo son intercesores”, dijo.
Historia de su grupo
Desde niño, Pedro López, padre, descubrió en la danza una muestra de amor y agradecimiento a Dios y a los santos. Comenzó danzando en la agrupación de su abuelo, don Sebastián López y otras agrupaciones, como la San Juan Bautista del señor Cirilo Villanueva, cuyo padre fue muchos años Jefe Real de todas las danzas de Ciudad Juárez.
«Mi padre danzó en las primeras danzas que hubo aquí en Ciudad Juárez: la de su abuelo y otras que fueron las primeras danzas de nagüillas», compartió Pedro López, hijo.
El deseo de formar una danza, dijo Pedro, nació en su padre en momentos difíciles de su vida en los que se encomendó a San Judas Tadeo, recibiendo de él los favores solicitados.
«Cuando mi padre trabajó en la Policía tuvo un apuro muy grande y cayó en depresión, fue la primera vez que pidió a San Judas Tadeo su ayuda. La segunda vez que le pidió con el corazón, fue cuando su padre, mi abuelo, enfermó y estuvo un tiempo sin caminar. Mi padre le pidió a San Judas con la promesa de formar una danza si le ayudaba», recordó Pedro.
Fue así que, en 1988, después de haber sido favorable la respuesta intercesora de San Judas Tadeo, don Pedro inició una danza con sus hermanas, sobrinos, cuñados y algunos amigos que se integraron.
«Con el apoyo de Luis Mateo Hernández, de la danza San Lorenzo, mi padre inició su propio grupo usando un bote en vez de tambor y sonajas hechas de latas de sodas, en lugar de huajes», señaló con orgullo Pedro.
Digno sucesor
Cuando don Pedro fundó la danza San Judas Tadeo, Pedro aun no nacía, pero sus cinco hermanas mayores comenzaron a danzar con su padre.
A la edad de 14 años, Pedro se hizo cargo de la danza y desde entonces, aunque se encuentra retirado, don Pedro lo acompaña a todos los eventos.
“Él va conmigo a las danzadas solo a observar porque su pasión y el amor a su danza no se le quita, aunque me dejó el cargo total de la danza. Dejé la vestimenta de nagüillas y adopté la de apache. Aprendí a cocer para hacer yo mismo los trajes porque salen muy caros”.
Con casi catorce años guiando la danza San Judas Tadeo, Pedro compartió que es una de las danzas más grandes de Juárez, pues cuenta con 35 danzantes y 10 tamboreros, entre ellos su esposa y sus hijos.
“En este momento, por la pandemia, no estuvimos danzando, apenas ahora en febrero comenzamos poco a poco, con cubrebocas y traemos siempre gel antibacterial”.
Los que danzan a la Santa Muerte
La danza de los matachines es la danza religiosa más extendida al norte del país. Estas danzas forman cuadrillas que suelen danzar en las fiestas católicas y no en las fiestas de contenido profano.
De acuerdo a los conocedores, algunos mitos explican que los matachines fueron “creados” para ser los soldados de la Virgen, y extender buenas influencias a través de sus danzas y del poder benigno.
Actualmente en Ciudad Juárez existen grupos de personas que han dado un sentido opuesto a esta práctica, ofreciendo danzas a la santa muerte, una figura popular que personifica la muerte y que es equivocadamente un objeto de culto.
Danza a la muerte
En entrevista con Presencia, una persona que pertenece a una danza de matachines desde hace más de 30 años y que ha decidido permanecer en anonimato por motivos de seguridad, explicó que a pesar de que los grupos de matachines que danzan a la figura de la Santa Muerte no son aceptados por la Iglesia Católica, ellos insisten en asistir a fiestas religiosas donde se venera a los santos.
“El problema es que estas danzas no respetan estos espacios de veneración a los santos. Ellos portan estandartes que no tienen nada qué ver con lo religioso y al tener desacuerdos con danzas que son católicas, hemos llegado a recibir agresiones por parte de ellos”, explicó.
“Ellos tienen otros tipos de rituales haciendo un énfasis que danzan a la muerte y no a Dios”, agregó.
Dio a conocer que ya han dado aviso a diferentes sacerdotes, para que estén atentos y alerten a la comunidad en que estas personas no se infiltren en las danzas que realizan en las fiestas patronales. Aunque hizo saber que no todas las danzas de matachines son de personas que pertenecen a la Iglesia Católica.
“Nosotros vemos la muerte como una etapa que algún día nos llegará, pero no como un ser que cumple milagros y que está para ayudarnos. Estas prácticas pueden llegar a confundir a las personas y creer que lo que hacen está bien”, dijo la persona entrevistada.
“Incluso al momento de iniciar con su danza, ellos comienzan invocando a la ‘niña blanca’ como ellos también la conocen”, mencionó.
Del mismo modo, explicó que estas danzas dirigidas a la santa muerte están compuestas en su mayoría por gente adulta.
“Hemos llegado a eventos donde los vemos danzando y para nosotros es mejor retirarnos, ya que yo tengo a muchos niños y no me gustaría que, en algún enfrentamiento por desacuerdos, salgan afectados”, finalizó.
Hacen sus fiestas
Por su parte, Pedro López, compartió que existen aproximadamente 150 danzas en la ciudad, aunque no todas están inscritas ni asisten a las reuniones que organizan los grupos.
“Hay algunas que danzan todo el año, y otras nada más salen a danzar en la fiesta de la Virgen de Guadalupe”, señaló.
Y sobre los grupos que danzan a “la santa muerte”, dijo que conoce algunas de ellas, incluso lo han invitado a sus fiestas, pero no acude.
“Yo no los invito a nuestra fiesta ni vamos a las fiestas de ellos. Respeto las creencias de todos, pero para mí no es un santo ni santa. La muerte representa lo que será de nuestro cuerpo cuando muramos, pero no es una santa. Además no me gusta que la vistan de la Virgen de Guadalupe o de Lourdes”, dijo.
Catequizado
El entrevistado añadió que le han ofrecido grandes sumas de dinero por ir a danzar en alguna reliquia dedicada a esa imagen, pero no acepta.
“Fui monaguillo por cinco años en San Lucas Evangelista y el sacerdote Hugo Muñoz nos explicaba sobre eso. También aprendí que los santos no nos hacen el milagro, sino que son intercesores y es Dios el que hace los milagros”.
Aunque el hijo de Pedro hoy tiene apenas cinco años, ya lo está encaminando enseñándole todo sobre la danza para que en un futuro pueda ser su sucesor.
Para finalizar, Pedro envió el siguiente mensaje:
“Debemos tener fe en Dios, la devoción a los santos, el de su preferencia y que sea reconocido por la Santa Iglesia Católica, no porque la gente lo diga. Recordar que es Dios quien hace el milagro, no los santos, ellos solo son intercesores”.
Frase…
“Debemos tener fe en Dios, la devoción a los santos, el de su preferencia y que sea reconocido por la Santa Iglesia Católica, no porque la gente lo diga. Recordar que es Dios quien hace el milagro, no los santos, ellos solo son intercesores”.