Diana Adriano
El Monasterio de Cristo Rey, ubicado en la Colonia Chaveña, fue escenario de una profunda manifestación de fe y devoción con la vigilia “40 horas de adoración al Santísimo Sacramento”, organizada por las Hermanas Clarisas Capuchinas.
Este evento, que se realiza cada año en honor a la Fiesta de Santa Clara, culminó el 11 de agosto, día en que la Iglesia celebra a la santa patrona y fundadora de la orden.
La vigilia comenzó el viernes 9 de agosto, extendiéndose de manera ininterrumpida hasta la mañana del domingo. Durante estas 40 horas, se vivieron momentos de intensa adoración, alabanza y plegarias, en un ambiente marcado por la paz y el recogimiento.
Profunda conexión
Unidos en oración, los participantes recordaron la vida y legado de Santa Clara.
Sor Irma Rivera, CC, destacó la respuesta positiva de la comunidad, remarcando que fue una oportunidad para que la comunidad se uniera en oración y adoración.
«Fue la invitación a toda la comunidad, tanto a los párrocos para que trajeran a su comunidad y sus fieles. Vinieron de servidores de Liturgia, de canto, confirmaciones… fue algo muy bonito desde el primer momento comenzó a venir la gente», relató con entusiasmo la religiosa.
El primer día de la vigilia, 65 personas se unieron a este acto de devoción.
“La gente estaba muy contenta y nosotros también porque se les ve el amor a Dios y a la comunidad”, expresó la entrevistada, subrayando la alegría y el sentido de unidad que prevalecieron durante todo el evento.
Santa Misa
El acto de adoración concluyó de manera significativa el domingo 11 de agosto con la celebración de la Santa Misa en la parroquia Cristo Rey.
La Eucaristía, que tuvo lugar a las 8 de la mañana, fue presidida por el obispo don José Guadalupe Torres Campos en un ambiente de solemnidad y reverencia.
En ella estuvieron presentes frailes Franciscanos provenientes de El Paso, así como el padre Leonardo García, párroco de la comunidad.
Durante la homilía, el obispo compartió un emotivo mensaje sobre la vida y virtudes de Santa Clara, destacando su entrega, humildad y sencillez.
“Fue emotiva la homilía porque nos recordó que siempre nuestro Señor está tocando la puerta y que quien quiere, la abre para estar con Él y para Él, como lo hizo Santa Clara”, compartió Sor Irma comentó sobre el mensaje del obispo.
Cierre ideal
El obispo también reflexionó sobre la vida vocacional de las religiosas, subrayando el sacrificio y la renuncia que conlleva seguir este camino.
«Habló un poco sobre nuestra vida vocacional como religiosas, de todo lo que nos tenemos que despojar: de la familia, trabajo, escuela, amigos, pero como dice el Evangelio, Dios te da el cielo», añadió Sor Irma.
Así, la misa marcó el cierre ideal para una vigilia que reunió a la comunidad en un acto de amor a Cristo y a Santa Clara.