Siame
Tan sólo en el estado de Chiapas, fueron 52 los templos que resultaron dañados por el sismo de 8.2 grados en la escala de Richter que el pasado jueves 7 de septiembre azotó el centro y sur del país.
Así lo informó el obispo de San Cristóbal de las Casas, Mons. Felipe Arizmendi Esquivel, quien tras señalar que sin duda lo más lamentable son las 96 personas que perdieron la vida como consecuencia del terremoto, se refirió a las afectaciones que se registraron en la iglesia Catedral y en muchos otros templos de dicha diócesis.
Explicó que la Catedral de San Cristóbal, en particular, quedó sumamente afectada en la parte posterior, y hay columnas resentidas que constituyen un grave peligro; además: “unas piedras que estaban en la fachada cayeron encima del coro y destruyeron el órgano antiguo”, mientras que en el campanario “hay hendiduras de consideración”.
Ante esta situación, Mons. Arizmendi hizo un llamado al Instituto Nacional de Antropología e Historia y a las autoridades competentes a que hagan un estudio a detalle de los daños sufridos y se lleve a cabo la pronta restauración.
“Esperamos que, así como no tardaron en ordenar que se mantuvieran cerrados al culto, no tarden en su pronta restauración”, dijo.
Daños y omisiones
En tanto, Mons. Óscar Armando Campos Contreras, obispo de Tehuantepec, Oaxaca, aseveró que la diócesis registra destrozos muy graves tanto en Juchitán, Espinal e Ixcaltepec.
Afirmó que por lo menos todas las iglesia que ha visitado, más de 20, tienen daños, algunos graves, y otros sólo cuarteaduras que podrían no afectar tanto: “el hecho es que en Juchitán todas las capillas quedaron mal; en Niltepec se desplomó la cúpula sobre el presbiterio”, detalló.
Por otra parte, los obispos de la Provincia de Antequera-Oaxaca, la más afectada, emitieron el domingo un mensaje en el que aseguran que en general todo el país está viviendo momentos de “devastación, angustia y muerte”, y que si bien los medios de comunicación difunden información, ésta es sólo la que los corresponsales alcanzan a ver, pues hay poblaciones dañadas que, por su lejanía, quedan sin cobertura”, con grandes pérdidas y necesidades urgentes. (Sistema Informativo de la Arquidiócesis de México)