Ana María Ibarra
Con una Eucaristía de acción de gracias, para encontrarse con Dios en su Palabra, su Cuerpo y Sangre, el Movimiento de Enfermeras de Acción Católica celebró su día el pasado 6 de enero en la parroquia El Señor de la Misericordia.
La celebración, que fue presidida por el padre Juan Carlos López, vicario parroquial de dicha comunidad, reunió a un buen número de enfermeras, así como a sus familiares y amigos.
Dejarse guiar
En su homilía, el padre Juan Carlos reflexionó sobre el Bautismo de Jesús, y explicó que es precisamente en este sacramento donde los cristianos adquieren su misión.
“El Bautismo nos convierte en sacerdotes, profetas y reyes. Cuando Jesús es bautizado se escuchó la voz del Padre que dijo: este es mi hijo muy amado, escúchenlo. El hijo de Dios se hizo hombre para que lo escucháramos. A nosotros nos toca escucharlo para que sean sus palabras las que nos consuelen, que sean luz y guía”, meditó el padre Juan Carlos.
Dirigiendo su mensaje a las enfermeras, el sacerdote las motivó a dejar que sea Dios quien ilumine sus acciones.
“El mundo de la salud sin la caridad se vuelve distante e inhumano. Dejen que Dios ilumine con su Palabra el ámbito de la salud y que las conduzca en todos los ámbitos de la vida”, expresó.
Recibieron téseras
Al concluir la celebración eucarística, el padre Juan Carlos pidió un aplauso para las enfermeras en su día y entregó a diecisiete de ellas las téseras como renovación de su compromiso de vivir el Evangelio de Jesús y colaborar en comunidad con todos los miembros de la Iglesia.
“Reciban esta tésera y sean fieles a la misión que el Señor les ha concedido. Que Dios Padre las bendiga en su vida familiar y laborar… ¡felicidades!”, expresó el sacerdote.
Al concluir, las enfermeras invitaron a sus amistades y miembros de la comunidad ahí reunidos a pasar al comedor para partir la tradicional rosca de reyes.