Ana María Ibarra
A Maricarmen Moreno y Gabriela Anaya Dios las rescató de la muerte y hoy, convencidas del valor de este don, son parte del equipo 40 Días por la Vida que desde el pasado 17 de febrero lleva a cabo la campaña con el mismo nombre, con el fin de orar por el fin del aborto y el cuidado de la vida en todas sus etapas.
Desde que inició la campaña en Ciudad Juárez, el pasado miércoles de ceniza, Maricarmen y Gabriela acuden en distintos momentos del día al estacionamiento de la parroquia El Señor de la Misericordia, donde se está llevando a cabo la vigilia, para orar y cada viernes pedir ante el Santísimo Sacramento por el don de la vida.
Aquí sus testimonios.
Impulsada a servir
De una manera misteriosa, como sólo Dios puede hacerlo, Maricarmen Moreno recibió el llamado para servir en 40 Días por la Vida.
“Me uní por gracia de Dios. Soy del ministerio de intercesión de Renovación en la parroquia El Señor de la Misericordia. Serví en la misa de inicio de la campaña pasada, que fue la primera que se hizo en la ciudad. Cuando el padre Jesús Salinas dijo que permanecieran de pie los que iban a servir en la campaña sentí un impulso y me quedé de pie”, recordó Maricarmen.
Un recuerdo
Sin tomar conciencia plena de lo que estaba pasando, Maricarmen se preguntó y le preguntó al Señor el por qué se encontraba de pie.
“El Señor me trajo a mi recuerdo algo que ya sabía. Cuando mi mamá estaba embarazada de mí y mi hermano (somos cuates), ella tenía cáncer terminal e intentó varias veces abortarnos, sabía que no podría cuidarnos y que no tendría con quién dejarnos”, compartió la mujer con la voz entrecortada.
La mamá de Maricarmen llevaba más de cinco años en su lucha contra el cáncer cuando quedó encinta, se sometió a cirugía perdiendo ambos senos, sin embargo, la enfermedad hizo metástasis y cuando sus hijos nacieron, el cáncer había invadido su cuerpo.
“Ella no quería dejarnos con nadie, pero ya no veía, quería cuidarnos y a veces mis tías nos encontraban en una mesita comiendo con la mano la comida fría. Mi hermano y yo somos los menores. Mi mamá falleció cuando teníamos un año de edad. Después vivimos con mis tías”, compartió.
La situación difícil que la mamá de Maricarmen vivió con una pareja fue lo que la hizo pensar en el aborto. Hoy, cuarenta y un años después, la servidora está convencida que el Señor los rescató a ella y a su hermano y por eso en esa misa la impulsó a permanecer de pie.
“El Señor me decía en ese momento que quería sanar esa área de mi vida, como dice en su Palabra: antes de que nacieras ya te tenía en mi pensamiento, todos tenemos una vocación aquí en la tierra, somos peregrinos, nuestra casa es la del Padre y Él nos quiere sanos, salvos y liberados de cualquier opresión, tristeza o enfermedad”, dijo.
Salvada y llamada por Dios
Recordó que su padre le contó que ella ‘no quería nacer’ , pero su hermano estaba muriendo, pues ella venía antes que él.
“Mi mamá en ese momento le pidió perdón a Dios y le pidió a la Virgen del Carmen que me dejara nacer, por eso me llamo Maricarmen”.
Convencida de que el Señor tiene sus elegidos en la palma de su mano y bajo su cobijo, la entrevistada resaltó que es necesario buscarlo.
“Estoy en esta vigilia porque estoy segura que Dios hace el llamado, Él tuvo a bien llamarme y gloria a Dios que pude escucharlo, aquí estoy por obediencia. En este grupo hemos sido muy bendecidos, llenos de mucho crecimiento, mucha hermandad entre el equipo”, puntualizó.
Sobreviviente del cáncer apostó por la vida, en la pandemia
Gabriela Anaya es una sobreviviente de cáncer que se integró a 40 Días por la Vida en la primera vigilia. Siendo adoradora en octubre del 2019 fue diagnosticada con cáncer.
Pero no le dio tiempo al cáncer de extenderse, pues inmediatamente pidió que le extirparan su seno. Luego recibió ya sólo cuatro quimioterapias, encontrándose en este momento con tratamiento para cinco años, confiada en Dios en que recuperará su salud.
“Desde el momento en que dicen ‘cáncer’, es imposible no pensar en la muerte. Siempre me ha sentido consentida de Dios, el hecho de darme cuenta del tumor, de poderme atender, me llevó a darle a Dios algo más. Me estaba dando otra oportunidad”, señaló.
Dijo que tras su ointervención, comenzó a idear algo qué hacer, pues con la llegada de la pandemia se sintió un tanto vacía.
“Me acerqué a Todos en la Misma Barca y ahí conocí al equipo de 40 Días por la Vida, me invitaron a integrarme cuando se hizo la vigilia en el centro de la ciudad; iba con reserva por lo de las quimioterapias y la pandemia, siempre con un poco de miedo, pero tratando de estar al pie del cañón”, recordó.
Convencida de que haber tenido cáncer no la mantendrá encerrada en la casa, Gabriela dijo que si Dios le da vida, es para vivirla, no para estarla cuidando en el encierro. Y hoy sólo le pide que le permita contagiar a los demás, pero de amor a la vida.
“Me siento mucho mejor. Se organizó la segunda vigilia y encantada aquí estoy. Tengo cuatro hijas y le pido mucho a Dios para que ellas siempre sientan el llamado a la maternidad y la ternura de María para luchar a favor de la vida”, dijo feliz de sentirse amada por Dios.
Frase…
“Luchemos por defender la vida, no nada más en el vientre, también fuera de ella. Esta campaña es por el fin del suicidio, del aborto, de la pandemia. Todos los cristianos estamos llamados a defender la vida porque es un don de Dios”.
Maricarmen Moreno
Frase…
Mientras tengamos vida hay que trabajar por el Reino de Dios. Quiero invitar a todos a que se sumen con nosotros, es algo muy bonito. Dios nos da muchas gracias, tenemos el compromiso de luchar y velar por la vida, por los más indefensos”.
Gabriela Anaya