Claudia Iveth Robles
«¿De verdad estamos en México?», «Qué paciencia y amabilidad», «Muy buena organización», fueron algunos de los comentarios que hicieron adultos mayores de la diócesis local durante la pasada jornada de vacunación vs la Covid 19, organizada y realizada por autoridades sanitarias del 12 al 15 de abril pasados.
Los beneficiados quedaron muy agradecidos por la amabilidad y generosidad en el trato al momento de recibir la primera dosis del biológico que les protegerá de cierta forma contra la enfermedad que ha generado un cambio en la vida en todo el mundo.
Militares atentos
La religiosa María Piedad Quezada, de 77 años, y quien atiende a los adultos mayores en el Asilo de ancianos San Antonio Senecú, dijo que ella le toco ir a la vacunación el lunes 12 de abril, cuando un autobús los recogió para trasladarlos al sitio de vacunación.
En un primer momento los llevaron al módulo habilitado en El Punto, pero al ver la larga fila, fueron canalizados al módulo que operó en el Regimiento de Caballería del Ejército, allá por la calle Barranco Azul..
“Subieron los militares al camión, nos saludaron, nos llevaron agua y galletas; subieron a tomarnos la presión, a ponernos la vacuna. Muy atentos a lo que se nos ofrecía, mientras otros elementos estaban abajo del camión por si alguien necesitaba ir al baño o se presentaba alguna reacción por la vacuna”, relató la religiosa, admirada por el buen trato de los militares.
Destacó la generosidad de todas las personas involucradas para que los ancianos pudieran ser inmunizados, al menos en una primera dosis.
Seguir cuidándonos
Por su parte Tula Varela, de 69 años de edad y quien desde hace 20 años participa en el grupo Camino al Cielo, quedo admirada y sorprendida por lo que estaba viviendo, al grado de decir «¡Esto es México!»
Dijo que cuando llegaron al modulo de vacunación, en El Punto, voluntarios se acercaron a preguntarles si traían el formato y si no, podían proporcionarles uno.
«Todos fueron muy amables… bonito trato, tan bien coordinado y también escuché puras cosas positivas; todo mundo diciendo lo bonito que trataban», dijo Tula a la vez que externó sus felicitaciones para las enfermeras, los médicos y el gobierno.
Tula compartió que cuando la vacunaron le dijeron: “Mire que estoy tomando el líquido del frasco», pero muy atentos y con mucho cuidado.
«Muy respetuosos, nadie pitando, todos en orden. Hasta parecía que nos habían dado una clase de cómo iba ser», dijo.
Tula aprovechó para invitar a quienes recibieron la primera dosis de la vacuna, y a todos en general, a no bajar la guardia y seguir cuidándose con todas las medidas sanitarias ya dispuestas.
“Nada de que ya me vacuné y vamos a juntarnos”, dijo.
Juarenses ordenados
Por su parte Blanca Ernestina Moná, de 80 años quien es trabajadora de Catedral, compartió que ella temía que hubiera largas filas y manejó hasta El Punto. Dijo que le sorprendió que todos respetaron y si algún conductor se atrasaba, nadie se metía en la fila.
«Eso llamó mucho mi atención porque siento que en ese sentido somos desordenados, simplemente por la experiencia de la fila para ir a El Paso”, dijo al reconocer también la atención que brindaron algunos estudiantes de medicina que estaban en el sitio.
“Me preguntaban cómo me sentía y les dije que muy contenta porque tengo mucha fe en las vacunas, y porque a mis 80 años, no me duela nada», dijo.
«Me sorprende cómo están abiertos a dialogar, a tenernos paciencia y animarnos”, dijo.
Recordó que cuando la vacunaron le pidieron esperar por si se sentía mal.
«Les agradecí y les dije ‘Dios los bendiga’. Fue una cosa ordenada, muchos voluntarios. Admiro la organización y agradezco la forma tan bonita en que nos trataron».
Catina (como es llamada cariñosamente) enfatizó en la lección de civismo que dieron los juarenses al hacer todo en orden y también reconoció la labor de los agentes de tránsito.
“Dios los bendiga”, repitió.