Así lo perciben servidores que atienden ministerio para migrantes en Anapra y en Catedral, donde les dan ayuda y orientación.
Ana María Ibarra
Confusión y desinformación llevó a trescientos haitianos a apostarse afuera de la oficina de Catedral el pasado viernes 20 de mayo en busca de ayuda.
Estresados y ansiosos, los migrantes acudieron al conocer de la supuesta derogación del Título 42, y para saber de excepciones que les permitan cruzar a Estados Unidos.
Como se sabe, el Título 42 una disposición que implementó el gobierno de Estados Unidos (Marzo 2020), con el argumento de prevenir la propagación del COVID y que hace que los migrantes, al cruzar la frontera, sean expulsados inmediatamente por autoridades migratorias, sin posibilidad de solicitar asilo humanitario.
Coespo les cerró puertas
Ese viernes 20 de mayo, los migrantes provenientes de Haití fueron escuchados por el equipo del Ministerio de ayuda humanitaria que coordina Cristina Coronado y ofrece servicio ahí en la Catedral.
Cristina explicó que el Consejo Estatal para la protección y atención a Migrantes (Coespo) coordinó casos de excepciones al Título 42, es decir, ayudó a enlistar y cruzar a Estados Unidos a personas con cierta vulnerabilidad bajo ciertas excepciones. Pero ahora les ha cerrado la puerta.
«El Título 42 no es una ley migratoria sino de salud. La gente de Haití estuvo yendo a Coespo pero les cerraron la puerta», expuso Cristina en entrevista con Presencia.
Por qué llegaron a Catedral
Cristina dijo que la llegada de haitianos a Catedral fue porque, desde el ministerio, hicieron un llamado a mujeres embarazadas para levantar un censo para identificar las vulnerabilidades.
«Fue para integrarlas a los programas que nosotros mismos vamos a dar y para preguntarle a la Coespo si era posible que entrevistaran a estas personas. (para las excepciones) Ellos corrieron la voz y se creó una confusión y por el idioma no sabían que estaba pasando, entonces llegaron para preguntar», señaló.
Asimismo, dijo que como cada viernes ofrecen asistencia humanitaria con entrega de despensas y otros servicios, había muchas familias en Catedral.
«Cada viernes tenemos 50 familias y esta vez tuvimos que hacer un ejercicio, primero, de no dejarlos entrar, hablar con ellos, enumerarlos para que entraran, dando prioridad a las mujeres embarazadas junto con sus hijos para que no corrieran riesgos. Ellos aceptaron de buena manera», afirmó.
Estado desatiende a haitianos
Ante el arribo de más de trescientos haitianos, Cristina llamó a la Coespo para informar que estaba ese número de personas y como el ministerio de Catedral no tiene la capacidad para atender todas sus demandas, pidieron la presencia de representantes de esta dependencia.
«Mandaron tres personas de su equipo e informaron públicamente que ellos son los coordinadores de esa sección de Título 42, cosa que es ilegal. Además, la Coespo está excluyendo mucha gente, únicamente han estado llevando gente de los albergues que ellos manejan, esto dejó fuera a la Casa del Migrante, a la casa de acogida que nosotros manejamos y a la comunidad de Haití», denunció.
Añadió que ellos proporcionaron a la comunidad de Haití algunos números de teléfonos de personas que realizan las entrevistas y las listas, pero no les están contestando las llamadas.
Denuncia
«El Estado se ha desentendido de la comunidad de Haití. La gente está batallando mucho para establecerse, tener acceso a la salud, al trabajo, ha sido muy difícil y la Catedral significa para ellos un espacio seguro donde pueden tener apoyo humanitario y orientación».
Reiteró que las trescientas personas que llegaron el viernes lo hicieron porque supuestamente era el último día para poder acceder a un registro y a una lista que les permita entrar a Estados Unidos, lo cual es erróneo, aclaró.
«Desafortunadamente la falta de atención en Coespo genera ansiedad en la gente”.
Cristina expresó que los migrantes de Haití lo único que necesitan es que alguien les escuche y no que los rechacen como hacen en Coespo y en otras instancias de gobierno.
«El argumento es no entender el idioma, pero eso nada tiene que ver con la forma en que se les mira o se les atiende. Nuestra postura es seguir buscando respuesta para ellos, ayuda y que sean escuchados y que algunas familias puedan cruzar, pero eso es muy difícil”, dijo la entrevistada.
Relató que en recientes semanas algunas personas cruzaron, “pero a los tres días nos enteramos que estaban deportados en Haití”. En una semana deportaron más de mil personas, indicó.
Frase…
«Ellos (los haitianos) se sienten acorralados, si se cruzan, son deportados y si se quedan en Juárez, no saben cómo saldrán adelante. Si fuera algo que nosotros pudiéramos hacer ya lo habríamos hecho».