Diana Adriano
En un emotivo y conmovedor homenaje, la comunidad de la parroquia San Miguel Arcángel se reunió para dar su último adiós al amado padre Gilberto Pérez, quien falleció el pasado lunes 21 de agosto en un accidente de tráfico.
El servicio funerario se llevó a cabo a lo largo del día miércoles 23 de agosto, comenzando a temprana hora de la mañana y extendiéndose hasta altas horas de la noche.
El padre Gilberto Pérez había servido como párroco en la comunidad durante más de una década, dejando una huella imborrable en los corazones de sus feligreses.
Su dedicación y trabajo incansable, compasión y sabiduría pastoral lo convirtieron en un líder espiritual admirado y respetado por todos.
El velorio reunió a familiares, amigos y miembros de la comunidad que deseaban rendir homenaje al padre Gil, algunos de quienes compartieron anécdotas, oraciones y lágrimas en memoria del querido sacerdote, así como recordaron la pasión del presbítero por brindar apoyo a quienes más lo necesitaban.
Igualmente agradecieron haber tenido la oportunidad de compartir sus vidas con un hombre de espíritu generoso que dejó una marca indeleble en la comunidad y más allá.
El padre Gilberto Pérez será recordado no solo por su compromiso religioso, sino también por su amabilidad, humildad y su habilidad para tocar los corazones de quienes lo rodeaban. Su legado perdurará en la comunidad que tanto amó y sirvió.
Myrna Olivia Aguilar, laica coordinadora de la Pastoral Penitenciaria, expresó su profundo pesar por la muerte del padre Gilberto.
“Me deja una gran tristeza esta noticia, pero me quedo con la alegría de haberlo conocido. En 2017 comiencé a trabajar como agente en la Pastoral Penitenciaria y él llegó también. Aprendí de él porque más que nada era muy valiente y transmitía esa confianza que me hizo perder el miedo en el servicio”, compartió Myrna.
“Aunque a veces tuvimos diferencias, le agradezco que sacará lo mejor de mí”, agregó.
Dijo que sus homilías en el CERESO, siempre dejaban fruto en los internos, y su sola presencia era alegría para ellos.
“Siempre lo esperaban con entusiasmo. Cuando confesaba, se hacían largas filas y luego celebraba la Eucaristía. Les ofrecía mucho amor y les hablaba con una confianza tremenda. La pastoral se queda sin su pastor, pero seguiremos trabajando por todos los muchachos por los que él siempre trato de dar el cien por ciento”, finalizó.
En frases
“El padre Gilberto me deja mucha enseñanza, mucho amor y ternura. Un testimonio de perseverancia pues cualquier cosa que se proponía, trataba de hacer de todo para lograrlo. Se me quiebra la voz porque lo extrañaremos muchísimo”.
Marisela Ordaz Soto
“El Padre Gilberto fue un guía espiritual excepcional que siempre estuvo dispuesto a escuchar y aconsejar. Lo extrañaremos profundamente”.
Gregoria Alvarado
“Desde que él llegó aquí estuvimos con él -15 años-. Nos dejó mucho valor para enfrentarnos a la vida, para seguir adelante en altas y bajas. Desde sus homilías siempre nos motivaba a ser felices y estar cerca de Dios. Lo apreciamos mucho, y lo extrañaremos infinitamente”.
Matilda y Jesús Guerrero/ Servidores de la comunidad por 50 años
“El padre Gilberto fue más que un sacerdote, fue un amigo en quien siempre podía confiar. Por 17 años fui su sacristán, su chofer, su compañero, su amigo. Me duele mucho porque yo lo miraba como mi hermano. Siempre estaba dispuesto a dar un paso adelante y ayudar.”
Javier Saucedo Robles