Blanca Carrasco/ Directora del Instituto de Logoterapia y Tanatología
El duelo que significa “dolor” es la reacción normal y natural ante una pérdida significativa. La pandemia que estamos viviendo por el COVID-19 ha afectado muchas áreas de nuestra vida: salud, seguridad, sociabilidad, economía, proyectos de vida, etc. Pérdidas que inciden en nuestro estado emocional ocasionando un impacto psicológico importante (aún no sabemos los efectos que tendrá en el largo plazo), y qué pueden hacer más difícil la elaboración de un duelo sano.
Primero hay que entender que el duelo es un proceso que lleva un tiempo, generalmente se habla de un año pero puede durar más. Es importante señalar que así como inicia tiene un fin. Decimos que tiene un fin porque las emociones que en un principio son muy intensas, confusas e inestables, se van controlando y permiten a la persona funcionar de forma más estable y sana.
Muchas personas se resisten a trabajar el duelo porque creen que van a olvidarse de sus seres queridos, incluso sienten que los traicionan al querer volver a vivir o ser felices,¡nada más erróneo!.. ellos permanecerán siempre en el recuerdo y el corazón. La forma de honrarlos es viviendo más consciente, más amorosamente y con mayor plenitud, es decir, tomar la vida en las manos de forma responsable iluminados por la luz de la fe y la esperanza de un re-encuentro, pero mientras tanto, dando lo mejor de cada uno.
Tipos de duelo más comunes:
- Sano: Cuando las emociones y sentimientos fluyen y se trabajan, se acepta la pérdida, se activan recursos internos para seguir viviendo positivamente.
- Complicado: La persona se queda “atorada” en alguna fase del duelo, no avanza.
- Patológico: cuando la manifestación de las emociones y sentimientos se siguen viviendo intensamente a través de los años como al inicio del duelo.
Manifestaciones del duelo según el modelo de Elisabeth Kubler Ross:
- Negación: etapa del impacto de la noticia, puede haber shock , no acepto lo sucedido.
- Enojo y culpa: me enojo con la vida, con el qué se fue, con el personal de salud, con Dios, ¡Con todos! Seguido de la culpa: porqué no le dije, por qué no lo perdoné, por qué no lo cuidé, por qué no lo amé más….etc..etc.
- Negociación: ya no está sufriendo…. Ya está con Dios…..o promesas que hacemos con tal de que aquello no pase.
- Tristeza y depresión: profunda añoranza, desaliento, pérdida de sentido de vida, puede darse depresión, deseos de morir, falta de energía, etcétera.
- Aceptación y sentido: acepto el hecho, me reintegro a la vida de forma proactiva y con mayores fortalezas por la experiencia de sufrimiento vivido.
Cabe señalar que no necesariamente se viven todas estas etapas, ni en la secuencia como se presentan, a veces se salta de un estado emocional a otro.
Algunos consejos para el afrontamiento psicológico del Coronavirus (estrés, ansiedad, incertidumbre, enojo).
- Observa tus emociones y acéptalas; céntrate en lo que sí puedes hacer y no en tus limitaciones; sé creativo; refuérzate por cada logro; retoma actividades pendientes; fortalece tus vínculos familiares; mantén tu actividad física; alimenta positivamente tu mente; busca fuentes de noticias confiables; busca lo que está dentro de tu control y lo que no; ordena tu espacio donde habitas y/o trabajas; cultiva la gratitud
Consejos para trabajar el duelo
Con los niños:
- Responda las preguntas sobre la pandemia de manera simple y honesta. Valide los sentimientos de su hijo. Manténgase en contacto (virtual) con sus seres queridos. Miren al futuro y dígale que las cosas van a mejorar. Ofrezca más abrazos y diga “te quiero» con más frecuencia. Ponga una foto de la familia junto a la cama para tener un poco de “amor extra» hasta la mañana. Mantenga en lo posible las rutinas.
Con adultos:
- Evitar el aislamiento excesivo. Mantener contacto con el profesional de la salud (médico, psicólogo, tanatólogo). Recurrir a grupos de apoyo en duelo online. Contacto con familiares y amigos online.
Cómo decir adiós a nuestros seres queridos. El luto es importante porque es la validación social de la pérdida. El dejar de practicar los ritos funerarios por la pandemia trastoca nuestra identidad, espiritualidad y religiosidad, lo cual agudiza significativamente los cuadros ansiosos y depresivos. Algunas cosas que podemos hacer:
- Vídeo-funerales,
- Esquelas publicadas en sitios web especializados.
- Realización de misas o novenarios a distancia.
- Videoconferencias con familiares y amigos para compartir historias, anécdotas y fotografías de la persona fallecida y con ello se busca contrarrestar los efectos del distanciamiento social.
- Libros de recuerdos en forma de página web, blogs o publicaciones en redes sociales pidiendo la contribución de familiares y amigos.
- Reuniones virtuales con familiares y amigos para rendir un homenaje a través de la recitación de un poema, una lectura espiritual u oración.
Sobre la autora de este artículo:
Blanca Isela Carrasco Loya es logoterapeuta y tanatóloga. Directora y fundadora del Instituto de Logoterapia yTanatología.
Tel 656-3391004