Presencia
El pasado sábado 8 de marzo, familiares y amigos de personas desaparecidas se reunieron para participar en la Eucaristía dedicada mensualmente a mujeres desaparecidas o asesinadas en Ciudad Juárez.
La misa se realizó a las 11 horas en la Misión de Guadalupe, celebrada por el padre Francisco García, quien desde hace años acompaña a colectivos que buscan a sus familiares víctimas de desaparición forzada.
Esta vez la Eucaristía tuvo una connotación especial al realizarse en el Día Internacional de la Mujer, fecha que recuerda la lucha de las mujeres por su participación en la sociedad y su desarrollo íntegro como persona.
Tras las lecturas del día, que ese día transmitieron las palabras del profeta Isaías y del evangelista san Lucas, el sacerdote compartió una reflexión para hablar del reposo que brinda Dios a los justos.
Bajo el Altar del Señor lucieron diferentes mantas con las fotografías de las personas desaparecidas, mientras que algunas madres y familiares portaron camisetas con mensajes alusivos a su búsqueda.
Al final de la homilía, a invitación del celebrante, asistentes tomaron el micrófono para decir unas palabras. Con ellas compartieron una fuerte lección de fe:
“Desde el momento en que fui a la fiscalía -a reportar la desaparición de su hija- le dije a Dios: ayúdame, porque algo muy grande se me viene encima…y desde ese momento hasta hoy me he dado cuenta de que Él Siempre ha estado conmigo”, dijo Susana Montes, mamá de María Guadalupe Pérez Montes, víctima de feminicidio.
“Dios nunca nos deja solas, nos acompaña cada día de nuestra vida”, reiteró la madre activista.
Por su parte, Rosa María Hernández, mamá de mamá de Diana Rocío Ramírez Hernández, desaparecida hace 14 años, expresó:
“Ha habido días muy difíciles, sin embargo, al estar aquí me voy fortalecida para seguir con mi búsqueda. Sé que un día voy a ver a mi hija. Agradezco a Dios y al padre Francisco que nos ayuda con este ofrecimiento”.
Daniel Alejandro Durán, del Colectivo Familias Unidas por la verdad y la Justicia también tomó el micrófono para “agradecer el amor de las mujeres”, que a pesar de todo su dolor “se levantan y nos siguen animando”, expresó.
“Este año de la Esperanza, que sea nuestro año de encontrar a nuestros seres amados desaparecidos… que este sea nuestro año”, clamó.
Con la intención de encontrar a las personas desaparecidas y de acompañar a las familias que padecen por este delito, se preparó el Altar. En el momento de la oración de los fieles el sacerdote mencionó primeramente los nombres de mujeres víctimas de feminicidio, enseguida, de las mujeres desaparecidas, así como de algunos hombres víctimas de desaparición forzada.
La misa continuó en solemnidad y al final los asistentes se abrazaron en solidaridad, prestos a seguir en su lucha bajo el amparo del Amor de Dios.